Alohas aterriza en Ámsterdam: “consideramos que es un mercado clave para seguir creciendo en el norte de Europa”
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Tras inaugurar su primera tienda física en Nueva York, la firma española Alohas continúa reforzando su estrategia omnicanal con la inauguración de su primera tienda en los Países Bajos. Esta nueva apertura marca un paso clave en la expansión europea de la marca, que ya cuenta con puntos de venta en España, Italia y Francia.
Con una comunidad de clientes ya consolidada en el país gracias a sus canales online y wholesale, la marca ha apostado por establecerse en el corazón de Ámsterdam para fortalecer aún más su conexión con el consumidor local. El nuevo establecimiento, de 115 metros cuadrados, se sitúa en Runstraat, una de las icónicas calles del distrito comercial “Negen Straatjes”, en pleno centro de la capital.
Fundada en 2015 por Alejandro Porras Martorell, Alohas nació como una propuesta de calzado inspirada en las tradicionales avarcas menorquinas, tras una estancia en Hawái. Desde entonces, ha evolucionado hacia una marca de moda de alcance global, con colecciones de calzado y ropa diseñados en Barcelona y producidos principalmente en España y Portugal. Su modelo de negocio, inicialmente definido como “moda rápida sostenible”, ha dado paso al concepto de Timeless fashion, basado en un sistema de producción bajo demanda que prioriza la eficiencia y la responsabilidad.
Con motivo de esta apertura, hablamos con él, sobre el papel que juega Países Bajos en la estrategia internacional de la marca, el equilibrio entre expansión y fidelización en ciudades clave, y de qué forma el canal físico se convierte en una extensión natural de su propuesta digital.
¿Qué os motivó a entrar en el mercado neerlandés y cómo evaluáis su potencial en comparación con otros mercados europeos?
Decidimos entrar en el mercado neerlandés porque es uno de los países donde ya teníamos un volumen importante de ventas online, lo que nos indicó claramente una fuerte demanda por nuestros productos.
Creemos que Países Bajos tiene un gran potencial debido a su consumidor exigente, amante del diseño contemporáneo y abierto a nuevos conceptos como nuestro modelo bajo demanda.
Comparado con otros mercados europeos, consideramos que es un mercado clave para fortalecer nuestra presencia física y seguir creciendo en el norte de Europa.
¿Qué otros mercados tenéis actualmente en el radar?
Nueva York —la semana pasada abrimos nuestra primera tienda en la ciudad ubicada en la calle 260 Elizabeth St, en el barrio de Nolita, cerca de Soho, un paso que ha supuesto cruzar el océano por primera vez— y tenemos en el radar Londres, Los Ángeles y Berlín como prioridad. Algunas ciudades secundarias en USA también las estamos evaluando.
¿Cuál es la estrategia de expansión de la marca?
Estamos apostando por una estrategia combinada: por un lado, buscamos amplitud expandiéndonos hacia nuevas geografías, especialmente en las principales ciudades internacionales de moda como Nueva York, Londres, Los Ángeles y Berlín, donde queremos posicionarnos con tiendas físicas y presencia relevante.
Al mismo tiempo, seguimos apostando por crecer en profundidad, aumentando la fidelización y reforzando nuestra presencia en aquellas metrópolis donde ya vemos una fuerte tracción y potencial consolidado.
¿Qué aporta el canal físico a vuestra estrategia que no aporta el online, especialmente teniendo en cuenta vuestro modelo on demand?
El canal físico nos permite ofrecer una experiencia de marca más completa y tangible. Las tiendas físicas refuerzan la confianza, mejoran la conexión emocional con el cliente y nos permiten educar sobre el modelo on demand de manera más directa y cercana. Además, funcionan como espacios clave para captar nuevos clientes y complementar la experiencia digital, potenciando la fidelización omnicanal.
¿Qué objetivos os marcáis para vuestras tiendas físicas?
Nuestro objetivo principal es que las tiendas físicas se conviertan en puntos clave de conexión con la marca: espacios que no solo generen ventas, sino que también impulsen la adquisición de nuevos clientes, aumenten la fidelización y refuercen nuestra presencia local.
