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Hermès estudia su salto a la Alta Costura

Por Jaime Martinez

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“Backstage” del desfile de Hermès para la presentación de su colección de prêt-à-porter de mujer para la temporada Primavera/Verano 2025. Credits: ©Launchmetrics/spotlight.

Madrid – A falta escasamente de tres días para que la multinacional francesa del lujo anuncie los resultados financieros relativos al tercer trimestre de su actual ejercicio fiscal de 2024, todas las miradas se mantienen fijas en saber si será para entonces cuando desde Hermès terminen por anunciar su próximo salto a la Alta Costura. Una posibilidad sobre la que ya se ha encargado públicamente de señalar su propio presidente ejecutivo, Axel Dumas, que no descartan dar desde la histórica compañía francesa.

Director ejecutivo de Hermès desde febrero de 2014, tras asumir el control total de la empresa tras la salida de Patrick Thomas, el primer y, hasta ahora, último directivo externo a la familia fundadora de la compañía en asumir la dirección ejecutiva de Hermès, responsabilidades que sostuvo desde el año 2003 hasta enero de 2014, ha sido el mismo Axel Dumas quien se ha encargado de señalar cómo, entre los futuros planes estratégicos que manejan desde su dirección, desde Hermès no descartan dar su salto a la Alta Costura. Una posibilidad que reconocía a lo largo de una entrevista concedida al Financial Times a mediados del pasado mes de septiembre, y que ha vuelto ahora a adquirir relevancia a las puertas de esa próxima publicación de resultados prevista para este próximo jueves 24 de octubre de 2024.

Según sobre la materia se encargaba de señalar el mismo Dumas, miembro de la sexta generación de la familia Hermès-Dumas en asumir las riendas y la dirección ejecutiva de la empresa, compañía de la que, tras asumir las responsabilidades como CEO, ascendía al cargo de presidente ejecutivo el pasado mes de junio de 2023 tras la retirada de Henri-Louis Bauer, “podríamos entrar en la Alta Costura, no lo descartamos”. Unas palabras para las que ya no añadía ni hoja de ruta ni fechas específicas, pero desde las que advertía sobre la seria posibilidad de que la histórica firma de lujo, más pronto que tarde, pueda por terminar por irrumpir en el circulo más selecto y exclusivo de entre todos aquellos que gravitan en torno al universo global de la moda. En concreto, en el de una Alta Costura de la que únicamente son llegadas a ser consideradas miembros de pleno derecho un bien reducido de excelsas casas de moda, grupo actualmente integrado por las casas Adeline André, Alexandre Vauthier, Alexis Mabille, Chanel, Christian Dior, Franck Sorbier, Giambattista Valli, Givenchy, Jean Paul Gaultier, Julien Fournié, Maison Margiela, Maison Rabih Kayrouz, Schiaparelli y Stéphane Rolland.

A este grupo de miembros de pleno derecho de la Chambre Syndicale de la Haute Couture, en base a los estrictos requisitos que para ello imponen desde la Fédération de la Haute Couture et de la Mode (FHCM) francesa, se terminan de sumar las firmas que, sin ser miembros de pleno derecho, ni contar con su sede en París, mantienen una actividad similar y pareja a la que defienden los miembros de la Chambre, y que en respuesta, son invitadas a participar a cada nueva edición de la Semana de la Alta Costura de París como “Correspondants”. Categoría que se les ofrece a día de hoy a las casas Versace, Elie Saab, Fendi, Giorgio Armani, Iris Van Herpen, Ylyana Sergeenko, Valentino y Viktor&Rolf, y de la que disponen, según sus propias estrategias de producción, de manera más o menos constante, al igual que las firmas miembros de la Chambre Syndicale de la Haute Couture, participando en unas u otras Semanas de la Alta Costura de París. Cuestión distinta de los que acontece con las casas de moda que, sin ser miembros de pleno derecho, ni tampoco “Correspondants”, participan igualmente de dicha plataforma, como firmas “Invitadas”. Un grupo este mucho ya más amplio y diverso, y que suele variar en gran medida a lo largo de las temporadas y de los años, como parte de la estrategia de la FHCM por dar cabida a diferentes sensibilidades estéticas, de las distintas partes del mundo, dentro y desde las máximas de la excelencia en la costura de la que busca ser garante la Alta Costura de París. Cuestión para la cual, y en la actualidad, se les permite presentar sus colecciones durante la Semana de la Alta Costura de París, como “invitadas”, a las firmas Aelis, Ardazai, Ashi Studio, Balenciaga, Charles de Vilmorin, Christophe Josse, Gaurav Gupta, Georges Hobeika, Imane Ayissi, Juana Martín, Julie de Libran, Maison Sara Chraibi, Peet Dullaert, Rahul Mishra, Robert Wun, Ronald Van Der Kemp, Thom Browne, Yuima Nakazato y Zuhair Murad.

