Firmado el Acuerdo de Libre Comercio entre la UE y Nueva Zelanda
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Madrid – Llegando para marcar el primer hito, de hondo calado, de la Presidencia de España del Consejo de la Unión Europea, este pasado domingo, en Bruselas, tenía lugar la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión y Nueva Zelanda. Un tratado desde el que se buscan reducir las barreras al comercio bilateral de bienes y servicios entre las empresas europeas y las neozelandesas, así como el asegurar el que las primeras puedan entrar a competir en igualdad de condiciones en suelo del país insular, frente al resto de compañías foráneas que ya operan en dicho mercado a través de acuerdos comerciales parejos al rubricado por los representantes de la UE.
Tratando así pues de promover el desarrollo económico de las empresas radicadas en un extremo y el otro del planeta, la firma del tratado, el primero impulsado desde el seno de la Unión en el que se han pasado a incorporar disruptivas cláusulas relacionadas con aspectos económicos y comerciales ligadas a valores de inclusión y de sostenibilidad, se encargaron de formalizarla Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y Comisario de Comercio; Damien O’Connor, ministro de Comercio y Crecimiento de las Exportaciones de Nueva Zelanda; y Marcos Alonso, Embajador Representante Permanente de España ante la UE. Todo, a lo largo de una ceremonia durante la que igualmente se encontraron presentes, en calidad de observadores, Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, y Chris Hipkins, primer ministro de Nueva Zelanda.
“Se trata de un excelente arranque de la Presidencia española del Consejo de la UE, en la que una de las prioridades fijadas es la ampliación y diversificación de nuestras relaciones comerciales y el refuerzo de nuestras cadenas de suministro, así como el destino de nuestras exportaciones e inversiones”, se ha encargado de destacar Héctor Gómez, ministro de Industria, Comercio y Turismo del Gobierno de España, a lo largo de unas declaraciones que nos han hecho llegar desde las mismas instancias del ministerio.
Exportando las directrices de la UE en sostenibilidad e inclusión
Las negociaciones que han terminado dando lugar al Acuerdo de Libre Comercio con Nueva Zelanda, fueron unas negociaciones que se iniciaron hacia junio del pasado 2018, y que a lo largo de estos años han alcanzado a dar lugar hasta a doce rondas de negociación entre los representantes de la Unión Europa y del Gobierno neozelandés. Unas conversaciones que culminaron el pasado 30 de junio de 2022, momento en el que finalmente terminaron por pulirse los términos de un Acuerdo de Libre Comercio, que, una vez ya firmado, deberá ahora de ser ratificado por el Parlamento Europeo y por el Parlamento de Nueva Zelanda, como último requisito para entrar en vigor.
Una vez que se termine de superar este último trámite y el tratado pase a entrar en vigor, se defiende desde la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea que el acuerdo permitirá eliminar todos los aranceles sobre las principales exportaciones entre ambas regiones económicas; abrir el mercado neozelandés de servicios a sectores como los de las finanzas, las telecomunicaciones o el transporte marítimo; o el defender la propiedad intelectual entre ambas regiones, incluyendo la de productos tradicionales para las indicaciones geográficas de la UE, como pueden ser marcas españolas como Rioja, Ribera de Duero, Vinagre de Jerez o Queso Manchego. Aspectos todos ellos a los que se suman mejoras en ayudas a pequeñas y medianas empresas, a las que se les dedica un capítulo específico con el objetivo de contribuir a facilitar sus exportaciones de bienes y servicios; una reducción de los trámites burocráticos y de la duración de los procesos para el flujo de mercancías; o, de un manera especialmente destacada, distintos apartados directamente dirigidos a buscar exportar y hacer prevalecer en Nueva Zelanda directrices que consigan integrar plenamente en las relaciones bilaterales de ambas regiones el nuevo enfoque de la Unión Europa en materias de sostenibilidad, además de en inclusión.
