Shein busca convertirse en marketplace y acerca su cadena de producción a Europa
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Diversificar tanto sobre modelo de negocio como sobre su red de proveedores. Estas son a grandes líneas los nuevos puntos estratégicos en la nueva hoja de ruta de Shein, para seguir ganando terreno en el ámbito de la moda frente a sus principales competidores globales. Todo, mientras al mismo tiempo y de manera paralela trata de atajar cualquier sombra de duda que pueda seguir planteando su cadena de suministros y su modelo de negocio, en términos tanto de sostenibilidad, como de mano de obra o en relación al origen de sus materias primas, tercer puntal de una estrategia cuyos pilares fundamentales, y primeros pasos, la propia minorista china se ha encargado ya de comunicar a sus propios socios inversores.
Siguiendo con lo anunciado, a través de un documento interno dirigido a sus inversores, y al que lograban tener acceso desde el The Wall Street Journal, la minorista china habría mostrado ya su interés por explorar la posibilidad de transformar su actual modelo de negocio para dar paso a su transformación como marketplace. Un modalidad que no variaría un ápice su actual naturaleza como pure player digital, y con el que lograría no obstante seguir penetrando en el bolsillo de los consumidores, en esta ocasión de la mano de una oferta formada ya no exclusivamente con los productos de su extensísimo, y ya diversificadísimo, catálogo, sino de la mano de otras marcas de terceros dispuestas a comercializar sus productos desde su plataforma de comercio online. Una opción que a esa suerte de grupo de terceras marcas y de vendedores les permitiría acceder a la amplísima audiencia global con la que ya cuenta la minorista en las distintas partes del mundo, en lo que por parte de Shein, además de amplificar su oferta, e inclusive poder elevar la valoración de su marca por simple asociación, le permitiría acercarse al modelo de plataforma sobre el que se sostienen compañías de un amplio volumen de negocio como Amazon, Alibaba o JD.com.
Lejos de resultar una comparación rocambolesca, todas estas compañías disponen de una oferta tan diversificada como la que ya dispone a día de hoy la propia Shein, cuyo catálogo de marcas propias ya se extiende de las propuestas de moda a la categoría de artículos de belleza o de productos para el hogar, haciendo de ellas de este modo el espejo frente al que se atreva a mirarse ahora la minorista china, en lugar de frente al de otros modelos de marketplace como los de Zalando o Asos, con un catálogo más limitado especializado en propuestas de moda y belleza. Siendo igualmente todas ellas, y ya sin distinción, unas competidoras sobre las que, añadiendo aquí las cadenas tradicionales de la moda rápida, desde Zara a H&M, pasando por Mango, Shein guardaría el objetivo de seguir impulsando su crecimiento, alimentada por el actual panorama de tensiones inflacionistas y de caída del poder adquisitivo de unos consumidores que parecen seguir tratando su hambre consumista recurriendo al rápido bocado de la moda rápida.
“Una plataforma como marketplace permite poner a disposición una variedad de productos adicionales y de opciones de envío”, en lo que “esperamos que resulte en un incremento del compromiso y de la satisfacción del consumidor”, se habrían decidido a destacar sin ambages desde la propia Shein en el citado memorándum dirigido a sus inversores. Siendo estas unas palabras con las que la minorista estaría dejando bien claras sus intenciones de empezar ya a dar los primeros pasos en su transformación como marketplace.
Con producción en Turquía y almacenes en Polonia
De manera paralela a esta transformación, y en lo que no habría que dejar de entender como una suma de partes que forman parte de una misma estrategia dirigida a potenciar el papel de Shein como un agente de carácter global, en el mismo documento la minorista china habría confirmado sus planes para diversificar su modelo de producción. Acción que ya habría empezado a llevar a cabo, desde mediados de este mismo verano, empezando a producir parte de su oferta en Turquía, mientras de manera paralela ha iniciado la gestión de una serie de distintos almacenes en Polonia que estaría destinando a almacenar parte de las mercancías que termina posteriormente enviando a sus clientes de Europa occidental.
Con esta serie de acciones la compañía china estaría logrando empezar a acortar aún más los tiempos de fabricación y de entrega de sus artículos, para los pedidos que recibe con origen en Europa. Un mercado frente al que, a la vista de los hechos, Shein está más que dispuesta a presentar batalla frente a rivales de tanta altura como el Grupo H&M o la española Inditex, recurriendo para ello a su modelo de moda ultrarápida. Un sistema que, detallan, se encontraría actualmente asentado sobre una red de más de 3.000 proveedores, únicamente en la región china de Guangdong, donde concentraría el grueso de su brazo productivo, y sobre una plantilla formada por cerca de 10.000 trabajadores repartidos por las distintas partes del mundo. Un mercado global que es al que se dirige Shein por entero, realizando actualmente envíos a más de 150 países.
Rechazo a las acusaciones de trabajo forzoso y de contaminación ambiental
Terminando de cerrar esta nueva estrategia hacia la que desde Shein estaría dirigiendo sus mayores esfuerzos, la compañía también habría buscado a través de este comunicado interno calmar los ánimos de aquellos de sus inversores preocupados por las acusaciones que permanentemente pesan sobre Shein en materia de seguridad laboral, contaminación o prácticas abusivas. Puntos para los que han entrado a destacar el que la compañía lleva a cabo regulas medidas de control, como el análisis regular del hilo de sus proveedores por parte de la compañía independiente y de referencia Oritain, o la implementación de un código de buenas prácticas laborales dentro de su red de suministros, de cuya correcta aplicación se encarga de garantizar tanto un equipo interno como agencias independientes como Intertek Group.
De manera aún más detallada, según recoge el mismo medio de noticias norteamericano distintos inversores de referencia de Shein, en cuyo capital participan firmas de inversión de capital privado de la talla de Sequoia Capital China y General Atlantic, habrían mostrado un especial interés por aclarar la relación de la compañía con el denominado algodón de Xijiang, principalmente en un momento como el actual en el que ya ha pasado a hacerse efectiva, desde comienzos de año, la medida impuesta por el Gobierno de los Estados Unidos para prohibir la importación de cualquier producto fabricado a partir de esta materia prima. Unas fibras sobre las que pesan la sombra de estar siendo obtenidas a través de prácticas esclavistas impuestas por parte del régimen de Pekín a miembros de la minoría de los uigures, en una acusación que rechazan desde el Gobierno chino y de la que se desentiende Shein asegurando que no dispone de ningún proveedor en la región de Xinjiang. Apunte que habrían hecho acompañar de un recordatorio de su compromiso como empresa de no trabajar con ninguna entidad presente en la “Entity List”, la lista de restricciones comerciales elaborada por la Oficina de Industria y Seguridad del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
“Como organización global, Shein está comprometida con varias agencias en los mercados en los que opera, incluido entre ellos los Estados Unidos, para garantizar que cumplimos con las leyes y las regulaciones locales”, se habrían encargado de responder desde Shein a este respecto. Todo ello, mientras siguen firmes en su posición de que es gracias a su óptimo modelo productivo y de gestión, mediante el que logran adelantarse a las mismas tendencias del mercado, respondiendo además con una producción prácticamente bajo demanda de una amplísima variedad de colecciones, en ediciones muy limitadas, como logran mantener como sostenible su modelo de negocio. Una afirmación frente a la que suelen recoger duras críticas que censuran el que, a pesar de que esa parte se diese, su misma estrategia alimenta el consumo permanente de nuevas prendas de moda, haciendo por ende el suyo un sistema no sostenible ni comprometido con el medio natural.