Entran en vigor los aranceles de Trump: así quedan “marcados” los grandes países exportadores de ropa
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Madrid – A las 00:01 horas de este miércoles 1 de abril de 2025, hora de la costa este de Estados Unidos, las 06:01 horas en horario de Madrid, han terminado entrando finalmente en vigor los nuevos aranceles “agravados” a las importaciones a Estados Unidos anunciados por su presidente, Donald J. Trump, hace hoy justamente una semana. Unas cargas que llegan afectando por entero a las cadenas de suministro de la industria de la moda, y con la amenaza de provocar una serie de relocalizaciones de la producción cuyo impacto real todavía resulta imposible de predecir.
Si cualquier ciudadano llano del mundo occidental es capaz de abonar religiosamente una tasa para poder acceder a los contenidos de cualquiera de las plataformas de contenidos en “streaming” de los Estados Unidos, como Netflix o Disney+, ¿por qué los Gobiernos de los países de esos mismos ciudadanos no iban a tener que abonar su propia tasa para poder acceder al mercado estadounidense? Esa sería una buena tesis desde la que tratar de analizar la decisión que llevó al presidente Trump a decretar, el pasado miércoles 2 de abril, la imposición de un “arancel universal” a todas las importaciones, procedentes de cualquier país, a Estados Unidos; un gravamen que pasaba a entrar ya en vigor durante la madrugada del pasado sábado 5 de abril. Pero al igual que las tarifas de Netflix se amoldan a la realidad económica de cada país en el que ofrecen sus servicios, Trump también se decidió a ajustar sus tarifas arancelarias a la realidad comercial de cada país, atendiendo para ello a lo que, a su parecer, era en cada caso el sistema asimétrico que estos habían venido aplicando para la importación de productos procedentes de los Estados Unidos a sus distintos territorios.
Con la particular de estos aranceles “agravados”, por encima del de ese 10 por ciento “mínimo universal”, el presidente estadounidense defiende no hacer más que tratar de imponer un modelo de reciprocidad, ante las barreras arancelarias, y no arancelarias, que, a su juicio, han venido sufriendo las exportaciones estadounidenses, afectando con ello al empleo, a la economía y al ecosistema productivo e industrial nacional de los Estados Unidos. Unas cargas estas en particular que comprendían desde el arancel “agravado” del 11 por ciento a El Congo, al del 20 por ciento a todos los países integrantes de la Unión Europea, y hasta llegar al del 50 por ciento a Lesoto, y que son los que han pasado a entrar en vigor a partir de este miércoles 9 de abril de 2025. Una fecha que ha llegado para marcar un decidido y profundísimo punto de inflexión dentro de todo el conjunto de la cadena de valor de la industria de la moda, cuyos, hasta ahora, mayores países productores han sido incluidos en la lista de los países afectados con uno de esos aranceles “agravados”. Una circunstancia que ha empezado ya a provocar un cambio y un trasvase de producciones entre los países con mayor capacidad de producción textil afectados por más y menos aranceles a las importaciones a Estados Unidos, iniciando con ello la reconfiguración de unas redes de suministros cuyo impacto real todavía resulta incierto, y que en cualquier caso dependerá de cómo siga evolucionando, o en el mejor de los casos atajándose, esta guerra comercial arancelaria que se ha decidido a iniciar el presidente Donald Trump.
Aranceles “aumentados” para China, del 34 al 84 por ciento
A la cabeza de todos esos países productores de ropa a los que hacíamos referencia, se sitúa una China que ha visto cómo antes incluso de que empezasen a entrar en vigor estos aranceles “agravados” decretos el pasado 2 de abril, en su caso el presidente Donald J. Trump se ha decidido a aumentar la tasa inicial estimada del 34 por ciento, hasta el 84 por ciento a todas las importaciones chinas a los Estados Unidos. Una decisión ya recogida en una orden ejecutiva firmada por el presidente Trump a fecha de este martes 8 de abril, y que el mismo mandatario ha justificado aludiendo a las prerrogativas que ya quedaban recogidas en la orden ejecutiva de la pasada semana, y en la que se establecía claramente que cualquier represalia contra Estados Unidos que tomase cualquier país en respuesta a su nueva política arancelaria, sería contestada con cualquier medida encaminada a hacer cumplir el ajuste en las relaciones comerciales con sus socios que buscaba aplicar el Gobierno estadounidense con esa medida.
Además de los nuevos aranceles a las importaciones chinas a Estados Unidos del 34 por ciento, también el presidente Trump ha impuesto un aumento arancelario para las “importaciones de minimis” procedentes de China al país. Un sistema este que es el que ha permitido que minoristas digitales como Shein y Temu hayan logrado penetrar con la fuerza con la que lo han hecho dentro del ecosistema comercial estadounidense, y para el que ahora se ha establecido que todos los envíos pasen a marcarse con un arancel agravado del 90 por ciento, en lugar de el del 30 por ciento previsto en un primer momento; así como la imposición, desde el 2 de mayo al 1 de junio, de una tarifa de coste mínima que se eleva de los 25 dólares previstos, a los 75 dólares por cada envío postal que contenga mercancías; y la imposición a partir del 1 de junio de una tarifa por cada paquete de correos que contenga mercancías que pasa a marcarse en los 150 dólares, en lugar de en los 50 dólares previstos en la orden del 2 de abril. En resumen, se triplican los aranceles estimados en un primer momento, en respuesta a la decisión del Gobierno de Pekín de responder a esos primeros aranceles del 34 por ciento elevando hasta la misma cota el de los productos estadounidenses a China.
