Boohoo se mantiene en pérdidas y ajusta perspectivas
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La multinacional británica del e-commerce Boohoo Group, protagonista a lo largo de estos últimos años de pandemia de una serie de destacadas adquisiciones como las de las marcas Dorothy Perkins, Wallys y Burton, hasta entonces de la ya liquidada Arcadia, o la de los grandes almacenes Debenhams, reducidos a exclusivamente una plataforma digital, hacía públicos en el día de ayer sus resultados concernientes al primer semestre de su actual ejercicio fiscal de 2022. Periodo de 6 meses finalizado el pasado 31 de agosto, que la compañía ha llegado a completar, si bien reduciendo parte de sus costes operativos, con una caída en ventas y entrando en pérdidas de beneficios, en lo que entienden como la respuesta a la contención del gasto que están comenzando a llevar a cabo los consumidores en respuesta a las tensiones inflacionistas. Unos malos resultados a los que han dado continuidad con una advertencia sobre su comportamiento para lo que resta de año, en lo que no obstante no ha terminado por desanimar a unos inversores que terminaban por disparar la valorización de sus acciones un +7,95 por ciento, impulso cierto es también al que habría contribuido el último anuncio emitido por el Banco de Inglaterra en su lucha por defender el valor de una libra en caída libre.
Entrando ya a poner en negro sobre blanco las cuentas de la plataforma británica, Boohoo ha cerrado este primer semestre del año con unos ingresos por valor de 882,4 millones de libras. Una cifra que representa una caída de un -9,58 por ciento con respecto a los 975,9 millones generados durante el mismo periodo de 2021; pero siendo no obstante un +56,2 por ciento más que en relación a los 564,9 millones de libras que la multinacional generaba en ventas durante el mismo periodo de 2019, último año que llegó a completarse ajenos a los efectos de la pandemia.
Siguiendo con esta tendencia, a la baja, de su volumen de facturación, pero destapándose como un dato especialmente preocupante, especialmente después de haber cerrado su ejercicio de 2021 con unas pérdidas netas de -4 millones de libras, en términos de beneficios la plataforma ha terminado cerrando estos seis primeros meses del ejercicio de 2022 con unas pérdidas netas por valor de -14,7 millones de libras. Un resultado con el que termina dejando atrás tanto el beneficio de 17,8 millones de libras que llegaba a recoger hace ahora justamente un año, como el de hasta 36,1 millones de libras que reunía al cierre del mismo periodo de 2019.
“El comportamiento durante la primera mitad del ejercicio se ha visto afectado por un contexto económico más desafiante que está pesando sobre la demanda de los consumidores”, entraba a analizar John Lyttle, director ejecutivo de Boohoo Group, a lo largo de unas declaraciones hechas públicas por la propia multinacional británica. No obstante, trataba de contextualizar Lyttle, “En los últimos tres años, el Grupo ha recogido unos beneficios significativos en el mercado, conseguidos en toda nuestra cartera de marcas, principalmente en Reino Unido, donde nuestros precios, productos y propuestas resuenan fuertemente entre los clientes”.
Ajuste de perspectivas ante la caída de la demanda
Con unas cuentas que, a pesar de estos últimos resultados, siguen mostrándose bien sólidas, con una deuda neta de solamente 10 millones de libras y una caja con unos fondos que ascienden hasta los 315 millones, desde Boohoo cuentan, así lo entienden, con las herramientas necesarias para tratar de sortear las incertidumbres que actualmente reinan en el entorno minorista. Unas turbulencias frente a las que no obstante, y como resultado del impacto que ya han demostrado sobre las cuentas de la compañía durante esta primera mitad del año, no han tenido mayor alternativa que la de responder con una última actualización, a la baja, de sus perspectivas para lo que resta de año.
Así pues, y mientras en el corto plazo se sigue trabajando por optimizar las operaciones y aumentar la rentabilidad de la compañía, desde Boohoo esperan que durante la segunda mitad del ejercicio se termine experimentando una caída de las ventas similar a la experimentada en la primera mitad; así como el que, como resultado de las presiones inflacionistas y del aumento de los costes, el margen Ebitda ajustado termine por situarse entre un 3 y un 5 por ciento, en lugar de entre el 4 y el 7 por ciento que estaba previsto.
“Contamos con un plan claro para mejorar la rentabilidad y el comportamiento financiero, a través de nuestro propio autoapoyo mediante la culminación de proyectos clave, que nos serán de una gran utilidad a medida que se vayan disipando las turbulencias macroeconómicas”, añadía Lyttle. “Seguimos confiando en nuestras perspectivas para el largo plazo, ya que continuamos ofreciendo a los clientes unas opciones inigualables, categorías inclusivas y unos precios de gran valor, dándoles aún más razones para que continúen comprando con nosotros”.