Francia plantea un impuesto de 5 euros a las compras de moda rápida: ¿será un punto de inflexión para la moda sostenible?
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En un movimiento sin precedentes para contrarrestar los efectos adversos de la moda rápida, Francia ha presentado una propuesta de impuesto de 5 euros por cada artículo de moda rápida vendido. Impulsada por el diputado francés Antoine Vermorel Marques y respaldada por el Grupo Horizons, esta medida fiscal representa una declaración decisiva contra los estragos medioambientales y sociales causados por gigantes de la moda rápida como Shein y Temu. Representa un esfuerzo crucial para cambiar la dependencia de la fabricación en el extranjero por el refuerzo de la producción local. Sin embargo, la eficacia de este impuesto para transformar radicalmente el panorama de la moda rápida aún está en tela de juicio.
Niki de Schryver es la fundadora y CEO de la plataforma belga especializada en moda sostenible Cosh! Que aboga por las economías locales, un panorama minorista diverso y a pequeña escala.
Cosh! reconoce el papel del impuesto a la hora de poner de manifiesto los costes ocultos asociados a la moda rápida. Investigaciones sobre los productos de Shein, como las realizadas por Greenpeace Alemania, han revelado alarmantes violaciones de la seguridad química, que subrayan la urgente necesidad de transparencia y rendición de cuentas. Aunque el impuesto es un paso en la dirección correcta, Cosh! se pregunta si va lo suficientemente lejos como para mitigar el amplio impacto medioambiental y social de la moda rápida. La organización subraya la necesidad de una legislación más sólida para hacer cumplir la responsabilidad de los productores y las cadenas de suministro sostenibles.
A la luz de esta situación, Cosh!, junto con Fair Trade Belgium y otros agentes belgas clave, ha respaldado una declaración que aboga por la rápida promulgación de la Directiva sobre la diligencia debida en la sostenibilidad de las empresas (CSDDD, por sus siglas en inglés). Esta directiva es esencial para establecer unas reglas de juego equitativas, fundamentales para lograr unas cadenas de suministro sostenibles. Básicamente, obliga a las empresas a responsabilizarse de su huella medioambiental y del impacto en los derechos humanos de sus cadenas de suministro.
Lo que nos preocupa es que este impuesto resulte en que empresas como Shein perciban el impuesto de 5 euros como una absolución por su huella medioambiental, lo que podría consolidar el statu quo. Para contrarrestar esto, Cosh! hace hincapié en que las sanciones deberían dirigirse a la producción y no al consumo de productos, promoviendo así marcas responsables y apoyando la artesanía local, reforzando aún más el espíritu de leyes como la Ley AGEC de Francia, que defiende la reducción de residuos y una economía circular.
La legislación se centra en los minoristas en línea que carecen de presencia física en Francia y pretende proteger a las empresas locales de la abrumadora competencia de los gigantes de la moda rápida. Sin embargo, Cosh! reclama una estrategia global que abarque todo el espectro del impacto de la moda rápida más allá del mercado digital.
Podría sostenerse que la posición dominante de Shein en la industria de la moda podría impulsar la sostenibilidad al forzar a marcas como Zara o H&M a competir en materia de sostenibilidad, reduciendo así la presencia de la moda rápida en las tiendas físicas. Esto podría ofrecer un respiro a los minoristas tradicionales. El escenario en desarrollo podría impulsar una transformación significativa hacia el decrecimiento entre las marcas y minoristas europeos, desafiándolos a reconsiderar sus patrones de producción y consumo. Sin embargo, esto podría desplazar el desafío más hacia el dominio digital, con implicaciones ambiguas para el empleo local y los estándares ambientales.
Cosh! opina sobre el impuesto de 5 euros a la moda rápida en Francia
Cosh! propone una solución con visión de futuro: restringir las importaciones de empresas que incumplan las normas de sostenibilidad y empleo de la UE. Esto podría obligar a una reevaluación de los modelos de producción y distribución, empujando a las empresas hacia operaciones más localizadas. Estas medidas podrían revitalizar las economías locales, elevar los requisitos de producción y mejorar la transparencia de la cadena de suministro.
Este impuesto es un imperativo para abrir el diálogo sobre el papel legislativo para avanzar hacia una industria de la moda sostenible. Y es que los desafíos inminentes para las marcas pequeñas y éticas a la hora de navegar por el nuevo cumplimiento y comunicación de la sostenibilidad son importantes. Cosh! Aboga por adoptar un enfoque holístico para conseguir un cambio, afirmando que los 5 euros de impuesto, aunque sean un buen comienzo, son solo el primer paso en un largo viaje hacia el desmantelamiento del modelo de moda rápida.
Si consideramos las implicaciones globales de este impuesto, queda claro que es fundamental que los consumidores, las marcas y los responsables políticos realicen un esfuerzo conjunto para integrar la sostenibilidad en el proceso de toma de decisiones en el sector de la moda. Cosh! defiende que la adopción de medidas fiscales similares en otros países europeos podría impulsar significativamente la industria de la moda hacia la sostenibilidad, en consonancia con los objetivos del Pacto Verde de la UE. Esta iniciativa de Francia subraya su compromiso con la protección futura de su importante sector de la moda y señala un camino que, de seguirse colectivamente, podría conducir a un cambio profundo y sistémico.
Este artículo fue publicado originalmente en FashionUnited.COM, y posteriormente traducido del inglés al español y editado.