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Shein demanda una reforma “responsable” de la exención “de minimis” para las importaciones a EEUU

Por Jaime Martinez

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Muelle de carga de una zona portuaria. Créditos: Unsplash.

Madrid – Mientras siguen adelante, en sus respectivas vías de tramitación, las distintas propuestas bipartidistas que, tanto desde la Cámara de Representantes como desde el Senado de los Estados Unidos, han abierto la vía para inducir a una posible modificación, de hondo calado, sobre la denominada ley “de minimis” para las importaciones al país norteamericano, desde la dirección de la minorista global Shein han demandado el abrir un foro de diálogo desde el que abordar esa “necesaria” modificación de la citada ley. Una reforma que defienden el que deba servir a “beneficio de todos”, siguiendo con ello con la misma máxima que sostendrían las distintas iniciativas legislativas que se han empezado a tramitar desde ambas cámaras del Congreso de los Estados Unidos, pero para la que vienen a solicitar que se genere un amplio debate desde el que abordar la mejor manera con la que instrumentalizar esta reforma, con el objetivo último de crear un entorno “más justo y transparente” que repercuta en beneficio tanto de minoristas como de los consumidores estadounidenses.

Para ponernos brevemente en antecedentes, la Sección 321 de la Ley de Aranceles de 1930 de los Estados Unidos, conocida popularmente como la exención “de minimis”, contempla el que todos los envíos que entren al país norteamericano con un importe inferior al de los 800 dólares, por persona al día, queden automáticamente libres del pago de impuestos y aranceles a la importación. Una medida que no obstante no excluye su tratamiento, como el de cualquier otra mercancía que ingresa en el país, por parte de la Oficina de Aduanas y de Protección Fronteriza de los Estados Unidos, desde donde analizan estos mismos envíos de bajo valor del mismo modo en el que lo hacen con el resto de mercancías que ingresan en el país, sirviéndose para ello de los controles y de la revisión que realizan más de 50 agencias federales, con el objetivo de que se garanticen y se hagan cumplir las directrices de hasta más de 500 leyes estadounidenses. De tal manera que se sigue garantizando el que todas las importaciones, independientemente de su valor, sigan sujetas a las leyes a la importación de los Estados Unidos, pero eso sí permitiendo optimizar recursos de la administración para redirigirlos a la tramitación del pago de impuestos y aranceles de los artículos y envíos de mayor valor, al tiempo que todo ello sirve de igual manera a beneficios de unos consumidores, especialmente a aquellos con un menor poder adquisitivo, que se ven así exentos del deber de hacer frente a unos costes a la importación que alcanzarían a poder hasta duplicar el valor de sus compras.

“El Congreso aprobó y amplió la exención de impuestos ‘de minimis’ por una razón”, sostiene John Pickel, director del departamento de Políticas para la cadena de valor del Consejo Nacional de Comercio Exterior (NFTC), asociación empresarial norteamericana desde la que se defiende el valor de la exención de esta norma. “‘De minimis’ es un recorte de impuestos que reduce los costos para los consumidores y promueve la seguridad económica”, al tiempo que “reduce los efectos de la inflación en las empresas estadounidenses, ayuda a aliviar la congestión portuaria y permite a las autoridades aduaneras concentrar mejor los recursos”, defiende a lo largo de unas declaraciones difundidas desde la misma dirección de la NFTC. “Mientras el Congreso valora las distintas propuestas políticas, queremos asegurarnos de que las reducciones drásticas de costes, los beneficios para las cadenas de suministros y la información sobre potenciales implementaciones se abordan y se mantienen en el centro” del debate sobre la posible modificación de la exención arancelaria. Punto para el que “también queremos que el Congreso”, añade Pickel, “comprenda que existen formas claras de mejorar la implementación de ‘de minimis’, sin perjudicar a las empresas y a los consumidores que se benefician de ello”.

Las pretensiones de Shein: una reforma “responsable”, acordada en el marco de la AAFA

Es en este contexto, y mientras de manera abierta desde las distintas propuestas que se encuentran en tramitación en el Congreso de los Estados Unidos se apunta a la posibilidad de restringir el acceso a la exención de “de minimis” a los envíos procedentes de países sin economía de mercado, como China, Rusia, Bielorrusia o Vietnam, al tiempo que a beneficiar a minoristas “tradicionales” de los Estados Unidos, como Walmart o Target, en detrimento de minoristas online como Shein o Temu, que estarían viéndose especialmente beneficiadas del uso de la exención para crecer entre los consumidores estadounidenses gracias a sus precios altamente competitivos, desde la dirección de Shein han solicitado abordar la modificación de “de minimis” por todo el conjunto de la escena de la moda de los Estados Unidos. Una proposición que le ha hecho llegar Donald Tang, vicepresidente ejecutivo de Shein, directamente a Stephen Lamar, presidente y director ejecutivo de la American Apparel & Footwear Association (AAFA). Asociación empresarial encargada de velar y representar los intereses del conjunto de la industria de la moda y del calzado de los Estados Unidos, por boca de una junta directiva actualmente integrada, además de por Lamar, por ejecutivos vinculados a multinacionales de referencia del sector de la talla de PVH, Lululemon o Under Armour.

De este modo, y en una carta remitida al presidente de la AAFA con fecha de este 25 de julio, Tang escribe “en nombre de Shein sobre el amplio debate bipartidista que se ha abierto para limitar la política arancelaria conocida como exención ‘de minimis’”. “Mientras muchos de nuestros compañeros miembros de la AAFA envían productos desde el extranjero a los consumidores estadounidenses bajo este marcado aduanero, en Shein estamos ansiosos por trabajar con usted y con los legisladores del Congreso y de la Administración para ayudar a reformar ‘de minimis’”, puesto que “de hecho, creemos que la exención necesita una remodelación completa”. Un cambio para el que, apunta Tang en su misiva, “para el beneficio de todos los consumidores de los EE.UU., esperamos que la AAFA proporcione el foro adecuado para que sus miembros logren este objetivo”.

