Acusaciones de trabajo esclavo y explotación infantil en las redes de suministros de Inditex, H&M y Gap
cargando...
Madrid – Unas 60 marcas y organizaciones, vinculadas a grandes multinacionales globales de la moda, entre ellas los gigantes Inditex, H&M y Gap, han sido relacionadas con prácticas de trabajo esclavo y explotación infantil. Una serie de distintos abusos que han sido identificados dentro de sus respectivas cadenas de valor en la India, y que sacan a relucir el todavía insuficiente control que los compradores internacionales están siendo capaces de ejercer sobre los niveles más bajos, y también esenciales, de sus cadenas de suministros.
Ha sido a este respecto la organización no gubernamental estadounidense Transparentem, especializada en la investigación de cadenas de suministro de diversas regiones de todo el mundo, la que se ha encargado de sacar a relucir estos abusos, a través de una investigación sobre el terreno que ha culminado en la publicación, este mismo mes de enero de 2025, de un concienzudo informe en el que se analizan en profundidad todos los datos recabados durante esa investigación previa, realizada entre los meses de junio de 2022 y marzo de 2023. Información, e informe, del que ya nos hacíamos eco, de manera superficial, desde FashionUnited hace escasamente una semana, y sobre el que profundizamos ahora con el fin de aclarar y ampliar los principales hechos y condicionantes que se denuncian desde Transparentem, así como las medidas correctivas que aconsejan, y que ya se han empezado a implementar con el fin de, primero, que las grandes compañías y organizaciones que se han identificado como relacionadas —ya fuera directa o indirectamente— con los abusos, y de entre las cuales desde Transparentem solamente se pusieron en contacto con el grupo de las 60 marcas más representativas de entre todas las registradas, adquieran un mayor compromiso hacia con sus cadenas de valor; y segundo, desterrar las prácticas abusivas identificadas durante la investigación de las cadenas de valor de la industria textil.
- Las marcas de Inditex, H&M y Gap, entre otras 60 vinculadas a 50 compañías, han sido relacionadas con prácticas de trabajo esclavo y explotación infantil en sus cadenas de suministro de algodón en India.
- La investigación de Transparentem revela prácticas abusivas como trabajo infantil, esclavitud por deudas y salarios de pobreza en las plantaciones de algodón.
- Se recomienda a las compañías un compromiso constructivo con los proveedores para mejorar las condiciones laborales y erradicar los abusos, en lo que ya ha dado paso a iniciativas como el proyecto Harvesting the Future.
“Los esfuerzos de diligencia debida a menudo se quedan cortos cuando se abordan los abusos laborales más allá del primer nivel de la cadena de suministro, es decir, el de los proveedores de los proveedores”, tal y como ha demostrado “la investigación de Transparentem sobre las condiciones en las granjas de algodón de la India, que representan el nivel de materia prima de la cadena de suministro de las prendas de vestir”, y que “sacó a relucir alarmantes indicadores de trabajo forzoso”, según así lo establece “la definición de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”, señalan desde la misma ONG a través de una nota. Unos abusos que no solamente se quedaron ahí, sino que, yendo más allá del ya de por sí censurable trabajo forzoso, se observó como este incluso terminaba tomado forma en “casos de trabajo infantil, incluida, en algunos casos, la peor forma de trabajo infantil”, con niños “expuestos a peligrosos pesticidas y manipulando directamente estas sustancias tóxicas”.
Frente a esos abusos, las compañías deberían de asumir, señalan desde Transparentem, que las “responsabilidades de los compradores y proveedores se extienden a todos los niveles de sus cadenas de suministro”. Solo así, “al extender los sólidos esfuerzos de cumplimiento social al nivel de las materias primas, las empresas pueden proteger a los trabajadores vulnerables en el sector del algodón de la explotación”. Pero “alcanzar este objetivo requiere un enfoque colaborativo”, advierten desde la organización; un enfoque “que involucre a los trabajadores, a los propietarios de las granjas, a los proveedores, a los gobiernos y a las ONG”, y que sería el que podría terminar por sustentar unas sustanciales “mejoras en las condiciones de trabajo”, así como favorecer “el significativo acceso de los niños a la educación”, y no a las plantaciones de algodón.
