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Garamendi (CEOE) carga contra el Gobierno y lo acusa de “trabajar contra las empresas”

Por Jaime Martinez

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Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, durante la Asamblea General de 2024 de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, celebrada el martes 9 de julio de 2024 en Madrid (España). Credits: CEOE.

Madrid – Este martes, 9 de julio, tenía lugar en Madrid la Asamblea General de 2024 de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Encuentro que llegó precedido de una reunión ordinaria de la Junta Directiva de la CEOE, y que culminó con un discurso de clausura ofrecido por su actual presidente, Antonio Garamendi, desde el que el máximo representante de los empresarios españoles cargó incisivamente contra el Gobierno por sus políticas contrarias a la empresa y a favor de la estigmatización del empresariado.

Celebrada desde el auditorio Mutua Madrileña, en Madrid, la Asamblea General de la CEOE arrancaba así, y como marcan sus estatutos, con esa reunión ordinaria de la Junta Directiva de la organización empresarial, que sirvió para la revisión y aprobación de la memoria de actividades y de las cuentas de la organización relativas a su pasado ejercicio completo de 2023, así como para igualmente la aprobación de los presupuestos y a la presentación de la nueva hoja de ruta de la asociación, para este nuevo ejercicio de 2024. Acciones que, una vez ya concluidas, terminaron por dar paso al discurso de clausura pronunciado frente a todos los presentes en el auditorio por el actual presidente de la confederación de empresarios, un Antonio Garamendi que, con guante de terciopelo, salió decididamente, y en línea con la postura ya esgrimida por la cúpula de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme) durante su Asamblea General, celebrada también en Madrid hace escasamente menos de una semana, a defender al empresariado y su papel dentro de la sociedad y del país, al tiempo que cargaba duramente contra las políticas y las reformas impulsadas por el Ejecutivo, y de manera más concreta a las promovidas desde el Ministerio de Trabajo liderado por Yolanda Díaz. Ministerio y Gobierno a los que Garamendi acusó públicamente de violentar las “normas del juego” y de “trabajar contra la empresa”, no tanto así en lo relacionado con las actuales negociaciones abiertas para abordar la reforma para la reducción de la jornada laboral, cuyos términos Garamendi reconoció que se encuentran negociando con el Ministerio, en un tono que parecía dibujar algún principio ya de entendimiento entre las partes tras la “flexibilidad” que ha querido volver a mostrar el Ministerio de Trabajo desde su última propuesta presentada a los agentes sociales; sino como respuesta al Real Decreto-ley aprobado por el Gobierno a fecha del 21 de mayo de 2024, desde el que, a través de una norma destinada, en un principio, a mejorar la protección social en materia de desempleo y a completar la transposición de la Directiva Europea 2019/1158 relativa a la conciliación de la vida familiar y la vida profesional, desde CEOE, CEPYME y ATA denunciaron ya en su día que el Ejecutivo entró a vulnerar el diálogo social, dando prevalencia a los convenios colectivos autonómicos y provinciales por encima de los nacionales, en lo que se entendió que no dejaba de ser una contraprestación más hacia el PNV por su apoyo a la investidura de Pedro Sánchez a la presidencia del Gobierno.

Junta Directiva de la CEOE durante la Asamblea General de 2024 de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales, celebrada el martes 9 de julio de 2024 en Madrid (España). Credits: CEOE.

A lo largo de una alocución que terminó por extenderse más allá de los 20 minutos, Garamendi arrancó su discurso remarcado el que, desde el empresariado, “hemos trabajado muy duro durante todos estos años, siempre unidos” y “siempre buscando objetivos compartidos, por encima de las lógicas diferencias”, y “durante todo este tiempo nos hemos entregado por completo a la legítima defensa, de los legítimos intereses de las empresas españolas, y no entendidos como el rédito en una lucha de poder contra nadie, ni contra los sindicatos, ni contra los gobiernos. Porque hemos demostrado ampliamente que es perfectamente compatible la defensa de los intereses particulares, con la protección del interés general. Tenemos, y siempre hemos tenido, el convencimiento de que la actividad privada es la principal fuente de creación de riqueza y de empleo, y de que tenemos en nuestras manos la capacidad de hacer avanzar a nuestro país, España, siempre que nos dejen. Y no vamos a permitir que los discursos contrarios a la empresa y a los empresarios confundan a la sociedad, o traten de rebajar nuestro entusiasmo, porque yo creo que nos sentimos, somos, responsables de la construcción diaria de este país, y lo digo en nombre de todos, queremos ejercer esa responsabilidad. Porque además, aunque algunos lo nieguen, es la propia sociedad la que espera eso de nosotros, porque sabe que somos el motor y la clave de la economía del país”.

Tras esas primeras palabras en defensa del empresariado y de su papel frente a la sociedad, Garamendi se arrancaba con su primera arremetida contra el Ejecutivo, valiéndose de “un reciente informe desde el que se ofrece una fotografía real de cómo la sociedad percibe a la empresa, y que debemos de tener presente para no caer en la creencia de que para la sociedad en su conjunto el empresario es malo, o es el malo de la película”. Y es que, proseguía en su discurso, “según el barómetro de confianza anual de la consultora Edelman, lleva 14 años haciéndolo, las empresas fueron en el año 24 la institución en la que más confían los ciudadanos, con un 56 por ciento, lo que supone siete puntos más respecto al año anterior; una cifra que por cierto casi duplica la valoración del Gobierno. Así que algo estaremos haciendo bien. Por tanto, permitidme que también por esto insista en que defender a la empresa en ese papel impulsor de la economía y del país, a fin de cuentas, y en este caso desde la presidencia de CEOE y en nombre vuestro, y en nombre vuestro lo digo, es sin duda un privilegio y un honor”.