El tratado se destaca así pues como “el primero” firmado por la Unión “en integrar plenamente el nuevo enfoque de la UE en materia de comercio y desarrollo sostenible”, enfatizan a este respecto desde la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. “En ese sentido, incluye capítulos y apartados sobre sistemas alimentarios sostenibles, un artículo dedicado a la igualdad de género y comercio, y una provisión en la reforma de los subsidios en combustibles fósiles y comercio”. “Además”, añaden, de que “liberaliza servicios y bienes ecológicos, y recoge serias penalizaciones —incluso sanciones— en caso de no cumplir principios laborales o los Acuerdos del Clima de París”.
“Con este acuerdo, iniciamos el camino de nuestra Presidencia reforzando nuestra relación comercial con la región indo-pacífico, promoviendo además un crecimiento económico sostenible e inclusivo en ambos mercados gracias a la incorporación de compromisos pioneros en el Acuerdo”, añade el ministro español de Industria, Comercio y Turismo. “La firma de este acuerdo”, concluye, “pone asimismo de manifiesto la apuesta irrenunciable de la UE y de Nueva Zelanda por las ventajas de la apertura comercial como vía para aumentar la diversificación de los suministros y de los mercados de exportación, fomentando la autonomía estratégica abierta de la UE”.
Acuerdo por la innovación
Además de todo lo apuntado, junto al tratado de Libre Comercio se ha igualmente formalizado un acuerdo de cooperación en materia de investigación e innovación, que llegará para consolidar el papel de Nueva Zelanda como el socio regional más importante en ciencia e innovación de la UE. Una posición que ejerce con más de la mitad de sus investigadores colaborando, de manera activa y regular, con sus “colegas” de la UE, y en la que se reforzará mediante el impulso al desarrollo de proyectos de investigación entre ambas regiones, centrados a labores de investigación sobre el cambio climático y a proyectos de carbono cero, así como en materia de big data, de agricultura de precisión, de energía sostenible, en innovación industrial o hasta inclusive de terremotos.
“La Unión Europea y Nueva Zelanda tienen una larga historia de cooperación en el ámbito de la investigación”, añade Diana Morant, ministra de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. “Con este acuerdo”, detalla, “queremos dar un paso adelante para apoyar a nuestra comunidad de investigación e innovación y nuestros sectores económicos respectivos, pero también contribuir al progreso científico en áreas que importan a todo el planeta”.
Dos acuerdos para reforzar los lazos entre la UE y Nueva Zelanda
En otro orden de cosas, y ya dentro exclusivamente del aspecto económico por el que se destacan las relaciones bilaterales entre ambas regiones, la Unión Europea se posiciona como el tercer socio comercial de Nueva Zelanda, ambos extremos de un comercio bilateral de mercancías que alcanzó cerca de los 9.100 millones de euros de valor, en 2022. Una cantidad que desde la UE estiman que, gracias a la entrada en vigor de este acuerdo, pueda llegar a crecer hasta en un +30 por ciento, al tiempo que las inversiones europeas en el país oceánico llegarían hasta hacerlo en el orden de un +80 por ciento.
Mientras tanto, y a un nivel exclusivamente ya de la economía española, Nueva Zelanda se posiciona como el 85º socio comercial de España, en una relación que desde Industria califican de “estable y ligeramente superavitaria para España”, que se terminó por manifestar, a lo largo del pasado 2022, en unas exportaciones españolas al país oceánico por valor de 290,87 millones de euros. Una cantidad que representa un +15 por ciento más que la registrada un año antes, siendo los productos “más exportados” los vinculados a las categorías de vehículos y componentes (21,2 por ciento), productos cárnicos (11,2 por ciento), grasas y aceites (8,9 por ciento), maquinaria y equipo (8,1 por ciento) y aparatos y material eléctrico (5,7 por ciento).
“Se trata de un tratado de libre comercio que reforzará los lazos económicos y otro que abre las puertas del país oceánico al programa de investigación e innovación Horizon Europe (2021-2027)”, tratan de resumir desde la Presidencia española. Siendo “además”, subrayan, “los primeros acuerdos de estas características que se suscriben bajo la Presidencia española del Consejo de la UE”.