Del trabajo infantil, a la adulteración del algodón orgánico
Como base de su informe presentado en este enero de 2025, nos encontramos así con esa investigación realizada por Transparentem entre junio de 2022 y marzo de 2023, durante la que la ONG llevó a cabo una amplia investigación sobre las condiciones laborales que se daban en 90 granjas de algodón de los distritos de Khargone y de Barwani, en el estado indio de Madhya Pradesh. Investigación fruto de la cual se terminaron por identificar una serie de “prácticas preocupantes”, relacionadas con esos abusos de trabajo esclavo, explotación infantil y violaciones de los derechos laborales, además de posibles adulteraciones vinculadas a la integridad del algodón orgánico que se identificaron en algunas granjas conectadas con la cadena de suministros de la compañía Pratibha Syntex. Una de las tres empresas, junto a Remei India y Maral Overseas, que fueron vinculadas por la ONG con las granjas investigadas, en su conjunto proveedoras de las 60 marcas globales y multinacionales de la moda que han sido ya identificadas por la organización no gubernamental. Una Transparentem desde la que puntualizan y señalan que los diferentes abusos identificados durante su investigación no se encontraron en todas las granjas conectadas a las cadenas de suministros de estos tres importantes proveedores indios, sino que algunos se identificaron en granjas asociadas con solo uno o dos proveedores. Abusos identificados en cualquier caso en esta misma región de la India, que ahora pasamos a concretar, y que iban del trabajo infantil, al esclavismo por deudas, el pago de salarios de pobreza, condiciones laborales abusivas, y hasta a la adulteración del algodón orgánico.
1. Trabajo infantil
Como sin duda uno de los más graves abusos identificados durante la investigación, los responsables de llevarla acabo identificaron y documentaron casos de niños menores de 14 años que trabajaban en granjas de algodón, a pesar de que las propias leyes indias prohíben, naturalmente, estas prácticas de trabajo infantil. Un trabajo que, según señala la ONG, realizaban en algunos de los casos junto a sus padres con el objetivo de contribuir al pago de las deudas de las familias con los propietarios de las mismas plantaciones, faltando a la escuela, e incluso llegando a estar expuestos a graves riesgos para su salud, consecuencia de la manipulación de pesticidas por los propios menores, o de trabajar en las granjas de algodón después de que estas hubieran sido rociadas con pesticidas. Problemas de salud que fueron identificados por los mismos investigadores, identificando casos de problemas respiratorios, náuseas y de irritación de la piel debido a esa exposición a pesticidas.
“La investigación de Transparentem certificó que las condiciones de trabajo peligrosas y la falta de medidas de seguridad eran problemas constantes en las plantaciones de algodón, lo que ponía en riesgo sustancial la salud y el bienestar de los trabajadores, en particular de los niños”. Unos menores que se están viendo obligados a trabajar en las plantaciones de algodón por causa de unas “dificultades económicas” familiares, que “obligan a muchos niños a faltar o abandonar la escuela para mantener a sus familias”, y en “lo que perpetúa los ciclos de pobreza”.
2. Esclavitud por deudas
Otro de los abusos identificados durante la investigación señala a cómo los trabajadores terminan por encontrarse atenazados bajo un régimen de neoesclavitud por deudas, favorecido por unos propietarios de las plantaciones que no dudan en ofrecer pagos por adelantado o préstamos a sus trabajadores, una práctica que si bien puede servir para asegurar la mano de obra en las plantaciones durante la temporada de recolección, en la práctica habría terminado llevando a los trabajadores a encontrarse atados, por periodos de tiempo no determinados y largos, con las granjas, hasta el pago de esas cantidades adelantadas o adeudadas.
“La servidumbre por deudas”, un indicador de trabajo forzoso de la OIT, se mostró “como un problema generalizado en las granjas investigadas por Transparentem”, señalan desde la ONG. En base a estas prácticas, “las familias estaban obligadas a trabajar para pagar los anticipos o préstamos de los empleadores”, siendo lo habitual por su parte “cobrar a los trabajadores tasas de interés altas” que llevan a “impedirles pagar sus deudas a tiempo”, dejándoles “atrapados en ciclos de deuda” y trabajo de práctica esclavitud. Un extremo al que señalaba uno de los trabajadores de una de las granjas, y que aseguraba que “el empleador le cobraba intereses” que llevaban a tener que disponer de “dos o tres años” para “pagar una deuda”.
