Cargas de la Guardia Civil, presiones y ultimátums: la huelga de Inditex en Cabanillas se enquista

Madrid – Como un foco especialmente virulento del clima de conflictividad laboral que está hostigando a toda la cadena de valor de Inditex durante estas jornadas claves del Black Friday, nos encontramos con la huelga indefinida en la que se mantienen los trabajadores de su centro logístico Plataforma Cabanillas, en la localidad castellanomanchega de Cabanillas del Campo. Empleados que se muestran decididos a defender sus demandas de equiparación de sus condiciones laborales frente a las de otros centros logísticos del grupo de modas, mediante una serie de paros que, por el momento, se mantendrán hasta al menos el próximo 29 de noviembre.

Poniéndonos primeramente en contexto, era a comienzos del pasado mes de octubre cuando desde el Comité de Empresa del centro logístico informaban a los trabajadores de la planta de Cabanillas, dedicada a labores de logística de la marca de moda joven Pull&Bear de Inditex, que una mayoría de sus representantes sindicales habían logrado alcanzar un preacuerdo con la dirección de Inditex, para firmar el IV Pacto Laboral de Plataforma Cabanillas. Un nuevo marco para sus condiciones laborales que, aún respaldado por las organizaciones sindicales CCOO, Fetico y Co.Bas, encontraba desde el primer momento un fuerte rechazo por una parte significativa de la plantilla; descontento que terminaba por visualizarse durante la votación del preacuerdo por parte de los trabajadores. Un proceso que se completaba hacia mediados del mismo mes, con un 35,17 por ciento de la plantilla a favor, y con una amplísima mayoría de un 64,83 por ciento votando en contra de validar ese nuevo convenio colectivo para los trabajadores del centro logístico.

A la vista de esos resultados, se ponía de manifiesto que el preacuerdo no sería ratificado, siguiendo con lo que ya de manera previa habían advertido las mismas tres organizaciones sindicales que suman mayoría dentro del Comité de Empresa del centro logístico, y que a través de un comunicado remitido a los trabajadores precisaron con antelación que esa mayoría del Comité que representan “no ratificará el preacuerdo si de las votaciones no se desprende una legitimidad suficiente y clara”. Un escenario por tanto ya complejo el que comenzaba a abrirse entonces en el seno del centro logístico, como además demostraban las primeras denuncias de presiones que las mismas tres organizaciones sindicales advertían que habían comenzado a ejercer desde Inditex, mediante la organización de distintas “asambleas/reuniones informativas”. Encuentros ante los que manifestaban “su total desacuerdo”, y a los que respondían convocando de urgencia la mesa de negociación del convenio, con el fin de poder retomar las conversaciones que pudieran dar paso a un nuevo acuerdo que, esta vez sí, lograse recoger buena parte de las exigencias de los trabajadores del centro logístico.

Dentro de esta nueva ronda de negociaciones, desde el Comité de Empresa se insistió en, y citamos, “la necesidad de mejora en lo económico” de las condiciones de los trabajadores de la planta de Cabanillas. Reclamación frente a la que, y junto a otras, sostienen que por parte de Inditex se les respondió con que únicamente podrían valorarse cambios organizativos que no conllevaran un coste económico. Unas posiciones enfrentadas que no lograron acercarse durante las reuniones y conversaciones posteriores, mantenidas a lo largo de unas pocas semanas durante las que no obstante terminó de arraigar dentro de los trabajadores del centro la demanda de la equiparación plena de sus condiciones laborales con las que disfrutan, sostienen, los trabajadores de otras plantas logísticas de Inditex. Una exigencia que se decidieron a defender aprobando, a comienzos de este mismo mes de noviembre, el ir a la huelga, con un rechazo del 32,47 por ciento y el respaldo de una mayoría del 67,53 por ciento de los trabajadores del centro logístico.