Haciendo valer el motivo original que dio paso a la aprobación de la norma, “como usted sabe, el Congreso originalmente creó ‘de minimis’ para proteger a los consumidores de costes adicionales en compras de bajo valor y para acelerar los envíos minoristas a hogares particulares, al tiempo que garantiza el que todas las leyes y regulaciones de Aduanas y de Protección Fronteriza de los Estados Unidos aún se apliquen a esos envíos”, resume el vicepresidente ejecutivo de Shein. Unos envíos que, según la misma Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos, añade Tang, el pasado año alcanzaron a totalizar en el número de los 685 millones de envíos que fueron tramitados bajo la exención de “de minimis”.

“Los críticos afirman que el marco regulatorio existente ha fomentado un campo de juego injusto al perjudicar a las empresas estadounidenses que ya no pueden competir en precio”, no duda en señalar el vicepresidente ejecutivo de Shein. “Asimismo, la falta de un estándar universal sobre la gestión de la cadena de suministros, significa que los consumidores estadounidenses reciben productos todos los días de otros minoristas que pueden no adherirse a las prácticas de fabricación y abastecimiento responsable aceptadas a nivel mundial”. Y partiendo de esta realidad, “en Shein, creemos que los consumidores tienen derecho a saber que no solo obtienen un precio justo cuando compran en online, sino que los productos que reciben son auténticos y están producidos de manera ética”, defienden desde la minorista apuntando abiertamente a que la posible modificación de “de minimis” podría serles de ayuda para terminar de desterrar del imaginario colectivo las sospechas que, de manera recurrente, siguen lanzándose contra su modelo de negocio y contra su red de proveedores —Shein al igual que la práctica totalidad de grandes compañías de la industria no cuenta con fábricas propias—.

A este mismo respecto, entra ya a puntualizar Tang, en “Shein creemos que el marcho de ‘de minimis’ debe reformarse para crear un campo de juego más justo y transparente, uno en el que todos los minoristas sigan las mismas reglas, y donde las reglas se apliquen de manera uniforme e igualitaria, independientemente de dónde se encuentre la empresa o desde dónde se realice el envío”, defienden. “Esto crearía un entorno que permitiría a las empresas competir desde la calidad y autenticidad de sus productos, en función del calibre de sus modelos de negocio, y en base al desempeño de su servicio al cliente, algo que siempre han estado en el corazón de la empresa americana”. “Una reforma responsable de la exención de ‘de minimis’ permitiría a los consumidores realizar compras online todos los días” disponiendo de “más información, seguridad y confianza”, para lo cual “aguardamos la oportunidad de examinar las opciones para esta reforma a través de la asociación, y le damos las gracias por su liderazgo en esta labor”.

Una exención que beneficia a pequeñas empresas y consumidores de rentas bajas

Entrando a analizar las implicaciones que conlleva el mantenimiento o no de la exención de “de minimis”, vuelve a ser desde el NFTC desde donde no han dudado en salir a tratar de poner en valor las ventajas que genera la norma, en beneficio tanto de empresas como de consumidores, desde el portal que han puesto en marcha y desde el que vienen tratando de ejercer una decisiva labor de información y de divulgación en defensa de la vigencia de esta exención fiscal. Tratando a este respecto a destacar el que supone un factor prácticamente decisivo que contribuye al impulso de las pequeñas empresas del país, así como el que repercute de manera ventajosa para especialmente los consumidores con menores rentas.

A este respecto, primeramente señalan desde el NFTC que la exención fiscal “particularmente” beneficia a unas empresas estadounidenses que, a medida que son más pequeñas, más confían en el e-commerce para lanzarse y crecer, sacando para ello ventaja de una exención de “de minimis” que les brinda acceso a insumos a unos mejores costes, con los que tratar de vender sus productos tanto dentro como fuera de las fronteras de los Estados Unidos. Unos menores costes que se terminan reflejando en los precios que transfieren a los consumidores, y que igualmente les abren la puerta a contratar más personal y a iniciar, llago el caso, su expansión. Mientras que del lado de esos mismos consumidores, la misma exención del pago de tasas a la importación, sostienen desde el NFTC, sirve para que aquellas comunidades que no cuentan con acceso cercano a tiendas minoristas, puedan seguir teniendo un acceso “esencial” a artículos a precios asequibles. Destacando en este punto el que gracias a “de minimis”, se agilizan las entregas a la población estadounidense, independientemente del lugar en el que vivan, de artículos de belleza, cargadores de teléfono, marcos de fotos o baterías. Ventajas todas ellas que terminarían de desaparecer para llegado el extremo en el que se acordarse la retirada completa de la exención.

“Tomando como ejemplo al típico consumidor o a una pequeña empresa que compra un producto importado por valor de 50 dólares en una plataforma de comercio online”, analiza Christine McDaniel, investigadora senior del Mercatus Center de la Universidad George Mason en declaraciones a Forbes, esa compra de 50 dólares casi se duplica a 97 dólares, incluso antes de sumar las tarifas” a la importación. “En otras palabras”, añade McDaniel, “deshacerse del umbral de ‘de minimis’ podría traducirse en 47 mil millones anuales adicionales en costes para los consumidores y los dueños de las empresas”.

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