3. Salarios de pobreza
Las pobres condiciones salariales de los trabajadores también ha sido una práctica abusiva identificada durante la investigación de Transparentem, desde donde censuran tanto a los bajos salarios, a menudo por debajo del mínimo legal, que recibirían los trabajadores, como el que además estos se habrían llegado a abonar sin planificación y con retrasos. Una práctica que justamente favorece el que los trabajadores tengan que recurrir a solicitar esos préstamos y adelantos que terminan por llevarlos a verse sumidos en esos regímenes de esclavitud a los que señalábamos.
“Varios trabajadores de tres granjas diferentes que vendían algodón en bruto a fábricas de desmotado que suministraban fardos de algodón a Maral Overseas dijeron que el propietario de la granja a veces retenía sus salarios durante períodos de tiempo impredecibles”, reconociendo además el que “la mayoría de ellos también estaban endeudados con su empleador”, señala la ONG. Una práctica esta, la de “la retención de salarios”, que “puede obligar a los trabajadores a seguir trabajando para su empleador mientras esperan recibir lo que se les debe”, siendo esos pagos “impredecibles” los que, junto a “los salarios impagos”, terminan por incrementar “los riesgos de servidumbre por deudas y trabajo infantil”.
4. Condiciones laborales abusivas
Los gritos, las amenazas y las largas y duras jornadas laborales, fueron otros de los abusos que los trabajadores de las granjas vinculadas a estos tres grandes proveedores de la India reconocieron haber experimentado durante la investigación. Abusos que se manifestaban en tratos y condiciones laborales abusivas, con gritos y amenazas de no abonar el salario completo a los trabajadores si cometían errores, llegaban tarde, trabajaban demasiado lento o incluso si se sentaban. Todo ello en el contexto de largas y extenuantes jornadas de trabajo, con calor extremo y unos problemas por insolación y agotamiento que, a pesar de que los trabajadores aseguraban tener acceso a agua potable, se incrementaban por la falta de unas instalaciones sanitarias adecuadas que hacían que las mujeres en ocasión evitaran beber agua. Y es que, según destacan desde la ONG, Transparentem descubrió que ninguna de las granjas conectadas a las cadenas de suministros de los tres proveedores contaban con baños o con cualquier tipo de instalación sanitaria que otorgase privacidad a los trabajadores.
5. Adulteración del algodón orgánico
Entre la serie de otros de los abusos identificados a razón de esta investigación, aunque ya fuera de las malas prácticas contra los trabajadores, desde la misma Transparentem señalan a que la investigación sacó a relucir más que posibles y potenciales problemas relacionados con la integridad del algodón orgánico dentro de la cadena de suministros de Pratibha Syntex y del programa de algodón orgánico que llevan a cabo a través de su empresa filial Vasudha Swaraj. Y es que, según la ONG estadounidense, existirían evidencias que sugieren que se habrían estado utilizando semillas genéticamente modificadas y pesticidas sintéticos, y que el algodón orgánico recolectado se podría haber estado mezclando con variedades de cultivo convencionales. Unas acusaciones ante las que Pratibha Syntex respondió defendiendo la integridad orgánica de su algodón, y que garantiza a través de procedimientos y unos controles estrictos, desde los que Vasudha Swaraj inspecciona más de 16 000 granjas dos veces al año, excluyendo del programa a todas aquellas granjas que no cumplen con sus estándares. Una defensa ante la que desde Transparentem recomendaron que Pratibha Syntex, Vasudha Swaraj y sus compradores traten de llevar a cabo una investigación más a fondo de estas sospechas, y que solucionen los problemas si estos se confirman.