Buscamos que cada tienda sea rentable, pero sobre todo que funcione como motor de crecimiento omnicanal en ciudades estratégicas. Por ello, es muy importante la experiencia que el cliente tiene en la tienda; más allá de ir a ver nuestros productos, es una oportunidad para nosotros para explicarles el sistema bajo demanda, así como que puedan conocer los orígenes, valores y objetivos de la marca.
¿Cómo diseñáis una experiencia de compra que justifique el tiempo de espera?
Lo más importante es que ofrecemos productos, experiencias e historias únicas que conectan con el cliente desde el primer momento. Diseñamos cada pieza con intención, cuidando cada detalle para que el cliente sienta que vale la pena esperar. El modelo on demand se convierte así en parte del valor: no es solo una compra, es una decisión consciente por algo especial y hecho para durar.
¿Cómo se gestiona un modelo de negocio de este tipo con vuestros proveedores?
Nuestro modelo requiere una relación muy cercana con los proveedores, basada en agilidad, comunicación constante y planificación flexible. Trabajamos con producciones más pequeñas y frecuentes, lo que nos permite reaccionar rápido a la demanda real. Esto exige un alto nivel de coordinación, pero también genera menos excedente, más eficiencia y una cadena de suministro mucho más ajustada a lo que el cliente realmente quiere.
¿A nivel de stock y demás cómo gestionáis ahora el riesgo de sobrestock o de productos que no se venden?
Seguimos perfeccionando nuestro modelo on demand para minimizar errores desde el origen, produciendo solo lo que sabemos que tiene demanda. Aun así, cuando nos equivocamos —porque es parte del proceso— gestionamos ese excedente a través de canales tradicionales como outlets. El objetivo es mantener una rotación saludable y evitar acumulaciones innecesarias sin comprometer la calidad de la experiencia de marca.
¿Habéis implementado nuevas herramientas o sistemas de gestión de inventario?
Sí, hemos invertido en herramientas tecnológicas que nos permiten tener una visibilidad casi en tiempo real del inventario y de la rotación de productos, tanto en online como en retail. Estas soluciones nos ayudan a tomar decisiones más precisas sobre reposiciones, asignaciones y producción, alineadas con nuestro modelo ágil y bajo demanda. La tecnología es clave para mantener la eficiencia y controlar el riesgo en cada punto de la cadena.
¿Hasta qué punto las decisiones creativas están guiadas por los datos?
Los datos son una herramienta clave que nos ayuda a entender qué conecta con nuestra comunidad, pero no sustituyen la intuición creativa. Analizamos constantemente el comportamiento del cliente para detectar patrones y oportunidades, pero siempre dejamos espacio para la experimentación y la visión del equipo de diseño. El equilibrio entre intuición y datos es lo que nos permite innovar sin perder relevancia comercial.
¿Tenéis pensado expandir las líneas de producto hacia otros accesorios?
Sí, estamos explorando nuevas categorías de producto, y los bolsos son una evolución natural dentro de nuestro universo de marca. Siempre que ampliamos la colección lo hacemos con intención: buscamos aportar algo distintivo en diseño, calidad y funcionalidad, y asegurarnos de que encaja con lo que nuestra comunidad valora. Estamos trabajando en ello, pero priorizando el momento, el talento y la ejecución adecuados.
¿Cómo valoráis internamente cuándo es el momento adecuado para diversificar el portafolio?
Lo validamos combinando datos, intuición de marca y señales del mercado. Antes de lanzar una nueva categoría, analizamos la demanda existente, testamos con lanzamientos limitados y evaluamos si realmente podemos aportar algo diferencial. También consideramos nuestra capacidad operativa y el impacto que puede tener en el foco de la marca. Solo diversificamos cuando sentimos que el producto suma valor real y tiene potencial de convertirse en un pilar sólido dentro del portafolio.
Habéis dejado atrás el término sustainable fast fashion para apostar por el concepto timeless fashion, on demand. ¿Qué motivó este cambio y qué queréis transmitir con esta nueva definición?
Nuestra prioridad es diseñar productos especiales y atemporales que conecten de verdad con la gente, hasta el punto de que estén dispuestos a esperar por ellos. El modelo on demand es una herramienta para conseguirlo, no el fin. La sostenibilidad es una consecuencia natural de hacer las cosas bien: diseñar con intención, producir con sentido y evitar el exceso. Preferimos hablar de valor, durabilidad y deseo, más que de etiquetas.