El textil español se reactiva, con Marruecos y China como principales socios comerciales
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El sector de la industrial textil española cerró 2022 como un ejercicio de plena recuperación sobre sus valores previos a la pandemia por coronavirus, en todos los indicadores, llegando a completar el año con un crecimiento del +10 por ciento de su cifra de negocios sobre los niveles del ejercicio anterior. Un parámetro que lograba así alcanzar los 6.651 millones de euros, firmando el mejor registro de su histórico y mostrando una clara mejoría sobre los 5.796 millones que llegó a alcanzar al cierre del ejercicio de 2019, impulsándose en gran medida gracias al incremento de las exportaciones.
Según se encargan de destacar en esta dirección desde la Confederación de la Industria Textil, Texfor, esgrimiendo para ello las estadísticas elaboradas por el Centro de Información Textil y de la Confección (CITYC) a partir de los datos facilitados por el INE, MEYSS, EURATEX y el Departamento de Aduanas y Estimaciones, los valores que ha terminado reflejando el sector al cierre del ejercicio de 2022 muestran una “clara recuperación postpandemia”, para en un año en el que no han sido pocos los retos a los que ha debido de seguir haciendo frente la industria española del textil. Retos, de entre los que se destaca sin duda el del aumento generalizado de los costes de producción, y de entre ellos el del incremento de los precios de una energía que, si bien parecen haber sido estratégicamente compensados para terminar mostrando esta clara recuperación del sector, en términos generales, siguen dejando a la industria española del textil en una situación de pérdida de competitividad frente a la pujante industria de otros países.
De este modo, los registros dejan patente que “la Industria textil de cabecera ha conseguido remontar el gran obstáculo que supuso la crisis provocada por la pandemia del Covid-19”, apuntan desde Texfor. “Aunque el 2022 ha sido un año marcado por grandes dificultades debido, entre otras cuestiones, al incremento de precios de la energía”, añaden, “los datos estadísticos recopilados por el Centro de Información Textil y de la Confección muestran un avance claro y sólido” de la industria del textil española.
Pérdida de 230 empresas desde 2019 y con una balanza en negativo de -817 millones de euros
Entrando a desgranar ya los datos y las cifras con las que ha cerrado el ejercicio de 2022 el sector, más allá de esos 6.651 millones de euros de cifra de negocios de 2022, en términos empresariales y de empleos el sector llegó a estar representado por un total de 3.569 empresas, cifra esta que sí experimenta un retroceso para situarse por detrás de las 3.591 empresas que lo conformaban en 2021, y de las 3.799 que lo hacían en 2019. Siendo no obstante esta pérdida algo que no se ha traducido en pérdidas de número de empleos, para un sector que en 2022 termino dando trabajo a un total de 47.117 trabajadores, número superior a los 46.642 de 2021, a los 45.818 de 2020 y a los 47.081 trabajadores empleados en el sector en 2019.
Sobre estas estructuras, ya a nivel comercial, en términos de exportaciones el sector llegó a generar un total de 4.982 millones de euros, un +11,53 por ciento más que con respecto a los 4.467 millones de 2021, cifra que se repitió al cierre del ejercicio de 2020, así como un +13,87 por ciento más que con respecto a los 4.375 millones en exportaciones de 2019. Mientras que en términos de importaciones el sector generó en 2022 compras por valor de 5.798 millones de euros, un +17,8 por ciento más que con respecto a los 4.922 millones de 2021; así como un +0,83 por ciento por encima de los 5.750 millones en importaciones de 2020 y un +28,56 por ciento más que en relación a los 4.510 millones en importaciones de 2019.
Como resultado de la combinación de ambas cifras, el sector de la industria textil siguió mostrando una balanza comercial negativa, por valor de -817 millones de euros. Una cifra que representa un aumento de un +79,56 por ciento con respecto a la balanza de -455 millones de euros de 2021, eso sí ya muy alejada de la descompensación de -2.099 millones de euros de 2020, aunque también de la de apenas -39 millones de euros de 2019.
Marruecos, principal cliente
Entrando a analizar el segmento de las exportaciones, por naturaleza de producto lo que más exportó la industria española del textil durante 2022 fueros tejidos (32,1 por ciento del total); seguidos de Artículos de uso técnico, tales como productos sanitarios, filtros y tejido de protección (24,1 por ciento); textiles de hogar y otras manufacturas (15,9 por ciento); hilados (11 por ciento); tejidos de punto (7,2 por ciento); fibras (6,8 por ciento) y alfombras y recubrimientos (2,9 por ciento). Ventas que terminaron totalizando en esos 4.982 millones de euros.