Medidas de remediación de los abusos
Tras completar esta investigación sobre esas 90 granjas de algodón de Madhya Pradesh, así como igualmente el rastreo que conducía desde Pratibha Syntex y Remei India, proveedores de hilo de algodón, textiles y prendas de vestir, y desde diferentes fábricas de desmotado de algodón vinculadas a la cadena de valor de Maral Overseas, la tercera de este grupo de tres proveedores clave de la industria global de la moda, desde Transparentem pusieron el foco de atención en las redes de suministros de las que formaban parte los tres proveedores, terminando así por identificar a las 60 marcas y minoristas a las que habían estado sirviendo de prendas y materiales fabricados con el algodón de esas granjas investigadas. Actores todos ellos, los tres proveedores y los compradores vinculados a esas 60 globales, con los que se puso ya en contacto la ONG a finales de 2023, con el objetivo tanto de hacerles partícipes de sus investigaciones, y de los resultados, como de facilitarles sus recomendaciones para atajar las problemáticas encontradas, brindándoles así la oportunidad de abordar y corregir los abusos identificados dentro de sus cadenas de suministros durante la investigación.
Durante esta toma de contacto, y a pesar de que pueda resultar de entrada llamativo, el principal y más esencial consejo que desde Transparentem hicieron llegar al grupo de esas compañías y organizaciones identificadas fue el de invitarlas a mantenerse en un “compromiso constructivo” con las tres empresas proveedoras, y con sus granjas, desaconsejándoles que rompieran sus vínculos comerciales. Una medida con la que no solamente no iban a borrar los abusos que ya se hubieran cometido en el pasado, sino que impediría que las compañías pudieran ejercer presión sobre los proveedores, y estos a su vez sobre las granjas de algodón de las que se nutren de su materia prima, para terminar de poder así de atajar los abusos identificados durante la investigación. Unos abusos que se habían estado dando a pesar de que muchas compañías y empresas minoristas ya contaban entonces con iniciativas de defensa de los derechos laborales, la producción orgánica y la trazabilidad, pero careciendo de la información en su mayoría sobre de dónde venía de origen el algodón que empleaban sus proveedores para la fabricación de sus prendas.
A partir de aquí y de esa toma de contacto, a principios ya de 2024, 26 compañías vinculadas a Maral Overseas y Pratibha Syntex, entre ellas Inditex, se asociaron con la Fair Labor Association (FLA), ONG dedicada a mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, para desarrollar e implementar una estrategia de corrección de los abusos laborales, problemas de trazabilidad y para mejorar las condiciones laborales en las granjas de algodón de la región de Madhya Pradesh. Esfuerzos que condujeron a la ideación e implementación del proyecto “Harvesting the Future (HTF)”, para el que las dos compañías proveedoras indias y sus compradores designaron a la FLA para liderar su puesta en marcha, como proyecto a tres años en el que se combinan las responsabilidades de diligencia debida y en materia de derechos humanos, contando como objetivos los de establecer zonas libres de trabajo infantil, la mejora de los mecanismos independientes de denuncia por parte de los trabajadores, o el de garantizar el pago de los salarios mínimos legales a los trabajadores, elevando los importes que se les pagan por su algodón a los propietarios de las granjas. Una iniciativa que está previsto que arranque con una suma de acciones que se pondrán en marcha a partir de este 2025, contando como ámbito de actuación 32 pueblos de los distritos de Khargone y de Barwani, en los que se llevó a cabo la investigación, abarcando a más de 7 500 propietarios de granjas de algodón. Un proyecto que ha sido aplaudido por Transparentem, pero para el que no obstante censuran el que ninguna de las compañías involucradas haya querido hacer público con cuantos fondos van a financiar este proyecto, para el que desde la FLA aseguran contar ya con los fondos comprometidos para sus dos primeros años, así como su lenta puesta en marcha, y el que este se vaya a limitar a solamente 32 pueblos en tres años.
