Alarma en el textil español: el 50 por ciento de los empleos, en riesgo
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Madrid – Al tiempo que la pandemia ha terminado por impulsar nuevos hábitos, tendencias y modos de compra entre los consumidores, también estaría agudizando los problemas que venía arrastrando el sector textil desde antes de la llegada del coronavirus. Unos problemas especialmente ligados a la alta competitividad entre las empresas, guerras de precios y la creciente irrupción del medio online, con lo que todo ello supone de inversiones a largo y medio plazo antes de obtener una rentabilidad óptima de los recursos, y que ahora estarían poniendo en peligro cerca de la mitad de los puestos de trabajo en el sector; así como la viabilidad de un tercio de las empresas.
Así al menos lo estima la consultora estratégica Dipcom, especializada en la reestructuración de marcas textiles en crisis. Cuyos datos apuntan a que nuestro país contaba con aproximadamente 200.000 puestos de trabajo vinculados al sector textil a comienzos de 2020. Un número de empleos que ahora la consultora prevé que puedan quedar reducidos a cerca de la mitad, con una reducción del 50 por ciento y solamente 100.000 puestos de trabajo, para el final del ejercicio de 2021. Y todo ello al tiempo que las empresas vinculadas al sector se verían reducidas a dos tercios de las 51.000 que había registradas a finales de 2019.
“2020 ha sido el ‘annus horribilis’ para la economía española”, apuntan desde Dipcom. “Todos los sectores se han visto duramente afectados por la llegada de la pandemia, pero uno de los que más ha sufrido ha sido el textil”.
Caída de ventas y de rentabilidad
Como principal motivo de la reducción que según la consultora experimentará el sector a lo largo de este año de 2021, se encuentra obviamente la caída de las ventas y la poca rentabilidad que las empresas han logrado generar a lo largo de este último año de pandemia. Un ejercicio que cerraba, según datos de la patronal Acotex, con una caída en ventas del -39,8 por ciento, frente al ligero incremento, del +1,2 por ciento, que el sector experimentaba durante el ejercicio de 2019.
“El textil lleva ya varios años en crisis en nuestro país y la pandemia ha agudizado la difícil situación que ya atravesaban firmas como Dolores Promesas, Tuc-túc o Pili Carrera”, explica Igor Ochoa, director ejecutivo de Dipcom Corporate. Y es que “a las restricciones directas que sufre la actividad por la pandemia”, apunta el directivo, “hay que sumar otros factores adicionales que han provocado esta caída como la reducción al mínimo los eventos, las fiestas y las bodas, o las inclemencias del tiempo como el temporal Filomena, que han hecho mella en las rebajas”, uno de los periodos de compra más importantes del año.
Los fondos de inversión, a la caza de empresas en riesgoAnte la falta de rentabilidad de las empresas y frente a la imposibilidad que mostrarán muchas de ellas llegada la hora de afrontar sus gastos, serán muchas las que no encuentren más salida que la de entrar en concurso de acreedores. Una salida por la que comenzarán a optar a partir de este mismo próximo mes de marzo, según estimaciones de la consultora, en lo que terminará significándose como el primer paso hacia una irremediable concentración del sector. La cual mostrará ya sus primeros signos, de la mano de grandes grupos y fondos de inversión, a partir del segundo semestre del próximo 2022.
“Las marcas con tiendas físicas, que ya estaban tocadas con un endeudamiento elevado, han sucumbido y los fondos de inversión y grupos empresariales buscan oportunidades para adquirirlas y reagrupar a las grandes empresas del sector español”, detalla la consultora. Será entonces, según sus previsiones “a partir del segundo semestre del próximo ejercicio”, cuando “comenzaremos a ver una reestructuración del sector en el que se producirán un alto número de compras”. Unos movimientos que lo dejarán “distribuido en grandes players, algunas medianas empresas y un número reducido de pequeñas empresas”.
Recuperación a partir de 2022
Como consecuencia de la pandemia, las principales regiones de España que han visto reducida la actividad de empresas vinculadas al sector textil han sido, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Extremadura, Comunidad Valenciana y las Islas Canarias. Mientras que en el lado contrario, mostrando una mayor resiliencia, lo estarían las comunidades de Cantabria, Navarra y Cataluña. Regiones que contarían con un menor número de compañías empujadas a cerrar sus puertas, aguardando todas ellas a una recuperación que, según Ochoa, no llegará “hasta a partir de 2022”. Momento ya a partir del cual “las empresas textiles experimentaran una leve recuperación”.
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