Entre cúrcumas y sedas: la “pasión india” de Dior
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Como viene siendo ya habitual llegados a esta recta final del año, la casa Dior ha decidido poner el broche de oro a este 2022 con la presentación de la última colección de mujer de su línea de pret-a-porter, para la próxima temporada de Otoño de 2023. Una propuesta que llega diseñada una vez más por la diseñadora italiana Maria Grazia Chiuri, directora creativa de la línea femenina de Dior desde el pasado mes de julio de 2016, cuyas piezas en esta ocasión beben y se nutren de las conexiones, tanto personales como históricas, que a lo largo de los años se han llegado a establecer desde el área creativa de la casa francesa con la historia y el legado artístico y cultural de la India. País al que queda dedicada esta colección de otoño.
Partiendo de estos ánimos sobre los que se sostiene la colección, de la que se espera que, aún siendo un punto todavía no confirmado por la casa francesa, se termine organizando un desfile en vivo similar al que acompañó, desde Seúl, la presentación de la colección de mujer para la temporada de Otoño de este 2022, la propuesta se presenta como el particular homenaje que Chiuri ha querido dedicar a un país y a una cultura con la que mantiene unos vínculos muy estrechos, y en particular a la figura de Karishma Swali. Quien, además de mantener una larga e inestimable amistad con la diseñadora italiana, se destaca como la fundadora y directora de los talleres Chanakya y de la escuela de artes y oficios Chanakya School of Craft de Bombay. Instituciones que ya se han convertido en íntimas colaboradoras de la casa francesa durante esta etapa suya bajo la dirección creativa de Chiuri, en una apuesta muy personal de la diseñadora que les ha llevado ya a participar de la escenografía del desfile de presentación de la colección de Alta Costura de Dior para la temporada Otoño/Invierno 2021/2022, presentada el pasado 5 de julio de 2021 en París; o de la mismísima elaboración de las piezas de su colección de Alta Costura para la temporada Primavera/Verano de 2022. Una propuesta que por su lado veía la luz durante la última edición de la Semana de la Alta Costura de París de enero de 2022, y que llegaba alfombrada por piezas delicadamente bordadas por las manos expertas de las mujeres de escuela Chanakya de Bombay, en lo que suponía ya la tercera ocasión que cerraban una colaboración con Dior, de la que ahora encontramos su nuevo último ejemplo en el marco de esta colección Dior Fall 23.
“Encontrar una nueva manera ingeniosa de hablar de sentimientos y emociones que puedan conectarnos con un país y con su cultura”, eso es lo que la diseñadora italiana “ha querido realizar en esta colección Dior Otoño 2023”, entran a detallar desde la masion francesa a través de un comunicado, en relación a una propuesta que se explica sobre la base de las “relaciones laborales y la amistad” que unen a la diseñadora “desde hace muchos años a la India y a Karihsma Swali”. Fundadora de esos talleres Chanakya, pero sobre todo impulsora de esa escuela de capacitación que se muestra, subrayan desde Dior, como un lugar para el “intercambio, el estudio y la emancipación para muchas mujeres”. Como “un laboratorio para explorar esos diferentes tipos de ‘saber hacer’” que la directora creativa de la casa “ha celebrado durante largo tiempo”, en una apuesta que de otro lado no trata sino de ser un reflejo del mismo “espíritu visionario” del que llegó a hacer buena gala el mismísimo Christian Dior durante su vida.
Un viaje (de ida y vuelta) desde París a la India
Tomando de este modo como punto de partida esa intención por buscar construir puentes desde los que celebrar otras culturas, así como en particular esos nexos de unión que mantiene Dior con la India a través de su asociación con los talleres y la escuela Chanakya, llegada la hora de dar forma a esta propuesta Chiuri ha retrocedido hasta la década de los años 60. Un momento en el que la casa Dior se encontraba bajo la dirección creativa del diseñador Marc Bohan, quien llegó a mantenerse como director creativo al frente de la casa francesa durante 30 años, tras entrar a ocupar el puesto en 1960 cuando en sustitución de un Yves Saint Laurent que se veía remplazado por su deber de tener que acudir a realizar el servicio militar, marcando el inicio de una relación que se mantendría hasta la salida de Bohan de Dior en 1989.