En cuanto a lo que respecta a la otra empresa proveedora señalada, Remei India, desde esta informaron a Transparentem que colabora directamente con los pequeños agricultores de la región de Madhya Pradesh para promover la transparencia, defender la diligencia debida en materia de derechos humanos, y para apoyar la agricultura orgánica. Unos compromisos que no niegan desde la ONG, desde donde justamente reconocen que su transparencia fue lo que les permitió más fácilmente conectar a la compañía con las granjas investigadas donde se identificaron parte de esos abusos recogidos en su informe. Abusos para los que desde Remei aseguran contar con procedimientos para remediar casos como los identificados, pero que no pudieron poner en práctica debido a que desde Transparentem se negaron a proporcionar muestras fehacientes de esos abusos y de dónde se habían identificado. Un extremo que rechazan desde la ONG entendiéndolo como un mecanismo que les permite evitar el que los trabajadores puedan ser objeto de cualquier clase de represalia, en lo que ha llevado a Remei, y sus compradores, a poner en marcha una investigación, de parte de un centro de investigación universitario y de una ONG local, para evaluar cuales son las condiciones laborales y abordar los problemas sistémicos con los que pueda contar su cadena de suministros. Un estudio durante cuya primera fase habían llegado a analizar ya 970 granjas orgánicas y 80 de algodón convencional, para septiembre de 2024, teniendo previsto analizar cómo es la realidad laboral y los procesos de recolección que se llevan a cabo en otras 1 000 granjas de su cadena de suministros, durante una segunda fase que está previsto que se complete para febrero de 2025. Aunque no obstante, y hasta la fecha, desde Remei todavía no han informado de los resultados recogidos de esta investigación. Una falta de datos que no obstante no ha impedido a la compañía compartir su plan de remediación del trabajo infantil con la ONG, señalando al respecto que, tras identificar unos riesgos estructurales para el trabajo infantil que no han cambiado significativamente desde 2005, se hace patente que se requieren de mejoras en los procesos de control y en las políticas para buscar atajar de raíz las causas de estos abusos. Objetivo para el que plantean capacitar y concienciar a los trabajadores de las plantaciones sobre cuáles son sus verdaderos derechos, y para que pueda acceder a ayudas públicas.
Con 60 firmas bajo sospecha
Poniendo ya el foco de atención sobre los compradores que, sabiéndolo o no sabiéndolo, se habrían estado beneficiando de estos abusos y prácticas de explotación laboral e infantil, de las 50 compañías identificadas, vinculadas a 60 grandes marcas globales minoristas y de la moda, con las que desde Transparentem se decidieron a contactar al entender que, de entre todas las vinculadas a los tres proveedores, eran estas las que tenían mayores oportunidades de ejercer una influencia positiva sobre los diferentes actores de la cadena de suministro, desde la ONG diferencian en primer lugar entre aquellas que han respondido a sus requerimientos, de aquellas otras que no lo han hecho, que dejaron de mantener contacto con la organización, o que han tratado de negar, sin pruebas, sus vínculos con las empresas proveedoras y con las plantaciones de algodón investigadas de la región de Madhya Pradesh. Un grupo este integrado por 15 empresas, entre las que se encuentran la británica Peacocks, Bluestem Brands, Chico’s, Cracker Barrel, Gerry Weber, Greenpeace, Gulf Marketing, Kindred Bravely, la cadena de moda canadiense Laura’s Shoppe, Matalan Retail Limited, PACT Apparel Inc., Skechers, TJX Companies, Wöhrl y por Yasin Knittex Industries Limited.
En cuanto al otro de los grupos, entre las restantes 35 de las 50 empresas identificadas que habrían venido manteniendo relaciones comerciales con los tres proveedores indios señalados, pero que sí habrían respondido a los requerimientos de información de Transparentem, así como a sus consejos para liderar acciones de remediación que sirvan para atajar los abusos identificados, entre ellas se encuentran compañías y multinacionales como Adidas, Amazon, BCI Brands, Bergfreunde, Carrefour, Columbia Sportswear, Coop, Delta Galil, Gap, G-Star Raw, H&M Group, Hanes, Inditex, Mammut, Marc O’Polo, Mas Holdings, Reitmans, Tommy Bahama o VF Coporotation. Resultando singular el caso de American Eagle, que a las tres preguntas que les plantearon a todas las compañías compradoras desde Transparentem respondieron con un “no” a la de si han participado de acciones grupales encaminadas a corregir estos abusos, a la de si continuan manteniendo relaciones comerciales con su proveedor, y a la de si se han comprometido a colaborar con los esfuerzos de remediación para corregir los abusos identificados en la investigación.