Para esta serie de ventas, como principales clientes del sector durante 2022 se nos presenta una lista de los principales mercados importadores de textil español, lidera por Marruecos, con un crecimiento del +22,5 por ciento y copando un 25,7 por ciento del total de las exportaciones textiles españolas; mercados seguido en importancia por Francia (11,6 por ciento del total), Italia (9 por ciento), Portugal (8 por ciento), Alemania (7,4 por ciento), Bélgica (4,2 por ciento), Reino Unido (2,8 por ciento), Polonia (2,6 por ciento), Estados Unidos (2 por ciento) y Turquía (2 por ciento).
China, principal proveedor del textil español
Mientras tanto, en cuanto a las importaciones, lo que más compraron las empresas del sector durante 2022 fueron productos de textiles para el hogar y otras manufacturas (27,7 por ciento del total), seguido de tejidos (24,2 por ciento), artículos de uso técnico (18,9 por ciento), hilados (12,1 por ciento), fibras (9,2 por ciento), alfombras y recubrimientos (4,6 por ciento), y tejidos de punto (3,3 por ciento). Compras que terminaron sumando esos 5.798 millones de euros en importaciones de 2022.
En cuanto a esta serie, como principales proveedores del sector del pasado año nos encontramos en su lugar con una lista liderada por China, país que continúa mostrándose como el principal proveedor de la industria textil español, aumentando su influencia un +9,6 por ciento hasta copar un 27,2 por ciento del total de las importaciones del sector. Una posición líder en la que le siguen Turquía (10,9 por ciento del total), Italia (10,5 por ciento), Pakistán (6,5 por ciento), India (5,8 por ciento), Portugal (5,8 por ciento), Alemania (5,2 por ciento), Francia (3,9 por ciento), Corea del Sur (2,6 por ciento) y Bélgica (2,2 por ciento).
Pérdida de competitividad
Tras haber logrado superar con un cierto éxito los retos que se han presentado a lo largo de este último año, aunque no sin dificultades y exento de duros golpes como la pérdida de diversificación para el sector que sin duda habrá supuesto la desaparición entre 2019 y 2022 de esas cerca de 230 empresas, el textil español ha puesto ya rumbo a un 2023 que afrontan con iguales o mayores incertidumbres que estos últimos años, marcados por la pandemia, los problemas en las redes de suministros y las tensiones geopolíticas y macroeconómicas. Unas turbulencias para las que desde Texfor remarcan que el que el sector termine impulsándose sobre sus logros de 2022, dependerá en gran medida de como el precio de la energía siga o no siga afectando a su pérdida de competitividad frente a las industrias textiles de mercados como los de China o los Estados Unidos. Valoración que extienden al conjunto de las industrias textiles europeas, y ya no exclusivamente sobre un textil español que, eso sí, podría verse especialmente afectado en el caso de no lograr seguir aumentado su valor añadido, como los de Francia e Italia, y de querer entrar a competir a la baja en el plano internacional, en una apuesta para la que le auguraríamos poco recorrido frente a la competitividad de los países productores asiáticos, de Turquía y de Marruecos.
“Teniendo en cuenta todos los datos, las previsiones para la industria textil son inciertas”, y “la mejora de la competitividad y la evolución del sector dependerá de la evolución de los costes energéticos, así como del contexto internacional y el apoyo por parte de la administración en las necesidades actuales de las empresas”, esgrimen desde Texfor. En este mismo sentido, las cifras de 2022 “de crecimiento productivo contrastan” ya “con las últimas cifras publicadas por Euratex”, que “muestran un estancamiento y tendencia al descenso de la competitividad de la Industria Textil”. “Según estos informes”, apuntan desde Texfor, “el coste de la energía en Europa, más de 6 veces mayor que en los EE.UU. y China, sumado a la pasividad y lentitud de la Unión Europea y de las Administraciones” llegada “la hora de articular una respuesta creíble y eficaz a la crisis energética, está poniendo en jaque a muchas empresas textiles”, y por extensión a sus trabajadores y a sus ecosistemas productivos, tanto en cuanto “ya están produciendo con pérdidas netas”.