Arranca su andadura Gerescal, el primer SCRAP en España para la revalorización del calzado
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Madrid – Adelantándose un año a la fecha máxima establecida para la entrada en vigor de las obligaciones que para el sector se marcarán siguiendo con lo establecido por la Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, arranca ya en sus funciones la sociedad Gestión de Residuos del Calzado (Gerescal). El primer Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) para el sector del calzado de España, y sociedad sin ánimo de lucro que, para tal fin, acaba de recibir la autorización oficial para poder operar por parte de la Generalitat Valenciana.
Para tratar de ponernos en primer lugar en su justo contexto, era a fecha del pasado 9 de abril de 2022 cuando terminaban por publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) los términos de la nueva Ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, aprobada por el Parlamento español, como transposición de la Directiva (UE) 2018/851 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018. Siendo ya la española una norma que, siguiendo con lo recogido dentro de su desarrollo, guarda por principales objetivos y finalidades las de, entre otras, contribuir a la prevención y a la reducción de la generación de residuos y a las de sus efectos sobre el medioambiente y en el consumo de recursos, con el propósito último de “proteger el medio ambiente y la salud humana y efectuar la transición a una economía circular y baja en carbono”, fomentado modelos empresariales, la fabricación de productos y el uso de materiales innovadores y sostenibles. Ambiciones para las que se quedaba establecido el que, para antes de un plazo máximo de 3 años desde su entrada en vigor, es decir, para antes del próximo 10 de abril de 2025, sería tarea del Gobierno de España, vía Real Decreto aprobado en Consejo de Ministros, la de establecer las obligaciones a las que quedarán finalmente ligados los productores del calzado en su asunción de responsabilidades para la gestión de los productos que fabrican, una vez que estos terminan convirtiéndose en residuos. Obligaciones frente a las que deberán de responder mediante su adhesión, obligada una vez termine por entrar en vigor el futuro Real Decreto, a un Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP), como Gerescal. Una iniciativa que, siguiendo con lo ya adelantado, acaba de recibir la autorización oficial para operar por parte de la Generalitat Valenciana, convirtiéndose así en el primer SCRAP para la gestión de los residuos del calzado que arranca su andadura en España.
Conocedores de la gran relevancia que para el sector, y para el conjunto de la sociedad, guarda su puesta en marcha, posible únicamente tras la autorización oficial por parte de la Generalitat, esta se ha concedido desde un acto celebrado este mismo jueves, 16 de mayo de 2024, en las instalaciones de la zapatera Mustang en el Parque Empresarial de Elche. Una ceremonia que tenía lugar bajo la presidencia del propio presidente de la Generalitat Valenciana, el popular Carlos Mazón, y la de la presidenta de Gerescal, Rosana Perán, quien también ostenta la presidencia de la patronal nacional del calzado, la Federación de Industrias del Calzado Español (Fice), y la de la patronal europea, la Confederación Europea del Calzado (CEC), además de ser vicepresidenta del Grupo Pikolinos, una de las nueve empresas fundadoras que ya forman parte de Gerescal. Sociedad dedicada al tratamiento y a la gestión de los residuos del calzado generados en España, en su ambición por lograr que estos no terminen abocados en ningún vertedero, que terminaba de este modo recibiendo, de manos del mismo Mazón, la licencia para comenzar con sus operaciones concedida por parte de la Consellería de Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana, desde un acto en el que Mazón y Perán se veían acompañados por la asistencia de la misma consejera de Medio Ambiente, Salomé Pradas; por la del secretario autonómico de la misma consejería, Javier Sendra; por la del director general de la Consellería de Medio Ambiente, Jorge Blanco Coll; por el alcalde de Elche, el popular Pablo Ruz Villanueva; por la del concejal de medioambiente de Elche, Jose Antonio Román; y por la de representantes de las empresas adheridas al SCRAP.
Durante su intervención en el acto, el propio presidente de la Generalitat Valenciana no ha dudado en celebrar el que, con la puesta en marcha de Gerescal, la valenciana “se convierte en la primera autonomía que cuenta con un sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor de un sector tan importante como el del calzado”. Todo, gracias a una iniciativa de la que elogiaba el que “el calzado ilicitano se haya adelantado” a la próxima regulación de las obligaciones de los productos de calzado, en una postura que, añadía desde unas declaraciones hechas públicas por la misma Generalitat Valenciana, “dice mucho del compromiso medioambiental de nuestro empresariado, que no solamente ha sabido ser innovador, sino también ha visto las oportunidades que ofrece la economía verde”. Y es que con esta iniciativa, remarca Mazón, “una vez más, nuestros empresarios demuestran su compromiso con la sostenibilidad en un sector tan nuestro como lo es el del calzado”.