El papel de Inditex (y su respuesta)
En cuanto al papel de Inditex y su presencia en esta investigación, dado su peso y su posición de referencia y de liderazgo dentro de la industria, pasamos a profundizar en su huella desde un apartado aparte, señalando a cómo en su caso la multinacional de la moda española se encuentra presente en el informe, como compañía que cuenta entre sus proveedores con la compañía india Pratibha Syntex. Habiendo en su caso, y con respecto a esas tres preguntas que se les planteaban desde la ONG, y como caso completamente opuesto al de American Eagle, habiendo respondido de manera afirmativa a todas y cada una de ellas. Con un sí, a la pregunta de si han participado de acciones de remediación grupales, siendo uno de los compradores que se unió al proceso colaborativo para involucrar a la FLA en el desarrollo de una hoja de ruta para la remediación de estos abusos estructurales; con un sí a si han mantenido sus relaciones comerciales con su proveedores; y con un tercer sí a su se han comprometido a colaborar con esos esfuerzos de remediación, habiéndose comprometido Inditex a apoyar la implementación de ese proyecto “Harvesting the Future – Cotton in India” liderado por la FLA. De hecho, la compañía española es una de las pocas, en total 18 de las 50 identificadas con nombre y apellidos en el informe, que han respondido de manera afirmativa a las tres preguntas planteadas por Transparentem, junto a Adidas, Asda Store Limited, BCI Brands, Carrefour, Gap o G-Star; y a diferencia de otras como H&M, que en su caso negó seguir manteniendo relaciones con su proveedor, aunque sí se alió con la FLA y sí se ha comprometido a apoyar el proyecto “Harvesting the Future – Cotton in India”.
“Transparentem ha alentado continuamente a los compradores a trabajar junto con los proveedores para solucionar los problemas”, y “ha subrayado que terminar las relaciones comerciales sin antes hacer un esfuerzo decidido para solucionar los problemas es irresponsable”, indicen al respecto desde la ONG. Y es que “tal conducta puede potencialmente causar daño a los trabajadores vulnerables y, en cualquier caso, no exime al comprador de su responsabilidad de remediar el daño pasado al que contribuyó, o con el que está vinculado a través de sus relaciones en la cadena de suministro”. “Por lo tanto”, apuntan siguiendo con lo ya señalado, “en el contexto de esta investigación, Transparentem considera que las relaciones comerciales continuas entre compradores y proveedores son un paso positivo”.
Preguntados sobre todas estas cuestiones por FashionUnited, desde Inditex, compañía que cabe recordar que no compra materias primas, ni ella ni ninguna de sus marcas, sino que adquieren los productos ya terminados de manos de sus proveedores, nos señalan desde la multinacional de la moda española que “en Inditex llevamos años colaborando con diversas organizaciones clave para mejorar las condiciones laborales en las granjas de algodón en India, independientemente de si forman parte de nuestra cadena de suministro”, siendo un “ejemplo destacado” de esta política “nuestra alianza público-privada con la OIT, firmada en 2017, para promover los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo en la agricultura del algodón en países como India o Pakistán”. “En línea con estos esfuerzos, estamos trabajando junto a más de 20 marcas, organizaciones sociales y proveedores locales para poner en marcha un plan de remediación conjunto en los campos de algodón en 32 aldeas del distrito indio de Madhya Pradesh con el objetivo de impulsar medidas de protección para los trabajadores y sus familias”, ponen en valor en relación con ese proyecto “Harvesting the Future – Cotton in India” sobre el que venimos haciendo mención. Mientras que con “respecto a nuestro suministro de algodón”, añaden, “las prendas de Inditex incorporan únicamente algodón validado por certificadores externos y nos hemos comprometido a que, para 2030, solo utilicemos algodón con menor impacto —ya sea orgánico, de cultivo regenerativo, reciclado o de nueva generación—”. En línea con ese compromiso, concluyen desde la multinacional de la moda española, “en la fabricación de nuestras prendas”, además “promovemos que nuestros proveedores prioricen el uso de algodón procedente de productores que Inditex ha seleccionado en función de su cumplimiento social y medioambiental, certificados por terceros independientes y con trazabilidad completa”.