Desigual salta al mundo de la joyería
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Cuando desde Desigual se vinieron a destacar en su afán por defender, con sus distintas propuestas en moda y lifestyle, la autenticidad de aquellos que forman parte de su comunidad de clientes, un principio que ha permanecido inalterado desde su propia fundación en Barcelona en 1984, a ciencia cierta que desconocían que finalmente encontrarían, dentro de esa misma comunidad, las herramientas y recursos con los que seguir luchando a favor de ese mismo compromiso. Un camino hacia la “circularidad creativa” que empezaban a alimentar con el lanzamiento, en julio de 2021, de su programa de aceleración de startups “Awesome Lab” —del que ya están inmersos en su segunda edición—, y sobre el que acaban de firmar un nuevo capítulo, con su salto al mundo de la joyería. Nueva aventura a la que se embarcan de la mano de Zalio, firma emergente de joyería creada por Gala Meyer, hija de Thomas Meyer, el fundador de Desigual, y por extensión una de las pocas personas del mundo que, junto a su padre, mejor entienden y más mantienen interiorizados los valores de la firma de moda española.
Perfectamente lista y preparada para terminar por elevarse como una de las propuestas que mayor demanda terminen generando, durante esta ya presente campaña de Navidad, desde Desigual se han decidido a seguir haciendo evolucionar su modelo de negocio, desembarcando de este modo, y de la mano de Meyer, en el mundo de la joyería. Una nueva categoría de productos que logran sumar a su catálogo, y que se espera que a partir de aquí la compañía siga desarrollando, tanto de la mano de la propia Gala Meyer como de otra serie de posibles nombres especializados y con vínculos con la moda y con la joyería. Siendo esta una apuesta que nace desde ese “amor” que se mantiene como letimotiv de esta primera colección “Desigual x Zalio”, y del mismo que profesa el fundador de Desigual hacia su hija. Diseñadora a la que el propio Thomas Meyer animó a que diseñase y desarrollase una colección completa de joyería para Desigual, tras poner en justo valor el trabajo que venía desarrollando tras la fundación de Zalio, casa de joyería experimental especializada en orfebrería a partir de metales 100 por cien reciclados.
“Este proyecto ha sido un honor y me ha permitido darme cuenta de la enorme influencia que Desigual ha tenido en mí”, explica la propia Gala Meyer, a lo largo de unas declaraciones que nos hacen llegar desde Desigual. “He crecido mientras la marca también lo hacía”, de modo que “sus mensajes, su historia, son ideas que han calado en mí”. El contar con un apoyo como el de Thomas Meyer “ha sido decisivo en mi desarrollo”, y “de ´le y del proyecto me he nutrido”. Desigual “me ha aportado mucho”, subraya la diseñadora, en una valoración que se termina fácilmente comprobando en el estilo que, de manera personal, ha venido y viene imprimiendo sobre las piezas que forman parte de Zalio, e igualmente en el lenguaje que ha empleado para modelar las que forman parte de esta primera colección de joyas de Desigual.
Una colección genderless en plata de ley y oro de 18 quilates
Graduada en Artes Visuales por el Bennington College de Vermont, Meyer comenzó su faceta como joyera experimentando y modelando sus primeras piezas de joyería durante su maternidad. Un primer acercamiento con la práctica de la orfebrería que culminó en la fundación de Zalio, proyecto al que ahora da un nuevo y vital estímulo firmando esta colección cápsula para Desigual, compuesta por un total de 57 piezas realizadas en latón, lo que permite dar soporte a los diseños, y recubiertas en oro de 18 quilates y en plata de 1ª ley. Una serie de piezas de joyería de marcada naturaleza genderless, sostienen desde Desigual, que se comercializarán de manera exclusiva a través de la tienda online oficial de la marca, así como de únicamente 4 puntos de venta, todos ellos ubicados en España: la flagship store de Desigual en Preciados 25, Madrid; en Plaça Catalunya 9, Barcelona; en la tienda de la T1 del aeropuerto de Barcelona; y en la tienda del Passeig de Mare Nostrum de Barcelona, punto de venta ubicado en la parte baja de la sede corporativa con la que cuenta Desigual en primera línea del frente litoral de la Ciudad Condal.
Con unos precios que oscilan desde los 59,95 euros de unos pendientes XL en aro, hasta los 129 euros de distintos modelos de collares y de collares tipo “choker”, más allá de su materialización en ese acabado en binomio oro o plata, la colección se caracteriza por mantener un único lenguaje creativo a base de líneas fluidas y dúctiles, con las que las piezas de joyería parecen perder por entero su consistencia, para adquirir la de un material moldeable capaz de deshacerse en nuestras mismas manos. Una característica que respondería a esa misma ductilidad con la que, sostienen la firma y la diseñadora, se asemeja nuestra propia existencia, como seres humanos que guardamos en nosotros mismos y en nuestro interior todo el potencial para, como auténticas crisálidas, transformarnos y evolucionar desde nuestro propio “yo”. Aspectos de nuestra naturaleza que veremos aquí recogidos en una serie de piezas compuesta a partir de anillos, pendientes, colgantes, colgantes tipos chokers y brazaletes, que, más allá de esa apariencia “fluida”, también se destacan por venir construidas a base de una serie de mensajes, como “amar hasta arder” o “deshacerse amando”, que encontraremos sosteniendo su propia morfología, junto a referencias a motivos abstractos en formas de mariposas o corazones.
“Cada pieza es un recordatorio de nuestra naturaleza moldeable”, sostienen desde Desigual. “Como las mariposas, las personas somos fruto de una transformación notable y constante, forjada desde el interior”, y “en este camino interminable de evolución, trazamos una espiral infinita”, añaden. Un permanente cambio frente al que parece ampliamente difícil lograr mantenerse fiel a un “yo mismo” que nunca termina de construirse, en una apuesta frente a las que tratan de servir de baluarte precisamente las piezas de esta propuesta. “Bajo el concepto de ‘Amor’, las joyas pretenden despertar el amor propio desde lo más profundo del corazón”, apuntan desde Desigual, de modo que “cada pieza” termina por dotarse de un significado, y “solo quien la lleve podrá descifrarlo”, añaden; en lo que se termina mostrando como un ejercicio de reivindicación del amor hacia uno mismo, contrario al ideal decimonónico del amor romántico, y en justa línea con esa defensa de la autoexpresión y de la identidad propia que procesan y reivindican desde su fundación desde Desigual.
“Las palabras que definen la colección son transformación, conexión, amor”, destaca la propia Gala Meyer. “Las piezas reflejan el proceso de descubrirse a uno mismo, de ver la persona en que te has convertido y quererte más que nunca”. Más allá de esa interpretación y de ese valor intimista, “a la vez”, y en una asimilación más de vínculo hacia los demás, las piezas “también son una oda a los dos polos —el frío, el calor; la luz, la oscuridad— que laten en el amor, que siempre debe quemar, como también quema el desamor”. Una suma de sensaciones y de sentimientos que la propia metodología de trabajo seguida por Meyer ha logrado poner en valor, gracias a, en colaboración con los propios especialistas que forman parte de los equipos de Desigual, “un proceso muy íntimo, delicado, en el que mis propias huellas quedan impresas en el material y acaban en la pieza final”. “Con cera, hago cada molde a mano”, explica la creativa, de modo que, como resultado final, y aportando un gran valor artesanal, sobre cada una de las piezas “se puede descifrar cada movimiento que he hecho hasta llegar a la joya acabada”.