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Cáritas pone en marcha en Sabadell uno de los mayores centros de tratamiento textil de Europa

Por Jaime Martinez

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Interior de uno de los centros de inserción social para la gestión de residuos textiles de la Fundació Formació i Treball. Créditos: Fundació Formació i Treball.

Desde la Fundación Formació i Treball, organización privada sin ánimo de lucro promovida por la organización de servicios sociales Cáritas desde su diócesis de Barcelona, han anunciado la adquisición de una nave industrial en la localidad barcelonesa de Sabadell, que van a destinar a la construcción de una nueva planta de tratamiento y gestión de residuos textiles. Unas instalaciones que, una vez ya operativas y a pleno rendimiento, además de convertirse en uno de los principales centros dedicados al tratamiento de residuos textiles de toda España, se descubrirán como las de la mayor planta del Sur de Europa gestionada por una entidad social, con la capacidad de llegar a gestionar hasta 20 000 toneladas anuales de residuos textiles, y de dar trabajo hasta a 250 personas en riesgo de exclusión social.

Ubicada en el polígono industrial de el Molí de la Potassa de Sabadell, la nave dispone de más de 30 000 metros cuadrados de superficie útil, que serán destinados en su totalidad a labores de inserción social a través de servicios de gestión y tratamiento de residuos textiles. Principal actividad a la que se encuentra orientada la Fundación Formació i Treball desde su fundación por Cáritas Diocesana de Barcelona en 1992, momento en el que arrancó y puso en marcha una trayectoria que supera ya los 30 años de vida, como institución especializada en la recogida y gestión de residuos textiles. Unas labores que forman parte indispensable del proceso circular para la posible revalorización y el reciclaje de los residuos textiles, que además llevan a cabo mientras se fomenta la inserción laboral de personas en riesgo de inclusión, en el caso de la Fundación formando al mismo tiempo parte de las principales cooperativas sociales entorno a las que se agrupan los principales operadores del sector de la economía social. Cooperativas entre las que encontramos, para lo que atañe al ámbito específico y concreto de la comunidad autónoma de Cataluña, su participación como una de las entidades que integran la cooperativa Roba Amiga, mientras que a nivel nacional y del conjunto de toda España, la Fundación también participa del proyecto social Moda Re-, la iniciativa social impulsada por la Confederación Cáritas Española. Todo ello sin olvidar el que, tanto como parte de las cooperativas como en virtud de toda otra clase de acuerdos independientes, la entidad igualmente mantiene relaciones contractuales con una gran variedad de multinacionales europeas, junto a las que participa de disruptivas iniciativas encaminadas a potenciar el reciclaje de textil a textil dentro de la industria.

Exterior de la nueva nave adquirida por la Fundació Formació i Treball en Sabadell. Créditos: Fundació Formació i Treball.

“La inversión en este proyecto, que ha contado con el apoyo financiero de CaixaBank con la concesión de un préstamo hipotecario”, así como con el de las entidades financieras éticas y sociales “Fiare y Coop57”, y con “el asesoramiento legal del bufete Garrigues, en el marco de los proyectos probono de la oficina de Barcelona, se considera estratégica para afrontar las necesidades ambientales, sociales y económicas imperantes”, defienden desde la Fundación Formació i Treball a través de una resolutiva nota explicativa. En este urgente momento frente al que nos encontramos, añaden, “la Fundación trabaja actualmente con diferentes actores del proceso productivo para dotar de circularidad y valorización económica a la industria textil, y participa en más de treinta proyectos con multinacionales europeas en materia de reciclaje fibra-a-fibra”.

Unas labores estas hacia las que se están reorientando, con vistas a un “futuro próximo” en el que prevén que “se desarrollará un nuevo mercado de especialidades de estas fibras” recicladas procedentes de textil a textil. Un nuevo contexto, para el que la Fundación guarda como objetivo el de impulsar su especialización “hacia un reciclaje de más valor añadido, consiguiendo” participar de manera activa en los procesos de conversión de “las fibras del textil posconsumo en nuevas fibras”. Para ello, “la entidad dispone de la maquinaria para hacer la clasificación del producto” para su posterior “reciclaje en nueva fibra”, así como “de la tecnología ‘FiberSort’ por infrarojos”, que “permitirá mejorar la eficiencia de la clasificación según la composición del textil, un paso imprescindible para su reciclaje en nuevas fibras”, como lo resulta también el de dotarse, con esta adquisición, del espacio necesario tanto para llevar a cabo sus actuales operaciones de gestión y de tratamiento de residuos textiles, como para su próximo y ambicioso escalado, enfocado ya no solamente a la recolección y la clasificación, sino para el surtido de los residuos para su posterior reciclado de textil a textil.

El mayor centro de gestión de residuos textiles del Sur de Europa gestionado por una entidad social

Pasando de este modo a poner en cifras, y en un mayor y justo contexto, las características y las funciones con las que pasará a operar esta nueva planta de Sabadell, siguiendo con lo ya apuntado, las nuevas instalaciones disponen de 30 000 metros cuadrados, desde los que desde la Fundación prevén que llegarán a contar con la capacidad para gestionar hasta 20 000 toneladas anuales de ropa y de residuos textiles. Un valor al que poco a poco irán aproximándose, a medida que, para este próximo verano de 2024, la planta pase a operar a pleno rendimiento, en lo que permitirá crear unos 250 puestos de trabajo, reservados para personas en itinerarios de inserción social.