En huelga indefinida, desde el 20 de noviembre

Tomando en consideración la postura expresada mediante votación por los trabajadores de Plataforma Cabanillas, era a fecha del 6 de noviembre cuando desde el Comité de Empresa daban ya por aprobada por mayoría la convocatoria de una “huelga indefinida”, con la abstención de la CGT y el respaldo de los delegados sindicales de CCOO, Fetico y Co.Bas. Huelga que se empezaba a armar recordando a la plantilla que debían negarse a realizar cualquier hora extra durante las jornadas previas a la convocatoria, y de que contaban con el derecho de asistir acompañados de un miembro del Comité de Empresa para el caso de ser citados o acudir al departamento de Recursos Humanos. Un apunte este que realizaban las organizaciones sindicales entre nuevas acusaciones de presiones a los trabajadores del centro por parte de la dirección de Inditex, empresa a la que reclamaban un “basta ya de intentos de intimidación”, y recordaban que “nadie debe sentirse presionado, vigilado ni señalado por ejercer su derecho a la huelga”, que “es una herramienta legítima, colectiva y protegida por ley”.

En mitad de este clima de cada vez una mayor tensión dentro del centro de Cabanillas, las partes volvían a encontrarse en la reunión de mediación para evitar la huelga que tuvo lugar el viernes 14 de noviembre. Un encuentro al que CCOO, Fetico y Co.Bas denunciaron que Inditex acudió sin llevar ninguna propuesta, no dejando otra salida que la de tener que seguir adelante con el llamamiento a esa huelga indefinida. Una suspensión de la actividad que terminó por concretarse aquel mismo día, estableciendo como primeras movilizaciones en esa defensa por la equiparación laboral paros desde el 20 al 28 y 29 de noviembre de este 2025. Unas fechas especialmente claves dentro del calendario anual de trabajo de Inditex, y del de esta planta logística de Pull&Bear de Cabanillas del Campo, al coincidir con todas las jornadas previas y con las de mayor carga de trabajo, con motivo de las celebraciones consumistas del “Black Friday”.

Siguiendo con lo estipulado entonces en ese inicial calendario de protestas, los trabajadores de Inditex en Plataforma Cabanillas fueron a la huelga el pasado jueves día 20, manteniéndose desde entonces con paros prácticamente ininterrumpidos para los tres horario de trabajo del centro, de mañana (06:00h a 14:00h), tarde (14:00h a 22:00h) y noche (22:00h a 06:00h). Una interrupción de la actividad que se llevó a cabo desde 06:00h de la mañana del jueves 20, hasta las 22:00h de la noche del viernes 21, para a partir de ahí y durante los días del sábado 22 y domingo 23 “relajarse” relativamente, para volver a intensificarse a partir de este pasado lunes día 24. Jornada para la que regresaron los paros completos a los tres turnos de trabajo del centro logístico, como resultado de una convocatoria a la huelga que se mantiene convocada hasta, como mínimo, el próximo viernes día 28 de noviembre; sábado 29 para los trabajadores del turno de noche.

“No paramos por gusto. Paramos porque ya no nos queda ni un gramo de paciencia. Paramos porque no vamos a seguir tragando injusticias internas que todos conocemos y sufrimos. Paramos porque si no lo hacemos ahora, seguiremos siendo los últimos para siempre”, justificaban esta convocatoria de huelga desde CCOO. “Somos la plantilla de Pull&Bear Cabanillas, parte del imperio Inditex, uno de los grupos que más dinero gana en España y en el mundo”, pero “aún así”, se lamentan, “somos los últimos de la fila. Los peor pagados. Los que siempre reciben migajas”. “Mientras, en otras plataformas cobran mucho más por el mismo trabajo”, y “a nosotros nos dicen que tengamos paciencia. Que ya llegará nuestro turno. Que no hagamos ruido”. “Llevamos años escuchando excusas mientras ellos llenan titulares con beneficios récord”, y “estamos hartos de que se rían en nuestra cara. Cansados de currar como el que más y a cambio ser de los que menos cobran”.

Más presiones… y cargas de la Guardia Civil

Justo antes de que arrancase la primera jornada de huelga, desde el Comité de Empresa de Inditex en Plataforma Cabanillas denunciaban lo que consideraban un nuevo ejercicio de presión de la dirección a los trabajadores, y que esta había practicado haciéndoles llegar como “recordatorio” que cada día de huelga les iba a costar 177 euros de sueldo. Una cifra que desde CCOO reducían advirtiendo de que, según sus cálculos, el descuento real es de aproximadamente 130 euros. Una diferencia con la que, censuran, la dirección “busca atemorizar y desmovilizar”, jugando “con la información para presionar a la plantilla”.

