El peso de lo “experiencial”: Bimba y Lola abre dos churrerías por Navidad
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Madrid – Desde la firma de moda española Bimba y Lola se han decidido a celebrar el arranque de la campaña de Navidad con la apertura y puesta en marcha de dos churrerías que abrirán sus puertas, de manera simultánea, en las ciudades de Madrid y de Barcelona. Unas activaciones en formato “pop-up” de las que, haciendo fiel honor a su término de “efímero”, únicamente podrán disfrutarse durante la jornada de este próximo jueves 5 de diciembre.
Sin poder del todo discernir hasta qué punto esta iniciativa va más dirigida a ofrecer una nueva experiencia por parte de la firma de moda gallega desde la que poder disfrutar de uno de los dulces más típicos del país, y en especial de esta época del año, o el si su puesta en marcha no deja de ser reflejo de un disimulado mensaje desde el que nos advierten sobre cómo aspiran a seguir vendiendo “como churros” las piezas de sus colecciones, a la vista del dulce momento por el que está sabiendo sostenerse la compañía, nos mantendremos así sobre las directrices del mensaje oficial desde el que se ha anunciado la puesta en marcha de esta particular “experiencia” navideña. Una iniciativa que va a consistir en la apertura de dos “La Churrería de Bimba y Lola”, desde la que todos los que se acerquen a ellas podrá disfrutar de una combinación de churros con chocolate, bajo el ambientación de la última campaña lanzada por la firma, y protagonizada por la icónica actriz española Rossy de Palma. Misma figura que se ha encargado de poner cara a la puesta en marcha de esta iniciativa, de la que se podrá participar este próximo jueves 5 de diciembre, desde las 11:00h de la mañana hasta las 19:00h de la tarde, en Madrid desde la Churrería Atocha, situada en la esquina de la Glorieta del emperador Carlos V con la avenida Ciudad de Barcelona; y en Barcelona, en la Churrería J.Argilés del carrer de la Marina. Dos churrerías que se mantienen en activo en formato de puesto callejero, que habrá que esperar para descubrir de qué manera, y hasta qué punto, renovarán la experiencia gastronómica que hasta ahora vienen ofreciendo a sus clientes, para elevarla y ajustarla a ese ADN propio que Bimba y Lola trata de imprimir a todas sus iniciativas.
“La churrería pop-up será el lugar perfecto para que la comunidad de Bimba y Lola viva su particular Navidad adelantada”, defienden al respecto desde la firma de moda a través de una nota. Desde sus líneas más generales, “inspirada en la reciente campaña de Navidad de la marca, ‘¡Vaya! it’s XMAS again!’, protagonizada por la icónica e irrepetible Rossy de Palma, La Churrería de Bimba y Lola”, tanto desde su ubicación en Madrid como en Barcelona, “busca trasladar la energía vibrante y desenfadada de la campaña al corazón de las dos ciudades españolas”. Un propósito para el que, sin ahondar en mayores detalles singulares sobre la activación, “durante todo el día, en horario de 11h a 19h, los asistentes podrán disfrutar de churros recién hechos y chocolate caliente, una combinación irresistible que simboliza la calidez, la alegría y la unión tan características de esta época”.
La apuesta por lo “experiencial” como estrategia para conectar con el público
Más allá del valor de la iniciativa en sí, la puesta en marcha de estas dos churrerías efímeras de Navidad por parte de Bimba y Lola no deja de ser una última muestra del cada vez mayor valor y más destacado peso que lo “experiencial” está pasando a ocupar dentro de las estrategias de mercado de las grandes compañías minoristas y de la moda, como sin duda lo es la firma de moda española. Un peso y una cada vez más destacada presencia que responde a la intención de, de un lado, buscar crear ese efecto impacto con el que captar la atención del público, pero ni mucho menos solamente esa intención, sino, y muy especialmente, la de lograr construir y generar un “aura de comunidad” que será, y es, la que permite construir unas conexiones más genuinas, estrechas y auténticas entre las marcas y su comunidad de clientes. Sino la única, sí de las más potentes y efectivas vías para fidelizar esa audiencia, pero también, y así debería de ser, para abrir la vía a establecer un contacto bidireccional desde el que realmente poder saber cuáles son los gustos, las preferencias y las necesidades de esa misma “familia” de fieles seguidores de la marca, para que, a partir de ese diálogo y de ese contacto, la marca, firma compañía en cuestión, cuente con las palancas necesarias para poder ir amoldándose a esas siempre cambiantes necesidades que muestran los consumidores. Unas demandas especialmente dinámicas dentro de la industria de la moda, y que sin esa conexión, que lleva al consumidor a incluso llegar a valorar como una “traición” el acercarse a las propuestas de otras firmas, puede afectar de manera decisiva a la firma más de moda de hoy, irreverente en un próximo mañana.
Siguiendo con el análisis de esta iniciativa desde, esa perspectiva más general y estratégica, ha sido, y está siendo, precisamente “lo experiencial” lo que ha servido, y está sirviendo, para impulsar el modelo de negocio, ya no de las grandes firmas, sino de las firmas de moda emergentes, como en el caso de España lo han sido ejemplos como los de Blue Banana, Yuxus o Nude Project, una de las que más han sabido acertar el tiro para la hora de poner en marcha sus “locas” activaciones experienciales y aperturas de “pop-ups” efímeras, con experiencias justamente perfectamente alineadas a lo que iban entendiendo que eran los gustos de su potencial comunidad de clientes. Cuestión esta que resulta esencial para la hora de diseñar de manera efectiva estas series de activaciones experienciales inmersivas, y que es la misma que, ajustándose a los fines concretos que se buscaban, encontramos detrás de otras activaciones “experienciales” como las que desde El Corte Inglés ya han empezado a poner en marcha en Madrid con la intención de “atraer” a los consumidores latinoamericanos de un alto poder adquisitivo; o de la que ahora entran a poner en marcha desde Bimba y Lola con la apertura de estas “La Churrería de Bimba y Lola” de Madrid y Barcelona. Una activación, en su caso nuevamente efímera, pero sobre la que tampoco se nos escapa que la firma entra a tratar de profundizar en la conexión con su público a través de la comida; un universo gastronómico que se está descubriendo en un cada vez más fiel aliado de las firmas de moda en sus intenciones por ofrecer “experiencias” a sus clientes desde las que poder seguir estrechando lazos, tal y como Zara ponía precisamente de manifiesto con la apertura, hace poco más de una semana, de su primer “Zacaffè” del mundo, en Madrid.
En lo que refiere ahora al caso concreto de estas churrerías, “con esta activación, Bimba y Lola reafirma su compromiso de sorprender y conectar con su comunidad de forma creativa e inesperada”, ponen al respecto en valor desde la firma de moda española. En esta intención, “como en ‘¡Vaya! it’s XMAS again!’, el humor y el espíritu de celebración serán protagonistas en este dulce encuentro” entre la firma y su comunidad de clientes, actuales y potenciales; encuentro amenizado con dulces churros recién hechos y chocolate caliente, desde el que van a tratar de llevar “el espíritu de la Navidad al próximo nivel”.