Interior de uno de los centros de inserción social para la gestión de residuos textiles de la Fundació Formació i Treball. Créditos: Fundació Formació i Treball.

En cuanto a las tareas que se encargarán de desarrollar, y con las que, según las estimaciones que nos facilitan desde la misma entidad social sin ánimo de lucro, actualmente la Fundación ya se encarga de recoger y seleccionar el 32,5 por ciento de todo el residuo textil que se genera en Cataluña, la nueva planta pasará a absorber, desde un único lugar, todos los procesos de tratamiento y de gestión de residuos a los que actualmente da soporte la Fundación desde sus distintas plantas de tratamiento. Unos trabajos que van desde la recogida, pasando por su clasificación y hasta su posterior empaquetado para ser correctamente enviados a los centros que deben encargarse de su posterior reciclaje o revalorización.

“Con esta nueva planta industrial en Sabadell”, subrayan desde la entidad, la Fundación pasa a impulsar la construcción del “centro más grande y avanzado tecnológicamente del Sur de Europa gestionado por una entidad de la economía social”, así como “uno de los principales centros españoles de tratamiento textil”, sostienen desde la Fundación Formació i Treball. Actualmente, entran a detallar, “el proceso productivo del tratamiento textil”, que “consiste en la recogida de ropa, su triaje, la clasificación para el reciclaje —identificando qué prendas no son aptas para reutilizar, pero no son restos—, y el prensado o embalaje”, en estos momentos “se lleva a cabo entre las diferentes naves de la Fundación ubicadas en Sant Esteve Sesrovires, Constantí y Sant Adrià de Besòs”, pero “la nueva nave permitirá unificar todo este proceso en una única planta: la de Sabadell”.

Abriendo el paso hacia la nueva realidad de una economía circular

En el trasfondo de esta iniciativa, y de ese panorama hacia ese futuro más abierto a una mayor demanda de fibras recicladas de textil a textil que ya adelantan desde la misma Fundación Formació i Treball, nos encontraríamos con las distintas normativas y disposiciones que se están redactando a nivel europeo, con el objetivo de impulsar al conjunto de los sistemas industrial y productivo de la UE hacia un nuevo modelo asentado sobre los principios de una economía circular. Una extensa y variada serie de nuevas normativas, de obligado cumplimiento, que llegarán así para generar un profundo impacto a lo largo y ancho de toda la cadena de valor de la industria textil, abarcando, a medida que vayan aprobándose y entrando en vigor, desde la obligatoriedad de fijar un porcentaje de fibra reciclada para la confección de las nuevas prendas, hasta la de llevar a cabo una recogida selectiva de los residuos textiles, para antes del 1 de enero de 2025.

Interior de uno de los centros de inserción social para la gestión de residuos textiles de la Fundació Formació i Treball. Créditos: Fundació Formació i Treball.

Según a este respecto queda recogido en la nueva Directiva Europea de residuos y suelos contaminantes para una economía circular, nos ponen en situación desde la entidad social, se “establece que los estados tendrán que contar con unos objetivos específicos de reutilización y de reciclaje”, con, entre otros, “un porcentaje de fibra reciclada” de textil a textil fijada para “las nuevas prendas producidas”. Esto, junto al resto de medidas y disposiciones en desarrollo, valoran desde la Fundación, “supondrá un impacto en toda la cadena de valor que generará una nueva demanda por parte de la industria textil de fibras posconsumo para su reciclaje”, fibras “que requieren de una maquinaria y de un proceso diferente del habitual en las plantas de residuo textil, dónde mayormente se preparan” los residuos para su “reutilización” como prendas de segunda mano. Y es que, añaden, “actualmente no hay suficientes plantas de gestión de residuos en Europa para procesar el volumen que se recogerá” tras la aprobación de esta obligatoriedad para la recogida selectiva de residuos textiles, para antes del 1 de enero de 2025, como tampoco “para dar respuesta a la demanda que habrá de ropa para hacer fibra reciclada” de textil a textil.

Para enfrentarse a esta nueva realidad, nos encontramos con que ya se han empezado a asentar las bases para impulsar la recogida de residuos textiles, con la creación de los distintos sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP), a niveles tanto nacionales como del conjunto de la UE. Unas iniciativas con las que, además de dar cumplimiento a la normativa europea, se conseguirá empezar a compensar el déficit de residuo textil que quedará disponible para su posterior reciclaje y reutilización en procesos de revalorización de textil a textil. “En este contexto”, apuntan desde la entidad social, van a ser precisamente “las empresas de inserción social” las que cuenten con “una presencia destacada en el sector de la reutilización, con un potencial considerable para crear empresas y puestos de trabajo locales, ecológicos e integradores”. Y es que, más allá del reciclaje, es “la venta de ropa de segunda mano” la que igualmente “se posiciona como líder entre las estrategias circulares”, mostrando un “creciendo a un ritmo del +15 por ciento superior al del mercado de moda tradicional”, siendo esta justamente una de las principales vías “de creación de ocupación en las empresas de inserción” social, como la Fundación Formació i Treball.

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