“Gerescal es vanguardia, es innovación y es una muestra del compromiso social y medioambiental del sector del calzado”, señalaba por su parte durante el acto Perán, quien añadía el que “Gerescal nace desde la unión de nueve empresas de ámbito nacional”, que se han unido para dar paso a un proyecto “desde la convicción” de que únicamente unido el sector podrá responder a las obligaciones “que va a marcar Europa” para el conjunto de la industria del calzado. Responsabilidades a las que buscarán responder desde la vanguardia y la investigación, y desde una iniciativa que “es innovación” por sí misma, dado que “somos el primer SCRAP del calzado español”, en un esfuerzo desde el que logran cerrar “un ecosistema” circular “en el que ya llevamos tiempo trabajando utilizando materiales más sostenibles y con procesos más limpios”; y que también “es compromiso social y medioambiental”, siendo “un claro ejemplo de la revolución en la que nos encontramos inmersos, la de la Industria 5.0”. Cuestiones a las que se suma el que además, apostilla la presidenta de Gerescal, de Fice, de la CEC y vicepresidenta de Pikolinos, este SCRAP es “una demostración” más “de que la colaboración público-privada da sus frutos”.
Arrancando con la revalorización de los residuos
Fundada el 9 de septiembre de 2022 por un total de nueve empresas del sector del calzado de las provincias de Alicante, las Islas Baleares y de Toledo, a día de hoy Gerescal sigue manteniéndose integrada por ese mismo total de nueve empresas fundadoras, papel que ostentan el Grupo Pikolinos, Unisa, Wonders, Mustang, Panter, Pablosky, Pons Quintana, el Grupo Mascaró y Gioseppo. Empresas que, con su adhesión al SCRAP, se comprometen a cumplir con las obligaciones legales establecidas por la citada Ley 7/2022 de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular, de momento de naturaleza voluntaria hasta la entrada en vigor del próximo Real Decreto sobre el que se encuentran ya trabajando desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez; empresas todas ellas a las que desde la dirección de Gerescal confían en seguir sumando nuevos socios, una vez que ya van a empezar a arrancar con su actividad tras haber logrado recibir finalmente la autorización de la Generalitat Valenciana.
De este modo, y como principales objetivos que se han marcado perseguir durante esta nueva etapa a la que se abren tras el arranque de sus operaciones, desde Gerescal, en primer lugar, continuarán trabajando en el proceso de información y captación de nuevas empresas, dando a conocer para tal fin las obligaciones legales a las que quedarán obligadas las empresas productoras que comercialicen su calzado en España. Empresas que quedarán obligadas a adherirse a un SCRAP y a abonar la correspondiente “eco contribución” para la financiación de su actividad de gestión y tratamiento de residuos del calzado. Una tasa que de este modo contribuirá a financiar los trabajos que se van a llevar a cabo para evitar el que los residuos del calzado terminen en vertederos y a impulsar su revalorización, y que para el caso de Gerescal no conllevará ningún compromiso ni obligación de pago, hasta la entrada en vigor del próximo Real Decreto.
Además de a esto, desde Gerescal van a continuar trabajando en el proceso de captación de subcontratas que absorban los trabajos de las distintas etapas del tratamiento de los residuos del calzado de las que pasará a ser responsable como SCRAP, y que deberán abarcar desde la recogida, al almacenamiento, la clasificación y los tratamientos de revalorización de los residuos. Tareas para las que, ya como SCRAP voluntario, empezarán además a testar las actuales soluciones de tratamiento y de revalorización que ya tienen subcontratadas, desde unos primeros trabajos de gestión y de revalorización de residuos que, además de para arrancar con la gestión de los residuos del calzado, también servirán para comenzar a valorar el coste de la “eco tasa” a la que deberán hacer frente las empresas adheridas a Gerescal, y que variará en función del tipo de calzado que comercialicen. Cuestión para la que además suman el que justamente también se va a trabajar para terminar de definir unos sistemas de “eco modulación” desde el que poder aplicar una “reducción” a la tasa, contribuyendo así a “premiar” al calzado que “sea más sencillo de revalorizar”. Tareas todas estas a las que además sumarán la de su participación activa e involucración para la hora de abordar la redacción y aprobación de ese futuro Real Decreto; texto al que, apuntan desde Gerescal, “queremos presentar todas las alegaciones necesarias para favorecer un sistema y unas condiciones justas en todo lo que concierne a esta gestión” y revalorización de los residuos del calzado.
Una SCRAP para gestionar 234,5 toneladas de residuos, anuales
Sobre esta cuestión, y según datos facilitados por la Generalitat Valenciana, se estima que en el conjunto de toda España se compren cerca de 335 millones de pares de zapatos al año. Productos para los que cifran un peso medio de 0,7 kilos por par, en lo que llevaría a la generación de cerca de unas 234,5 toneladas anuales de residuos de calzado, para aproximadamente al cabo de cinco años. Unas toneladas de calzado de las que estiman desde el Gobierno valenciano que cerca de un 15 por ciento sean susceptibles de ser preparadas para su reutilización, mientras que un 75 por ciento serían por su parte aptas directamente para su reciclado, con el fin de recuperar a través de este proceso materias primas que puedan ser reintroducidas dentro de la cadena de valor de la industria, desde un modelo circular que favorezca, gracias a los SCRAP como Gerescal, su reutilización como materia apta para la fabricación de nuevos pares de calzado, o de otra clase de productos.
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