Cambio de nombre y modificación de estatutos: nace la Asociación Española de la Franquicia

Como parte de una reestructuración de hondo calado sobre las bases y en el funcionamiento de lo que venía siendo hasta ahora la manera de operar por la que se regía la organización empresarial, la Asociación Española de Franquiciadores deja atrás su antiguo término, y renace reconvertida en la Asociación Española de la Franquicia (AEF). Un nuevo apelativo que, lejos de resultar vano o trivial, viene a servir de reflejo del cambio que del mismo modo se ha propiciado en sus estatutos, como consecuencia de la modificación que se ha terminado promoviendo en el seno de la organización para pasar a integrar dentro de la asociación, junto a los franquiciadores, también a la figura de los franquiciados.

Según se han encargado de destacar desde la misma dirección de la AEF, el cambio se ha producido como respuesta a lo que venían siendo las reclamaciones de buena parte del conjunto de los franquiciados que operan en nuestro país, y del objetivo mismo de la asociación empresarial por tratar de representar y de defender al conjunto de los intereses que guarda la modalidad empresarial en régimen de franquicia. Un sistema de negocio a cuya reivindicación y protección se encuentra dirigido el conjunto de la organización, y para el que entendían que, en su justa defensa, resultaba necesario sumar la voz de los franquiciados a la de los franquiciadores que ya venían ocupando su papel de miembros dentro de la, ya extinta, Asociación Española de Franquiciadores.

“En la representatividad que tenemos como interlocutores de la franquicia, faltaba integrar la voz de los franquiciados, ya que son parte imprescindible de este sistema de comercio”, y “puesto que sin ellos no sería posible la existencia de esta fórmula empresarial”, no ha dudado e remarcar Luisa Masuet, presidenta de la Asociación Española de la Franquicia, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde la dirección de la misma asociación empresarial sectorial. “Sin duda”, añade Masuet, “sus puntos de vista y sus experiencias serán escuchados y tenidos en cuenta en la Asociación”.

“Hemos dado un paso muy importante para el sistema de franquicias en general, al integrar a los franquiciados en el seno de la Asociación, para así poder escuchar su voz”, añade por su parte Eduardo Abadía, director ejecutivo de la AEF. “Eso nos ha obligado a cambiar nuestro nombre y nuestros estatutos, pero ahora ya sí que podemos decir que representamos a todo el conjunto de la franquicia española”.

Dando voz a franquiciadores y franquiciados

Para terminar así pues de hacer efectivo ese cambio que propiciará el que la asociación, integrada actualmente por 191 socios, pase a ser la voz representativa del conjunto del modelo de franquicia, y no solo de una parte como lo venía siendo hasta ahora, se han terminado por introducir distintos cambios en los artículos de sus estatutos, así como dando paso a esta nueva denominación de la AEF como “Asociación Española de la Franquicia”; en lugar de “de Franquiciadores”.

A este respecto, y de una manera ya “efectiva”, se ha pasado a introducir una modificación en el Artículo 18 de los estatutos de la AEF, en virtud del cual el texto termina por estipular el que “para ser miembro franquiciado de la Asociación, el candidato deberá ser un franquiciado de un franquiciador que, a su vez, sea miembro de la Asociación”. Un requisito al que e sumará el que además “el miembro franquiciado deberá en todo momento estar al corriente de sus obligaciones con respecto al franquiciador”, así como “cumplir con los principios rectores de la Asociación”. Contemplándose de igual modo el que, para el caso de los franquiciados, estos “tendrán derecho a asistir a la Asamblea General, con voz, pero sin voto, así como a elegir a sus representantes en el Comité Directivo de la Asociación”.

“La Asociación Española de la Franquicia (AEF) ha cambiado su anterior denominación de Asociación Española de Franquiciadores, y ha modificado sus estatutos, con un objetivo claro”, resumen desde la organización empresarial, y que no es sino que el de “dar cabida en la Asociación a la otra parte fundamental de la franquicia, como son los franquiciados”. Unas figuras “cuya voz, junto con la de los franquiciadores, ya se puede escuchar en la AEF”.