Maison Mesa: referencias a Buñuel, tonos flúor… y punto

Madrid – Encargándose de cerrar la segunda jornada de presentaciones y desfiles de esta nueva edición de la iniciativa Madrid es Moda, encargada, en una edición más, de inaugurar una igualmente nueva edición de la Semana de la Moda de Madrid, desde el hotel Four Seasons de Madrid presentaba su última colección para la temporada Otoño/Invierno 2024/2025 la firma de moda española Maison Mesa. Una colección orquestada bajo el título de “Séverine”, en clara referencia a la obra “Belle de Jour” de Luis Buñuel.

Tomando como punto de partida la magistral cinta del director hispanomexicano, natural de la localidad turolense de Calanda, Juan Carlos Mesa, fundador y director creativo de la casa de modas Maison Mesa, se ha dispuesto a practicar, al abrazo de esta colección, una suerte de revisitación y reinterpretación propia de la al tiempo tan embriagadora como inescrutable Séverine Serizy. La joven e inconformista protagonista de la obra, interpretada de manera brillante por la icónica musa del cine francés, y europeo, Catherine Deneuve, quien, aprisionada entre los muros de los convencionalismos sociales de la sociedad de la época, construidos a partir de lo que se le demandaba a la mujer, como mujer, como católica y como esposa, no duda en hacer volar su imaginación y su mente, en un intento por seguir explorando nuevas facetas de su yo interior, y de su misma sexualidad. Una búsqueda, en definitiva, de la propia libertad, que nunca alcanzaremos a conocer si Séverine logra obrar en cuerpo, o simplemente en mente, pero un ejercicio que es el que le ha servido a Mesa para terminar de dar forma a una colección, desde la que, por manido que pueda resultar dentro de la escena de la moda, busca responder ante las necesidades y ante la figura de todas aquellas mujeres que, a través de la moda, puedan servirse de la misma para empoderarse, reafirmarse, y, como Séverine, salir a explorar nuevas facetas y perfiles de su identidad.

“Séverine goza de todos los beneficios de su estatus, pero es precisamente esa comodidad, esa ‘normalidad’ la que la subyuga”, analizan desde la casa de modas del modista madrileño, a través de la nota explicativa sobre el sentido de esta colección. Es esta rutina de su vida aburguesada, defienden, la que “anula su ser”, castigado “por el orden social, por la moral y por la religión”. Unos muros desde cuyo interior Séverine termina por ser consciente de “un desorden interno que choca con el orden externo preestablecido en el que vive”; con “su monotonía vital”, y desde los que empieza a descubrir a una nueva realidad suya como “mujer con deseos propios y personales”; a “una mujer que gracias a su auto conocimiento progresivo, cada vez es más fuerte, segura y feliz con su propio yo, tomando el control de su vida y de sus deseos, de los que finalmente se puede sentir orgullosa y satisfecha”.

Tomando esta “revolución” interna como referente, es como desde Maison Mesa termina por identificar a la mujer frente a la que busca responder. Una mujer que, enfatizan, “consigue ser ella misma a pesar del rol social que le ha tocado vivir, sea cual sea; que siente que puede conseguir todo aquello que se proponga sin importar su estatus, su raza, su talla, su condición sexual, visibilizando sus deseos y tomando las riendas de su vida”. Una mujer que, confiesan, chocaría con lo que realmente alcanzó a ser la Séverine original para el propio Buñuel, un personaje sobre el que proyectó “sus deseos”, pero que desde la firma han logrado identificar con la naturaleza de la cantante Cintia Lund, que de este modo ha terminado ejerciendo de musa de esta colección.

Entre colores flúor y prendas de punto

Apuntado ya tanto el discurso como las referencias estéticas que han servido de “pulsión” para la hora de componer esta propuesta, la colección se ha presentado armada desde una tan vibrante como colorida paleta cromática, en la que la oscuridad de los negros y la riqueza de unos blancos manchados de reflejos dorados y de ocres, bailan y se deslizan junto a verdes militares, azules klein, rosas fucsia, naranjas coral, rojos carmín o verdes hierba. Una primaveral combinación de colores, con la que Mesa parece más que dispuesto a contagiar de la tradicional alegría y energía primaveral, a la próxima temporada de Otoño/Invierno de 2024/2025.

Desde estas características generales de la colección, desde el desfile celebrado desde el interior del exclusivo hotel Four Seasons de Madrid, terminaron por descubrirse una sucesión de piezas de inspiración años 60 y 70, que llamaron particularmente la atención por su justa medida entre la fluidez más descarada, y la volumetría más coercitiva. Aspectos que de manera más que admirable supo a bien resolver y hacer dialogar el modista madrileño, dando con todo ello forma a toda clase de vestidos, tanto largos como cortos; conjuntos de falda y chaqueta; y pantalones largos y tobilleros. Prendas que se destacaron, primero por sus acabados en su mayor parte monocromáticos, y segundo, por venir en su mayoría confeccionadas de manera sobresaliente en tejido de punto. Un tejido que, compartiendo protagonismo con paños de cashmere, ante, terciopelos, o con la piel de vacuno empleada para la fabricación, artesanal, de los bolsos que completa la colección, piezas elaboradas en España por el taller de Anabella Boffa, se elevó como uno de los principales elementos característicos de esta colección. Una propuesta que terminaba poniendo su broche de oro sobre la pasarela, con la exhibición de una distinta sucesión de piezas especialmente singulares, desde las que Mesa parecía salir a reconstruir en tejido de lana y punto, las hasta la fecha tan habituales prendas confeccionadas en pieles exóticas, y por las que durante las últimas décadas tanto había venido siendo censurada la Alta Costura y la moda de autor. Una cuestión para la que el diseñador parece haberse decidido a salir a dar respuesta, con unas prendas que recuperan las tradicionales geometrías de los abrigos y de las estolas que, hasta hace bien poco, únicamente alcanzábamos a ver confeccionadas en pieles de animales exóticos.

De este modo, la colección sale a dar respuesta ante “una mujer que quiere sentirse cómoda, con prendas de punto que no restrinjan sus movimientos”, y “sin perder ni elegancia ni sensualidad”; con “prendas prácticas de tactos agradables sobre la piel”, y en lo que ha dado pie a la construcción de “nuevos jerséis del clásico dibujo de ochos, pantalones, faldas y chaquetas en colores vibrantes como los verdes hierba, los fucsias o los azulones”, modelos “realizados por nuestra fábrica artesana de Perssa’m en Caravaca de la Cruz”. Elementos de este modo principales de esta colección, en la que, siguiendo con lo ya señalado, el punto adquiere un protagonismo singularmente destacado, mostrándose como un tejido clave, ya no solamente para las prendas de diario, sino también durante la noche. Atmósfera para la que se nos descubre, de la mano de esta colección, en forma de “chaquetas de lurex dorado, que a su vez se fusiona con el modal en negro para dotarlo de calidez y contraste”; un “dorado que se repite en falsas antelinas dulces y confortables”, así como en unos tejidos “de efecto pluma y lentejuela”, que se exhibe “junto a terciopelos negros con mini lazos de georgette”.