En un episodio aún más tenso de esta huelga, durante la misma jornada inicial del jueves día 20, un amplio dispositivo de agentes de la Guardia Civil se desplazó hasta el centro logístico de Cabanillas para escoltar hasta su interior a los trabajadores que decidieron hacer uso de su derecho a no secundar la huelga, o que bien habrían sido contratados para reforzar las operativas de la plataforma logística durante estas jornadas claves del calendario. Una situación que, denuncian desde CCOO, llevó a un nuevo ejercicio de presión e intimidación a los trabajadores por parte de Inditex, en esta ocasión además recurriendo a una escenificación injustificada de la fuerza, mediante cargas policiales. Sucesos frente a los que reclaman a la dueña de Zara en que cese de llevar a la práctica cualquier acción dirigida a buscar desactivar esta huelga.

“A la sección sindical de CCOO en los centros logísticos de Inditex le parece inaceptable que, en pleno ejercicio del derecho fundamental a la huelga, la compañía haya recurrido a cargas policiales con porras para facilitar la entrada de personas trabajadoras temporales en las instalaciones”, han denunciado desde la organización sindical. Una acción con la que “la multinacional de la moda vulnera así el clima de negociación, deteriora la convivencia laboral y agrede de forma injustificable a quienes solo defienden lo que les corresponde: salarios justos, condiciones dignas y respeto”. Unas demandas con las que “los y las trabajadoras del centro logístico que Inditex tiene en Cabanillas del Campo han dicho basta”, reclamando unas mejoras de sus condiciones laborales para las que “CCOO estará siempre a su lado, defendiendo su derecho a una vida laboral digna, sin miedo y sin represalias”. Y es que el sindicado, remarcan, “no permitirá que la imagen de marca de Inditex se construya a costa de la dignidad de quienes sostienen, cada día, el trabajo real” dentro del grupo.

En respuesta, de manera más concreta, a lo relacionado con esa presencia de agentes de la Guardia Civil, “tras los lamentables hechos” que ocurrían “en el exterior de las instalaciones de Cabanillas del Campo, CCOO exige el cese inmediato de cualquier actuación coercitiva, policial o interna, que pretenda desactivar la huelga”; y “también reclama que Inditex retire al personal que se ha utilizado para quebrar el derecho a la movilización y que se respeten de forma escrupulosa los derechos fundamentales, sin escenificaciones de fuerza que recuerdan prácticas impropias de una empresa que dice ser referente mundial en responsabilidad social”. Un perfil frente al que “la carga policial” del pasado jueves, “muestra la otra cara de Inditex, la del desprecio hacia su plantilla, la del intento de apagar a golpes una movilización legítima y la del ‘todo vale’ para evitar asumir compromisos laborales reales”. Una compañía ante la que “CCOO reclama una mesa de negociación real, con propuestas salariales y organizativas que estén a la altura del esfuerzo y de la responsabilidad de la plantilla”.

Un ultimátum… vencido

Como última actualización sobre el clima de conflictividad laboral que se vive en la planta de Inditex Plataforma Cabanillas, el pasado sábado 22 de noviembre desde la delegación sindical de CCOO en el centro castellanomanchego remitieron un ultimátum a la dirección para que se aviniera nuevamente a abrir negociaciones. Una oferta que emitían con un plazo que vencía a las 12:00h de este pasado lunes, 24 de noviembre; plazo que ya ha vencido sin que desde CCOO hayan informado de haber recibido respuesta por parte de Inditex, compañía a la que advertían de la intensificación de la actividad de los piquetes para el caso en el que se rechazase este “ofrecimiento”.

“Seguimos instando a la empresa por diferentes medios a que se siente a negociar con los representantes de la parte social”, pero “de no recibir respuesta el lunes antes de las 12:00h, la cosa se pondrá más seria en el piquete y cambiaremos el rumbo que estamos teniendo”, advertían desde la organización sindical. Ante este último ejercicio de presión, ahora por parte de los trabajadores, “es esencial bloquear la entrada de camiones al centro logístico y demostrar que la plantilla está unida y no va a retroceder”. “Sabemos que Zara Home”, que cuenta con una plataforma logística en la misma localidad, “ha solicitado horas extra para el domingo”, día 23, en lo que advierten como “una maniobra evidente para debilitar nuestra acción colectiva”, pero “no lo van a conseguir”.