Según entran a detallar ahora desde la casa francesa a este respecto, Bohan realizó en 1962 una “tournée” en la India durante la que llegaría a presentar cerca de un centenar de diseños a lo largo de una serie de eventos de carácter benéfico realizados entre las ciudades de Bombay y Delhi. Eventos que sirvieron para marcar un punto de inflexión en su producción artística para la casa, que empezaba a abrirse de este modo hacia las nuevas generaciones de consumidores de la época y hacia el nuevo lenguaje y los nuevos ritmos de la moda prêt-à-porter, estableciendo igualmente un punto de conexión entre el histórico “saber hacer” de la casa parisina y la tradición cultural de la India.
Sumando nuevamente ahora ambas corrientes, para terminar de dar forma a esta colección la diseñadora italiana se ha servido de una riquísima paleta cromática que ahonda sus raíces en los colores propios de este país de Asia del sur, construida a partir de amarillos cúrcuma y naranjas mostaza, cuya calidez entra a contrastar con un océano de profundos morados, incendiados lavandas, intensos azules y rosas fucsia, homenaje al cromatismo natural de los paisajes de la India. Unas tonalidades que han terminado reflejándose sobre las coloridas sedas y los primorosos bordados que se encargan de dar cuerpo a esta propuesta, máxima expresión estos de ese buen “saber hacer” que desempeñan desde estos talleres de Chanakya de Bombay, ya todo un referente en la escena internacional por la calidad de sus trabajos.
Sobre esta materialidad y este universo cromático, en cuanto a diseño, la colección entra a fusionar los códigos propios y heredados de la casa Dior, con su histórica chaqueta Bar a la cabeza, con las prendas de la indumentaria tradicional de la cultura india. Aspectos que terminan dando lugar a piezas tan destacadas de esta colección como esos abrigos y esas largas y fluidas piezas de seda monocromáticas, homenaje a los códigos creativos del mismo Marc Bohan; y que encontraremos junto a faldas rectas inspiradas en los sari; piezas con patrones referenciados a los tradicionales cortes de la indumentaria india; o diferentes modelos de pantalones, conjuntos de traje chaqueta, blusas y vestido de noche. Partes así pues más destacada de esta colección, que se presenta como una recreación de ese viaje que realizó Bohan desde París hasta la India, en una aventura en la que aún a día de hoy sigue embarcada la casa parisina, ahora en ese viaje permanente de ida y vuelta que sostiene de la mano de los talleres Chanakya, cuyos bordados se erigen como protagonistas indiscutibles de esta última colección femenina de Dior.
“La colección evoluciona como un diálogo en el que la dimensión colaborativa” de Dior con ambas instituciones de Bombay “se termina manifestando más que nunca, de una manera múltiple y gracias a un excepcional ‘savoir-faire’”, subrayan desde la casa de modas francesa. “Reflejada en unas complejas piezas de bordado”, la colección “ilustra una topografía tridimensional, moldeada por el encuentro y la interrelación” de estos “legados culturales plurales” procedentes de Francia y de la India, y que encuentran una nueva vía de expresión a través de esos motivos en “toile de Jouy”, tejido histórico francés, que aquí igualmente se revisita para reinterpretarlo en clave geométrica y a través de representaciones del paisaje indio, dotando de un carácter único y singular a una amplia variedad de las piezas que forman parte de esta colección.
De este modo, “el bordado”, presentado aquí y una vez más tanto como protagonista como “medio de investigación”, apuntan desde Dior, “se convierte en una herramienta desde la que poder apreciar, a través de la relación entre Dior y los talleres Chanakya y la escuela de artes y oficios Chanakya School of Craft, los múltiples paisajes de la India”. Una “cartografía” del país, añaden desde la casa de modas francesa, desde la que se “mezclan y subrayan las diversas técnicas que, a través de los procesos de trabajo de la Escuela”, se están ya convirtiendo “en patrimonio de las mujeres” indias y “en un instrumento tanto de inventiva como de empoderamiento”.