Desde esta disección se la estructura en torno a la que se estructura, valga la redundancia, la Alta Costura de París, para el caso de que desde Hermès terminen por concretar su decisión de dar finalmente el salto a la Alta Costura, faltará por ver en cuál de estos tres grupos se le permite, desde la FHCM, terminar por participar de las celebraciones de una Semana de la Alta Costura de París. Sobre todo si tenemos en cuenta antecedentes como el de la casa Balenciaga, que a pesar de su rica historia, y más aún elevada trascendencia, dentro del segmento de la Alta Costura, todavía no ha pasado a ingresar como “miembro” de pleno derecho de la Chambre Syndicale, viniendo participando únicamente de la plataforma como firma “invitada”. Una catalogación para la que habrían pesado diferentes cuestiones como el que desde la histórica firma francesa, de ascendencia española, en manos del grupo multinacional francés Kering, todavía no se hayan decidido a solicitar su incorporación de manera oficial, como resultado de no llegar a cumplir con todos los requisitos que se les exigen a las casas elegidas como miembros de la Chambre Syndicale. Requisitos entre los que se encuentran contar con un equipo de artesanos y un taller de confección de Alta Costura en París, demostrar una larga trayectoria vinculada a los valores y a los valores de producción de la Alta Costura francesa, o el de exhibir dos colecciones anuales de Alta Costura. Condición esta a la que, al menos por el momento, no está respondiendo Balenciaga, que únicamente viene mostrado una colección de Alta Costura al año desde que la firma se decidiese a recuperar esta línea en julio de 2021, desde la que parece ser una estrategia de aproximación paulatina a la Alta Costura, que es la misma sobre la que parecen haberse decidido a llevar a cabo su particular salto a este nuevo segmento desde la casa estadounidense Thom Browne, y que se presenta así como el antecedente más posible para también el caso de Hermès. Casa que, desde este supuesto, es de esperar que para llegada la hora de empezar a dar forma a ese hoy “sueño” de desembarcar en la Alta Costura, apuesten por unos primeros años de aproximación con muy cuidadas, aunque reducidas, colecciones de Alta Costura, cuya aceptación será la que terminaría en cualquier caso de asegurar, o no, su entrada definitiva como miembro de pleno derecho de la Chambre Syndicale de la Haute Couture.

Resiliencia (por el momento) a los envites del sector

Desde la parte ya más empresarial y de negocio, y a la espera de poder conocer cómo han terminado de evolucionar las cuentas de Hermès a lo largo de estos últimos meses, era a finales del pasado mes de julio cuando desde la compañía francesa presentaban las cuentas al cierre del primer semestre de su actual ejercicio fiscal de 2024. Periodo de tres meses finalizado a fecha del 30 de junio, durante el que la compañía terminó por ralentizar, aunque muy levemente, su crecimiento, manteniéndose sólida con un aumento de las ventas de un +11,5 por ciento, desde los 3 317 a los 3 699 millones de euros. Una cantidad que, sumada a la del primer trimestre del año, dejaba a Hermès sumando 7 504 millones de euros al cierre del primer semestre del año, un +12 por ciento más que frente a los 6 698 millones facturados durante el mismo periodo del año anterior.

