El Observatorio Textil presenta sus alegaciones a la próxima Ley de Economía Circular de la UE

Madrid – Con el objetivo de acelerar la transición hacia una economías más circular, al tiempo que se garantizan la seguridad económica, la resiliencia, la competitividad y los esfuerzos por la descarbonización dentro de las fronteras comunitarias, desde la Unión Europea se trabaja en la aprobación de la futura Ley de Economía Circular europea. Norma para la que desde el Observatorio del Textil y la Moda han presentado sus propias alegaciones, durante la fase de consulta pública sobre el texto que desde la Comisión Europea abrían el pasado 1 de agosto, y que se cerraba este pasado 6 de noviembre.

Estando prevista su adopción ya para a lo largo del próximo año de 2026, incorporando medidas que deberían de contribuir, defienden desde la propia Comisión Europea, a establecer un mercado único para materias primas secundarias, aumentar la oferta de materiales reciclados de alta calidad, y para estimular la demanda de estos materiales dentro de la Unión, todos estos son propósitos que comparten, uno a uno, desde la plataforma sectorial española de la industria textil. Un Observatorio desde el que no obstante no solamente se han limitado a aplaudir las directrices que va a tratar de ejecutar la norma, en favor de ese objetivo principal de acelerar la transición hacia una economía más circular, sino que han presentado sus propias recomendaciones para garantizar que así ocurra.

“La Ley de Economía Circular (CEA) representa una oportunidad estratégica para que la Unión Europea refuerce su resiliencia, competitividad y base industrial en el tratamiento de los residuos textiles, así como en la sustitución de materias primas vírgenes por materias primas secundarias”, tal y como se propone, pero además “también constituye una ocasión para que la UE asuma una posición de liderazgo en el desarrollo de tecnologías limpias, en el procesado de materias primas circulares —reduciendo dependencias— y en la promoción de producciones industriales más sostenibles”, argumentan desde el Observatorio a través de un comunicado oficial. “Con ese fin”, añaden, “será necesario armonizar las legislaciones nacionales, eliminando barreras, cargas burocráticas y costes administrativos”, como también “propiciar curvas de aprendizaje que aceleren procesos, tecnologías, metodologías y estándares”; “desarrollar mercados maduros de materias primas secundarias”; y “alcanzar, finalmente, las economías de escala necesarias para generar un ecosistema eficaz” y “adaptable al desarrollo tecnológico, a la madurez de los mercados y a las especificaciones requeridas por los clientes”.

De la supresión de barreras normativas internas, al refuerzo del control normativo en las fronteras de la UE

Según se defiende desde la plataforma sectorial, es justamente el sector textil el que destaca por su potencial para contribuir a desarrollar un mercado de materias primas secundarias —obtenidas a partir del reciclaje de residuos y de subproductos industriales— de alto valor, y con la capacidad de, a través de su propia actividad, generar un elevado impacto a nivel tanto social, como ambiental y económico. Características que posicionarían a la industria textil y de la moda como a la más preparada para servir como palanca económica y de concienciación entre la población, de cara y durante ese camino que se está tratando de estimular hacia una economía más circular con la aprobación de esta Ley.

Para tratar que así sea, desde el Observatorio han presentado como recomendaciones ante la Comisión Europea que la nueva CEA haga un especial hincapié en cuatro cuestiones capitales: en el impulso a la unificación de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP), incluyendo sus criterios de ecomodulación (tasas según criterios ambientales), características, gobernanza y registro; en la armonización de los criterios que designan cuando un residuo deja de considerarse como tal para ser considerado materia secundaria, y de las medidas que faciliten su reutilización; en la adopción por parte de las administraciones públicas de políticas de compras circulares que contribuyan a impulsar el mercado europeo de productos sostenibles; y en evitar la imposición de nuevas cargas burocráticas, al tiempo que se refuerzan los controles normativos fronterizos, garantizando el principio de competitividad dentro de las fronteras de la UE.

De manera algo más detallada, en lo referente en primer lugar a esa unificación de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor (RAP), “consideramos que la CEA debería liderar el despliegue de la infraestructura de clasificación, procesado y reciclaje mediante un enfoque paneuropeo, coordinando los sistemas nacionales de responsabilidad ampliada del productor y optimizando las ventajas de un mercado único de residuos y materias primas secundarias”. Propósitos para los que “será esencial ampliar la recogida selectiva, la clasificación y la preparación para el reciclaje” que llevan a cabo los sistemas de RAP, “con el fin de proporcionar a las plantas de reciclaje inputs con la calidad, volumen y cadencia requeridos”; así como el garantizar “las inversiones en sistemas avanzados de clasificación y preparación para el reciclaje”, que “pueden mejorar la calidad del reciclaje, reducir costes de procesamiento e impulsar su competitividad”. Y “esto solo se podrá lograr mediante economías de escala flexibles y coordinadas entre todos los Estados miembros”.


En segundo lugar, profundizan desde el Observatorio en cómo, con respecto a esa armonización de criterios a escala comunitaria y reducción de las cargas burocráticas, igualmente “resulta esencial reducir las barreras normativas, en particular las relativas al transporte de residuos dentro de la UE, para facilitar su circulación y reducir cargas administrativas, dado que no todos los Estados miembros contarán con instalaciones de reciclaje”. Una cuestión a la que además suman la demanda de “la simplificación de los procesos de responsabilidad ampliada del productor, especialmente mediante la racionalización de los requisitos de información”, puesto que “es fundamental para reducir las cargas administrativas de las empresas y permitir que las organizaciones de responsabilidad del productor concentren sus esfuerzos en fomentar un mercado europeo unificado de residuos y materias primas secundarias”, tal y como precisamente mantiene por propósito la CEA.


Ya para concluir, y en lo que vendría relacionado con el tercer y el cuarto punto de las recomendaciones presentadas ante la Comisión Europea, desde el Observatorio tratan de mirar más allá del mero ámbito regulatorio, reclamando medidas que igualmente contribuyan a “fortalecer el mercado europeo de materias primas secundarias”, pero en su caso mediante “incentivos que refuercen la resiliencia, la competitividad y la reindustrialización europea”. Defendiendo al respecto el que pueda darse una “ecomodulación de las tasas de responsabilidad ampliada del productor para las fibras recicladas”, y además “combinada con ventajas fiscales a la innovación, a la inversión en nuevas capacidades y a la sustitución de fibras vírgenes por recicladas”. Medidas que “junto con el refuerzo de los mecanismos de compra pública y de control normativo en frontera”, apostillan, “deberían fomentar la aplicación de materias primas secundarias en la industria europea”.