Armani retrasa sus colecciones: alargará verano a septiembre y estudia “saltarse” las pre-fall
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Madrid – Con todas las tiendas cerradas, los talleres paralizados y con las líneas de producción —y las materias primas vinculadas a ellas— volcadas en la fabricación de material sanitario, no hay duda de que no será fácil la vuelta a la normalidad para el sector de la moda y del textil. Y todo ello a la espera de saber cuáles serán los intereses de la nueva generación de consumidores “postcoronavirus”, y la manera en la que esta pandemia terminará alumbrando un nuevo universo de tendencias y de prácticas consumistas. ¿Asistiremos a la consagración de una industria de la moda “slow fashion”, o por el contrario se desatarán aún más nuestras apetencias más consumistas? ¿Apostaremos por el refinamiento de nuestro estilo para contrarrestar estos días en pijama y en chándal, o por primar la comodidad?
Sobre estas y otras cuestiones similares, en las que no es de extrañar que ya se encuentren trabajando y reflexionando desde los prescriptores de tendencias al resto de los profesionales de la industria, se pronunciaba esta misma semana el mismísimo Giorgio Armani. Quien, a lo largo de una entrevista al medio estadounidense wwd, confesaba para sorpresa de muchos estar barajando la posibilidad de saltarse, cuando no suprimir, sus colecciones “pre-fall”. Medida que de tomarse finalmente este año como causa del brote de coronavirus, no se conoce si terminaría modificando los calendarios de la casa italiana de ahí en adelante.
“En estos momentos estamos evaluando omitir o reducir al mínimo las colecciones ‘pre-fall’ previas al otoño”, declaraba el propio diseñador a WWD. “Creo que es suficiente mostrar una única colección, que incluye además todas las precolecciones”; que únicamente se mantienen como diferentes respecto de las de los desfiles por “cuestiones de fechas de entrega”. Un hecho que sin embargo no impide que las conocidas como “mid season”, tanto las colecciones “pre-fall” —que preceden a la de la temporada Otoño/Invierno— como las “cruise” (crucero) —antes de la temporada Primavera/Verano—, sean una de las herramientas más eficaces para las firmas de moda. Un adelanto de las nuevas tendencias de la temporada, que les sirven tanto para ir introduciendo los nuevos aires en sus boutiques, como de manera con la que testar el interés de sus clientes por unas u otras tendencias. Y todo ello al tiempo que disparan sus ventas completándolas con piezas únicas de edición limitada.
Ajustar las colecciones a las “necesidades estacionales” de los clientes
Sin embargo todos esos aspectos económicos resultan de escaso interés para Armani. Quien se confiesa mucho más interesado en potenciar una “slow fashion”, cuyo calendario de presentaciones además debería de ajustarse a las necesidades reales, y “estacionales”, de los clientes. Lo que permitiría a las marcas como ventaja el poder responder a sus demandas y mejorar los vínculos con su público, al tiempo que reducirían la exposición de sus stocks a las campañas de rebajas.
“La situación ideal sería si pudiéramos limitar las ofertas y hacer coincidir los tiempos de nuestras colecciones con las ‘necesidades estacionales’ de nuestros clientes; de esta manera podríamos evitar, o limitar, drásticamente los descuentos”, señala el diseñador italiano. Quien del mismo modo incide en la necesidad de que, de realizarse, las campañas de rebajas deberían de reformularse para que “no sean únicamente un gran cartel en los escaparates, sino unas estrategias más personales, silenciosas y directas hacia los clientes”. Aspectos sobre los que el “e-commerce también debería de tomar algunas decisiones”.
Estirar hasta septiembre la temporada de verano
En este mismo sentido, como manera con la que “readaptarse” a las auténticas necesidades climáticas de cada temporada, Armani apunta a la posibilidad —o necesidad— de estirar la temporada de verano hasta septiembre. Medida que ya ha introducido la casa italiana, y con la que tiene toda intención de continuar desde ahora.
Esta iniciativa la sitúa como un reflejo de lo que entiende que alumbrará la nueva moda “postcoroavirus”. Una moda “más lenta” que llegará como continuación de ese interés por la sostenibilidad que venía anunciando el sector hasta la fecha, y que se traducirá en un mayor gusto de las personas por “ropa más duradera” antes que por diseños más sofisticados.
En palabras del diseñador, esta situación excepcional ofrece una “oportunidad única para rectificar”. Especialmente aquellos factores de la industria como su sobreproducción o el ritmo al que se suceden las temporadas, prácticas que califica de “absurdas”. En una carta abierta facilitada al mismo medio con antelación a su entrevista, el diseños alertaba en estos mismos términos de unos problemas que, en su opinión, se han venido acrecentando a medida que la industria de la moda-lujo ha introducido prácticas propias del “fastfashion”, como su ciclo de producción más acelerado y sus mayores volúmenes. Lo que ha dado como resultado una realidad completamente ficticia, atendiendo a sus propias impresiones.
“Resulta extraño”, destaca Armani, “que en invierno solo puedan encontrarse vestidos de lino en las tiendas, y en verano abrigos de lana de alpaca”. “Es una mentalidad incorrecta”. De ahí su decisión de que “nuestras colecciones de verano permanezcan en las tiendas, al menos hasta principios de septiembre”. Práctica que “seguiremos haciendo a partir de ahora”.
En defensa de una vuelta a la “esencia” de la moda
Todas estas declaraciones se entienden bajo la visión de Armani del deber que tiene el sector de la moda de reorientar su discursos nuevamente hacia su campo de actuación, la ropa. Alejándose con ello de una cultura del espectáculo que resta importancia al diseño y perjudica, entendemos, la labor de aquellos diseñadores que sí se encuentran centrados en avanzar hacia la creación de nuevas siluetas, tejidos, estructuras… En definitiva, en le desarrollo de una nueva era para la moda.
“No estoy de acuerdo con esta tendencia”, apuntaba Armani el pasado mes de junio en relación a la organización de grandes desfiles en exóticos y paradisíacos destinos. “Quiero ver la ropa, no el lugar en el que se está mostrando. Eso es espectáculo”. “Ahora no se trata de qué diseñar, sino de dónde mostrar esos diseños. Me parece totalmente ridículo. Y eso sin hablar de los costes de los viajes”, enfatizaba entonces el diseñador, que sí ha realizado desfiles fuera de Italia, donde se encuentra su sede, pero siempre vinculados a otras acciones como a la apertura de una nueva boutique. Por ello, este momento “deber ser el final de la moda como pura herramienta de comunicación, el final de los espectáculos crucero que se realizan en todas partes del mundo”, apunta ahora, al tiempo que aboga por un regreso a la “autenticidad”.
Armani contra el coronavirus
Al igual que otras firmas de moda, tanto nacionales, como internacionales y del sector de la moda-lujo, la casa Armani también se encuentra volcada en la lucha contra el coronavirus. Pandemia que está afectando de manera especial en Europa a Italia y a España, y para la que la firma ha reorientado la producción de todas sus fábricas en el norte de Italia a la fabricación de batas médicas. Productos que dona a los hospitales más cercanos, “tomando para ello todas las precauciones necesarias”, apunta el diseñador.
Como consecuencia igualmente del brote, y de las dificultades económicas que entrañará para múltiples empresas, el diseñador confesaba al mismo medio que evaluarán su cadena de suministros. Dejando la puerta abierta a la posibilidad de tener que comprar a alguno de sus proveedores.
Photo Credits: Giorgio Armani.