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Dior y Armani: una nueva investigación y respuesta al escándalo de las subcontratas chinas

Por Jaime Martinez

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“Boutique” de Dior en el número 261 de la rue Saint-Honoré de París (Francia). Credits: Dior.

Madrid – Desde la casa de lujo francesa Dior y desde la reconocida firma italiana Armani han dado respuesta a la nueva investigación abierta en su contra por el regulador italiano de la Autorita' Garante della Concorrenza e del Mercato (AGCM). Un proceso que se iniciaba a finales de este pasado mes de julio, en contestación a toda la polémica servida durante los meses previos relacionada con la vinculación de ambas casas de moda con una red de subcontratas operada, desde Italia, por trabajadores chinos en régimen de semiesclavitud.

Poniéndonos primeramente en contexto, en primer lugar debemos de retrotraernos a la investigación que desde la Fiscalía y desde el Tribunal de Milán llevaban a cabo a comienzos de año sobre las compañías italianas Manifatture Lombarde, con sede en la zona de Milán, y Minoronzoni, con sede en Bérgamo, vinculadas ambas a la red de proveedores del Grupo Armani, mediante contratos de producción signados por su filial productiva, la compañía Giorgio Armani Operations. Una investigación de la que se informaba a comienzos del mes de abril, y que como resultado había llevado a colocar bajo administración judicial a la filial productiva del Grupo Armani. Misma situación en la que, escasamente unos meses después, terminaba quedando la filial productiva del Grupo Dior en Italia, Manufactures Dior Srl, como resultado de una investigación similar, fruto de la cual, y al igual que en el caso de Armani, se identificaron un cúmulo de irregularidades en los centros de trabajo de las compañías Pelletteria Elisabetta Yang, New Leather Italy y Davide Albertario Milano, vinculadas en su caso a la red de proveedores de Dior. Empresas todas ellas, tanto las relacionadas con la cadena de valor de Armani como con la de Dior, que habrían estado llevando a cabo su actividad, según sacaban a relucir las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía y por el Tribunal de Milán, sirviéndose de trabajadores chinos sometidos a condiciones laborales y salariales de semiesclavitud.

Haciéndose eco de esas mismas investigaciones, y del escándalo y de la polémica que habían empezado a generar entre la opinión pública los detalles que habían empezado a circular sobre las mismas, desde la AGCM anunciaron, hacia finales del pasado mes de julio, que pasaban a abrir una investigación formal y paralela, en su caso dirigida a aclarar si tanto Armani como Dior habían incurrido en distintas conductas ilícitas de distorsión de los mercados y contra la libre competencia. Faltas que habrían cometido, concreta el regulador de los mercados italiano, al promocionar sus artículos aseverando el que estos se fabrican bajo los más altos elevados niveles éticos y de promoción de la artesanía; afirmaciones que resultarían falsas en todo lo relacionado con los productos elaborados desde centros de trabajo como los que sacaban a relucir las investigaciones llevadas a cabo por la Fiscalía y el Tribunal de Milán. Cuestión para la cual desde la AGCM, con el apoyo de la Unidad Espacial Antimonopolio del cuerpo de delitos financieros y contra el fraude fiscal, procedieron ya entonces a realizar un registro de las sedes de las empresas vinculadas al Grupo Armani objeto de la investigación, las compañías Giorgio Armani y Giorgio Armani Operations, así como también del de la sede de la compañía Christian Dior Italia, junto a Christian Dior Couture y Maufactures Dior, las tres empresas vinculadas a Dior que están siendo objeto de esta investigación ordenada por el regulador de los mercados italiano.

A ojos del regulador, concretaban en el momento de anunciar la investigación, “en algunas ocasiones las empresas habrían utilizado insumos provenientes de centros que emplean trabajadores que recibirían salarios inadecuados”, y que además “trabajarían más allá de los límites legales y en condiciones insuficientes de seguridad y salubridad, en contra de sus alardeados niveles de excelencia productiva”. Por todo ello, y “a raíz también del proceso llevado a cabo por la Fiscalía y el Tribunal de Milán, ampliamente difundido por la prensa”, se decidió dar inicio a “una investigación contra algunas empresas del Grupo Armani”, así como otra “contra algunas empresas del Grupo Dior”, ambas “por posibles conductas ilícitas en la promoción y venta de prendas de vestir y de accesorios, en violación de la normativa del Código del Consumidor” italiano. Y es que “en ambos casos, las empresas pueden haber estado realizando declaraciones éticas y de responsabilidad social falsas, particularmente en lo relacionado con las condiciones laborales y el cumplimiento de la legalidad por parte de sus proveedores”, cuando “habrían estado enfatizando la artesanía y la excelencia de su mano de obra”, mientras que, de manera contraría a “estas declaraciones, para producir algunas prendas de vestir y accesorios, las empresas habrían utilizado insumos de talleres y fábricas que empleaban trabajadores que recibían salarios inadecuados”, por un trabajo que además habrían estado realizando “más allá de los límites legales y en condiciones” laborales “insuficientes”, en “contraste con los niveles de excelencia productiva de los que alardean las empresas”.