“Cambiar las reglas del juego en mitad del partido por cumplir pactos políticos, es sencillamente gobernar contra las empresas”.

Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.

Marcando un punto de inflexión en sus declaraciones frente a la Asamblea General de la CEOE, el presidente de los empresarios españoles apuntaba “que todos coincidimos en que, como habéis visto en buena parte de la Asamblea, la palabra, el valor, el principio, o como lo queramos llamar, que más nos preocupa, y nos ocupa, en este momento, es la confianza. Confianza, y además con mayúsculas. Y eso es algo muy fácil de entender, pero últimamente nos estamos viendo obligados a explicar muchas veces qué es la palabra confianza”, pero “sin confianza, no hay economía, y sin economía, no hay país. Así que es así de sencillo. Y si no contamos con un entorno predecible desde el punto de vista político, y sobre todo legislativo, las empresas no vamos a poder operar, o lo tendremos que hacer desde una actitud defensiva que restará gran parte de nuestro potencial de crecimiento. Y la fórmula, que es prácticamente matemática, sería la siguiente, ‘estabilidad política’, más ‘seguridad jurídica’, más ‘estabilidad regulatoria’, es igual a ‘confianza’; y si lo ponemos al revés, diríamos que ‘confianza’ es igual a ‘seguridad jurídica’, más ‘estabilidad regulatoria’, más ‘calidad de la norma’, más ‘estabilidad política’. Y lo que digo para las empresas españolas, también es válido para aquellos inversores que estén pensando en depositar su dinero, que podrán elegir, o podrían elegir, otros países, que nosotros queremos que vengan a este país, y que en ese caso crecerían más que nosotros y generarían más empleo”.

Llegando ya al punto álgido de sus declaraciones, y en referencia a la actitud ofrecida por el Ejecutivo, proseguía Garamendi, “cambiar las reglas del juego en mitad del partido, como ha ocurrido al modificar la estructura de la negociación colectiva, que habíamos aprobado juntos en la reforma laboral, como ha planteado el Ministerio de Trabajo, o como ha planteado también el Ministerio de Trabajo con el límite máximo de la jornada legal, aunque podemos estar trabajando en estos momentos” en su negociación, “por cumplir pactos políticos, es sencillamente gobernar contra las empresas, contra el país, contra los ciudadanos, y sinceramente lo creo, contra los propios intereses de sus votantes. Y sigo hablando de confianza, confianza es defender los intereses de las empresas, verlas como un agente económico imprescindible y como un motor, como decía, económico. Somos los que ponemos en movimiento cada día este país, los que abrimos el comercio, los que proporcionamos el transporte, los que producimos bienes y servicios, los que alimentamos todos estos procesos, también los que prestan el dinero, y sobre todo, somos los que generamos empleo. Y siempre digo lo mismo, antes de que a ninguna persona se le ocurra una idea de negocio, la monte, la haga funcionar, y contrate personas para desarrollarla, antes de eso, no hay nada. Con lo que tenemos que decir que los empresarios, las empresarias, los autónomos, generamos actividad y empleo de la nada”.

Con el aplauso de Arte

En respuesta al incisivo discurso ofrecido por Garamendi, no han sido pocas las manifestaciones que han surgido desde la parte empresarial en favor y en apoyo del mensaje en defensa de la confianza y de la seguridad legislativa que ha tratado de enarbolar el presidente de los empresarios españoles. Respuestas de entre las que a bien nos gustaría destacar la ofrecida por Ana López-Casero Beltrán, presidenta de la Asociación Retail Textil España (Arte), la patronal de las grandes multinacionales de la moda y del calzado con actividad en España, y quien, a través de su cuenta en la red social-profesional LinkedIn, no ha dudado en felicitar al presidente de la CEOE —a la que Arte se encuentra adherida— por sus palabras.

“Un país sin confianza en sus empresas y en sus empresarios es un país débil, y lastrado en el necesario progreso social”, manifestaba López-Casero en sus declaraciones. Desde la defensa de esa tesis, añadía, “el presidente de la CEOE Antonio Garamendi ha cerrado la Asamblea General” de la confederación “con un alegato a la confianza, la moderación y el equilibrio necesario para que el diálogo social se fortalezca y sea el canal para conseguir ese vital progreso social”, con el que “estoy completamente de acuerdo”. “Yo soy hija de un político de la transición y he crecido con los valores que él y toda su generación nos inculcaron”, y que, resumía la presidenta de Arte, se sostienen en “la diversidad, el profundo respeto al que piensa diferente, el consenso, el diálogo y la concordia”, entendidos como “los espacios donde se construye y se avanza en todos los ámbitos”, tanto “económicos, sociales, culturales, etc.”. Por ello, apostilla López-Casero, “Enhorabuena presidente de la CEOE por tu rotundo discurso que hemos aplaudido todos y todas en pie, y trabajemos duro para seguir creando empleo, riqueza y progreso social ganándonos la confianza de nuestros ciudadanos”.

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