Si positivos terminaban siendo así los registros de la compañía, en sus valores totales, durante el segundo trimestre del año, también lo eran en lo relativo a su evolución por mercados. Unas métricas sobre las que Hermès volvía a dar cuenta de su sólida posición comercial, con una facturación que en Europa se llegó a disparar durante ese periodo hasta un +17 por ciento, hasta los 894 millones de euros; en las Américas hasta un +13,7 por ciento, hasta los 715 millones de euros; y en Asia hasta un +4,8 por ciento, hasta los 1 937 millones de euros. Unos crecimientos generalizados por regiones que dibujaban igualmente una radiografía de la compañía de elevada resiliencia, en mitad de un contexto que para entonces ya se descubría como especialmente complejo para las compañías del sector del lujo, afectadas tanto por la contracción de la demanda de artículos de lujo de manera general, como de la acuciada caída de las ventas en Asia, y especialmente en China, de manera particular. Dos tensiones frente a las que no obstante Hermès parecía haber logrado desenvolverse con amplia soltura.

Frente a este antecedente, faltará ahora por saber si también la compañía ha logrado hacer frente a estas dos principales tensiones que siguen avanzando en contra de los intereses de las compañías del sector lujo, tal y como ya ha empezado a ponerse en evidencia al arranque de esta nueva campaña de presentación de resultados. Una nueva entrega que, para lo que respecta al sector del lujo, se encargaba de inaugurar el holding multinacional francés LVMH este pasado martes 15 de octubre, fecha en la que terminaban por presentar sus resultados al cierre del tercer trimestre de su actual año fiscal. Periodo finalizado a fecha del pasado 30 de septiembre que LVMH cerró con una caída de ventas del -4,5 por ciento, en un claro mal desempeño que terminó por sacudir a la baja los valores de las principales compañías cotizadas del sector del lujo. Una concatenación de caídas para las que en su mayor parte ya han logrado todas ellas sobreponerse, o cuanto no lograr recuperar parte del terreno perdido, encontrándose justamente entre las que mejor evolución han seguido los títulos de Hermès. Unas acciones cuyo valor sigue situándose a la cabeza de entre el de todas las compañías cotizadas de la industria del lujo, con unos títulos que caían desde los 2 086 euros hasta los 2 016 euros la acción tras la publicación de los resultados de LVMH, para ya desde ahí volver a elevarse y lograr cerrar la jornada del pasado viernes en los 2 089 euros la acción; por encima del de cierre previo a la publicación de los resultados de LVMH.

Una resiliencia, la de las acciones, reflejo de esa resiliencia, la de la compañía, a las incertidumbres que acechan el conjunto del sector del lujo, y que faltará por ver si se ha logrado volver a evidenciar durante este último tercer trimestre del ejercicio, una vez que se hagan públicas las cuentas de Hermès para dicho periodo, acción prevista para las 08:00h de la mañana de este próximo jueves, 24 de octubre. Fecha para la que, siguiendo con lo ya señalado, las miradas estarán puestas en ver si desde la dirección de Hermès terminan o no terminan de confirmar sus planes para desembarcar en la Alta Costura. Una acción de diversificación de alto valor estratégico, con la que, además de buscar dotar de un mayor valor al valor de la marca Hermès, desde su dirección tratarían de capitalizar el particular buen auge que en estos momentos experimentan los productos de sus categorías tanto de artículos de piel y marroquinería, como de prendas de indumentaria. Categorías ambas que llegaron a dispararse un +15,8 y un +13,3 por ciento, hasta los 1 588 y 1 101 millones de euros, respectivamente, durante el segundo trimestre del año, siendo las dos que más crecimiento experimentaron de entre todas las categorías de productos de Hermès —y siendo además las de mayor volumen de facturación—, seguidas ya de la joyería y artículos para el hogar (+11,3 por ciento), y con caídas de ventas en la de sedas y textiles (-7,3 por ciento) y en relojería (-6,2 por ciento).

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