Las respuestas de Armani y de Dior

En respuesta a estas nuevas acusaciones que se han lanzado en contra de sus respectivas redes de producción en Italia, tanto Armani como Dior han querido ofrecer una respuesta a las sospechas y a la investigación abierta ahora en su contra por la AGCM. Una investigación cuya mera apertura ya ha supuesto un nuevo golpe a la imagen reputacional de ambas compañías, y frente a la que se han decidido a contestar coincidiendo a la hora de sostener su inocencia ante las acusaciones de la AGCM, planteando como puntual y no representativos de sus operaciones los casos que salieron a la luz como resultado de la investigación de la Fiscalía y del Tribunal de Milán. Una defensa que, para el caso de Dior, la compañía ha hecho acompañar de unas decididas declaraciones desde las que niegan las informaciones relacionadas con la producción de algunos de sus bolsos a unos precios “ridículamente bajos”.

De este modo, y por parte de Armani, ante la “apertura de una investigación por presuntas prácticas desleales relacionadas con nuestra comunicación institucional en el ámbito de la responsabilidad social corporativa”, las compañías “involucradas están completamente comprometidas a cooperar con las autoridades” italianas, se han encargado de declarar desde la dirección del Grupo Armani, a lo largo de un comunicado recogido por el medio estadounidense de noticias Wwd. Una cooperación que no obstante no es muestra de aceptación de las acusaciones, ni mucho menos, cuestión sobre la cual destacan el que desde las mismas compañías vinculadas al Grupo Armani sostiene “que las acusaciones no tienen fundamento”, para lo que “confían en un resultado positivo” a sus tesis “tras la investigación”.

Mientras tanto, y del lado de Dior, la casa de modas francesa ha declarado que “condena firmemente estos actos indignos, que contradicen sus valores y el código de conducta firmado por estos proveedores”, que “no reflejan la realidad del trabajo de sus artesanos ni los largos vínculos que se mantienen con Italia”. Unos proveedores para con los cuales ya concreta que “no se realizará ningún nuevo pedido en el futuro”, mientras “los equipos de Dior trabajan intensamente por seguir reforzando sus procesos existentes” de manufactura, puesto que “a pesar de las auditorías regulares” que se llevan a cabo, “estos dos proveedores lograron a todas luces ocultar estas prácticas”, reconocen.

Acompañando a esta asunción, en parte, de responsabilidades, desde las que no dejan no obstante de señalar como “puntal” dentro de su cadena de valor irregularidades como las descubiertas por la investigación llevada a cabo por la Fiscalía y el Tribunal de Milán, desde Dior igualmente han querido matizar las informaciones difundidas a lo largo de estos últimos meses, señalando a que “algunos artículos mencionan hechos completamente falsos, en primer lugar al indicar que los proveedores en cuestión producían bolsos de mujer, cuando solo participaban del ensamblaje parcial de artículos de cuero para hombres”. Cuestión a la que suman, en segundo lugar, el que desde igualmente distintos artículos se señalaba a que “los costes de producción de estos bolsos son ridículamente falsos”, siendo la realidad, defienden, el que “el margen de beneficios de la casa Dior está totalmente alineado con el de la industria del lujo, y para nada en el del orden que indican estos comentarios erróneos”. Aclaradas las posiciones de la compañía, y mientras desde la misma colaboran con las autoridades responsables de liderar esta investigación, a partir de aquí, y como respuesta a la polémica, apostillan, “Dior seguirá de cerca la evolución de sus productos artesanales, con especial énfasis en la integración de la producción en sus propios talleres, mientras continúa ofreciendo las mejores condiciones de trabajo a todos los que contribuyen, con un inmenso compromiso y un notable ‘saber hacer’, a crear los artículos de la más fina calidad de Dior”.

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