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Condé Nast (Vogue) y Hearst (Elle) salen de Rusia

Por Jaime Martinez

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Photo Credits: Unsplash.

Entre las compañías vinculadas al mundo de la moda y al “lifestyle” que siguen cortando sus lazos con la Federación Rusa, tanto en un intento por contribuir a aislar al país en respuesta a la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso ordenada por su presidente, Vladimir Putin, como respondiendo a las nuevas leyes de difusión de información aprobadas por su Gobierno, esta semana se suman oficialmente los destacados medios de comunicación estadounidenses Condé Nast, editorial propietaria de una amplia lista de cabeceras internacionales de la talla de Vogue, GQ, Glamour, Vanity Fair o Architectural Digest; y el Grupo multinacional Hearst Communications, en su caso responsable de la edición de revistas, tan igualmente conocidas, como Elle, Harper’s Bazaar, Esquire, Cosmopolitan o Men’s Health.

En los dos casos, las salidas de ambos destacados grupos de comunicación, que juegan un papel especialmente relevante en cuanto a la difusión de tendencias se refiere, llegan precedidos y acompañados de compromisos públicos en materia humanitaria, con los que ambas multinacionales se muestran decididas a participar mediante fondos de los apoyos que distintas organizaciones humanitarias están llevando a cabo a favor de los ciudadanos y las familias ucranianas que están viéndose afectadas por el estallido de este, injusta, guerra. Siendo en el caso de Condé Nast además un movimiento que la compañía formaliza, después de que desde la misma dirección de la edición para Ucrania de Vogue, públicamente se hiciera un llamamiento para que los principales socios comerciales de la revista cesaran sus operaciones en Rusia. Postura que este pasado fin de semana firmas y grupos tan habituales entre las páginas y los editoriales de la revista como Chanel, Kering, LVMH, Hermès, Richemont o Capri Holdings terminaban abrazando prácticamente al unísono, anunciando que cerraban todas sus tiendas y paralizaban, temporalmente, todas sus operaciones en Rusia.

Condé Nast paraliza todas sus operaciones y cierra, temporalmente, Vogue Russia

Pocos días después del estallido de la contienda, el Grupo editorial Condé Nast impulsaba la creación del Fondo de Emergencia para Ucrania puesto en marcha por el Comité Internacional de la Cruz Roja. Un fondo desde el que este movimiento internacional tratará de brindarse de los recursos necesarios para llevar a cabo acciones humanitarias en Ucrania, al que desde Condé Nast se han comprometido no solamente a realizar considerables donaciones, sino además a igualar todas las contribuciones que sus empleados realicen al fondo. Una decisión de carácter humanitario, a la que este mismo martes sumaba la de cesar la publicación de todas sus cabeceras en la Federación Rusa.

“Seguimos conmocionados y horrorizados por la violencia sin sentido y la trágica crisis humanitaria que está teniendo lugar en Ucrania”, explicaba Roger Lynch, director ejecutivo de Condé Nast, a lo largo de una carta remitida al equipo global del Grupo editorial. “Con periodistas y equipos editoriales al rededor del mundo, es fundamental el que podamos producir nuestro contenido sin riesgo a la seguridad y la protección de nuestro personal”. “Recientemente”, proseguía Lynch, “el Gobierno ruso ha aprobado nuevas leyes de censura que ahora nos impiden hacerlo”.

“Como consecuencia de esto, hemos decidido suspender todas nuestras operaciones de publicaciones a través de Condé Nast Russia en estos momentos”, en lo que se traducirá en el cese de la publicación de todas las cabeceras que el Grupo venía editando hasta ahora para el mercado ruso, entre ellas la edición de Vogue Russia. Cabecera activa desde 1998 en el país, en el que ahora se mantenía activa a través de una plataforma multicanal abierta a millones de usuarios, siendo este un público ante el que ya se ha despedido mediante la publicación de un mensaje que, esperan, “no sea una carta de despedida, sino solamente una pausa y que pronto podamos reencontrarnos”.

Mientras tanto desde la dirección del Grupo, Lynch cerraba su mensaje queriendo destacar el lado en el que abiertamente se posiciona Condé Nast, apuntando el que “nuestro apoyo humanitaria al pueblo de Ucrania continúa, y os animo a participar en nuestro programa de empresa junto al Comité Internacional de la Cruz Roja”. “En momentos como estos”, apostilla el director ejecutivo de Condé Nast, “recuerdo que no hay una misión más grande que la que tenemos ahora, la de continuar al servicio de nuestras audiencias con información verídica y un periodismo convincente”.

Hearst corta lazos con sus socios en Rusia

En lo que respecta mientras tanto al Grupo Hearst, Debi Chirichella, consejera delegada de Hearst Magazines, a través de una carta interna dirigida a los empleados del Grupo de comunicaciones, que no se ha hecho pública por el momento, habría comunicado el cese de todas las operaciones de la multinacional en la Federación Rusa, así como su salida de las empresas conjuntas con las que venía participando en el país para la publicación de sus distintas cabeceras.

A este respecto, Chirichella habría confirmado, tal y como adelantan desde el medio estadounidense de noticias Wwd, el que la compañía estadounidense ya ha notificado a los dos socios con los que venía trabajando en Rusia la salida, con efectos inmediatos, de Hearst Magazine del capital de las empresas Shkulev Media, junto a la que venía publicando la revista Elle Russia, y de Fashion Press, en su caso compañía junto a la que venía publicando las cabeceras de Esquire, Harper’s Bazaar, Good Housekeeping, Cosmopolitan y Men’s Health. Una medida que conllevará la rescisión de todos los acuerdos de licencia para todas sus marcas protegidas con los que contaban hasta ahora ambas compañías.

“Si bien creemos firmemente que nuestras marcas desempeñan un papel crucial en la participación e información del público sobre una amplia variedad de temas, incluidos los acontecimientos actuales, la escalada de la crisis humanitaria y nuestra profunda preocupación por el impacto mayor que podría llegar a tener, nos obliga a reconsiderar nuestro papel, y nuestra responsabilidad, como empresa global”, explicaba Chirichella. “Sabemos que habrá personas que se verán afectadas por esta decisión y, como siempre, proporcionaremos recursos para ayudar a facilitar su transición”.

Mientras tanto, desde el punto de vista ya más humanitario, el pasado 2 de marzo Steven R. Swartz, presidente y director ejecutivo de Hearst Communications, anunciaba tres donaciones de 300.000 euros, a partes iguales, a beneficio del Comité Internacional de la Cruz Roja, del International Rescue Committee y de Save the Children. Medida que anunciaba que el Grupo igualmente complementaría igualando todas las donaciones que sus empleados realizasen, dólar por dólar.

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