Las nuevas “cargas” de los grandes países exportadores de moda del mundo
Hilando nuevamente y a partir de aquí con las apreciaciones que ya señalábamos desde FashionUnited tras el anuncio, el pasado 2 de abril, de esa nueva política arancelaria para las importaciones a los Estados Unidos decretada por el presidente Trump, en un intento por reflejarla de una manera mucho más ilustrativa, pasamos ahora a recogerla en forma de una lista con los nombres de los principales países exportadores de ropa del mundo, junto a la carga que se ha establecido —en este momento— para cada uno de ellos en forma de aranceles a sus importaciones a Estados Unidos. Aranceles que van desde esos del 84 por ciento a China, a los “mínimos” del 10 por ciento de Turquía, Marruecos o Guatemala.
Tomando como punto de partida los datos sobre el volumen de las exportaciones de ropa recogidos por la Organización Mundial del Comercio (OMC) relativos al ejercicio de 2023 —el último del que se disponen de datos—, China, con 164 743 millones de dólares en exportaciones, se situaba para entonces como el mayor país exportador de ropa del mundo. Una posición tras la cual se posicionaban el conjunto de países que integran la Unión Europea, pero eso sí teniendo en cuenta el total de las exportaciones, incluidas las realizadas entre los propios países comunitarios, por un total de 162 529 millones de dólares en exportaciones; seguida ya por Bangladés (47 386 millones de dólares en exportaciones); por la misma Unión Europa, en exportaciones ahora sí únicamente extracomunitarias (43 869 millones de dólares); por Vietnam (31 039 millones de dólares); Italia como país independiente (30 268 millones de dólares); Alemania (29 704 millones de dólares); Turquía (18 729 millones de dólares); Países Bajos (17 569 millones de dólares); Francia (16 853 millones de dólares); la India (15 366 millones de dólares); España (15 343 millones de dólares); Polonia ( 12 412 millones de dólares); Bélgica (9 781 millones de dólares); Indonesia (8 333 millones de dólares); Pakistán (8 056 millones de dólares); Camboya (7 965 millones de dólares); Estados Unidos (7 180 millones de dólares); Hong Kong (China) (6 548 millones de dólares); México (5 816 millones de dólares); Dinamarca (5 358 millones de dólares); Sri Lanka (4 720 millones de dólares); y Reino Unido (4 720 millones de dólares). Completándose a partir de aquí la lista con Birmania (4 444 millones de dólares); Emiratos Árabes Unidos (4 002 millones de dólares); Malasia (3 974 millones de dólares); Marruecos (3 780 millones de dólares); Portugal (3 740 millones de dólares); Honduras (3 705 millones de dólares); Tailandia (3 486 millones de dólares); y, prescindiendo de una mayor pormenorización por países de la UE, con Suiza (3 203 millones de dólares); Túnez (2 673 millones de dólares); Egipto (2 450 millones de dólares); Corea del Sur (2 106 millones de dólares); Jordania (1 940 millones de dólares); El Salvador (1 873 millones de dólares); Canadá (1 826); Nicaragua (1 715 millones de dólares) y con Guatemala (1 597 millones de dólares en exportaciones) cerrando esta lista con los mayores exportadores de ropa, es decir de prendas terminadas, del mundo.
Principales países exportadores de ropa del mundo (y sus aranceles a EEUU)
- China – 84 por ciento
- Bangladés – 37 por ciento
- Unión Europa (por exportaciones extracomunitaras) – 20 por ciento
- Vietnam – 46 por ciento
- Turquía – 10 por ciento
- India – 26 por ciento
- Indonesia – 32 por ciento
- Pakistán – 29 por ciento
- Camboya – 49 por ciento
- México – 25 por ciento
- Sri Lanka – 44 por ciento
- Reino Unido – 10 por ciento
- Birmania – 44 por ciento
- Emiratos Árabes Unidos – 10 por ciento
- Malasia – 24 por ciento
- Marruecos – 10 por ciento
- Honduras – 10 por ciento
- Tailandia – 36 por ciento
- Suiza – 31 por ciento
- Túnez – 28 por ciento
- Egipto – 10 por ciento
- Cora del Sur – 25 por ciento
- Jordania – 20 por ciento
- El Salvador – 10 por ciento
- Canadá – 25 por ciento
- Nicaragua – 18 por ciento
- Guatemala – 10 por ciento
- Entran en vigor los nuevos aranceles "agravados" de Estados Unidos a las importaciones, afectando las cadenas de suministro de la moda y provocando posibles relocalizaciones de la producción.
- China enfrenta los aranceles más altos, con un aumento del 34% al 84%, y se triplican los aranceles a las importaciones de minimis en respuesta a las represalias de Pekín.
- Se presenta a modo ilustrativo una lista de los principales países exportadores de ropa, y sus respectivos aranceles a las importaciones a Estados Unidos, cargas que van desde las imposiciones a China del 84%, a las de la Unión Europea del 20%, y con Turquía, Marruecos, Egipto o Guatemala solo teniendo que soportar el arancel “mínimo universal” del 10% impuesto por el presidente Donald J. Trump.