Visible recuperación moda infantil en feria Kleine Fabriek

En los Países Bajos y Bélgica, la venta de moda infantil parece recuperarse. Por lo tanto, es un buen momento para visitar Kleine Fabriek, la feria profesional de moda infantil que se celebra en Ámsterdam, Países Bajos. Esta feria profesional es,

principalmente, un concepto del mercado neerlandés y belga. En la 12a edición de la feria se presentan un total de 280 marcas de moda infantil y 40 marcas de calzado.

Los resultados del estudio llevado a cabo por la organización del sector de los Países Bajos, CBW-Mitex, indican que, en comparación con el año 2009, el volumen de ventas del sector de moda infantil no ha bajado en 2010. Los resultados del sector de moda infantil se encuentran en línea con los resultados de las tiendas de moda medias del país. En Bélgica no se han publicado cifras oficiales, pero también ahí parece que las cosas van mejor. Según el agente Christian Clarysse, de la agencia SCS Compagnie, las marcas que van mejor son, especialmente, las marcas de segmento alto: “El mercado se recupera. En Bélgica se han cerrado muchas tiendas, sobre todo aquellas con productos relativamente económicos que debían enfrentarse a cadenas de tiendas como H&M y Zara. La mayor parte de las empresas que han sobrevivido son aquellas que se han especializado en el segmento de precios más alto.” Desde hace 3 temporadas, Clarysse vende la marca Fun & Fun girl, que actualmente dispone de 50 puntos de venta en Bélgica.

De

bido a la cercanía de los dos pequeños países y a su idioma compartido, muchas empresas tienen la tentación de enfocarse a ambos mercados simultáneamente, pero las diferencias son enormes. Los belgas se gastan más dinero en un artículo de ropa que los holandeses. Esa es la razón por la que la francesa Lili Gaufrette dispone de 100 puntos de venta en Bélgica, mientras que en los Países Bajos solo dispone de 60. “Los belgas prestan más atención a la calidad,” comenta Tania Johan, de la agencia Junior Fashion, que vende la marca en los Países Bajos desde hace 12 años. “Si bien, los clientes holandeses que saben valorar la marca siguen comprándola. No hemos sufrido las consecuencias de la crisis, sí de las marcas de la competencia, pero esa es otra historia. Durante los últimos años las ventas se han mantenido estables.”

En cuanto a los gustos, las preferencias de los holandeses y los belgas también difieren. A los holandeses les gustan los colores llamativos, por ello, la marca española Custo Growing, por ejemplo, funciona muy bien en este país. Por otro lado, los belgas tienden a elegir colores y modelos más clásicos. “Es muy gracioso,” dice Barbara Roland Holst-Terhorst, de la marca de calzado Diggers: “Los holandeses suelen elegir calzado en colores como azul oscuro, marrón y plata. Los belgas siempre eligen colores neutros, como grises y marrones.” Petra Heuts, que representa a la marca danesa Freoli en la feria, comenta que los clientes holandeses y belgas también son diferentes en el aspecto comercial: “Un holandés al que no le gusta tu colección, te dice tranquilamente: Esto no lo puedo vender’. Un belga nunca diría algo así, no son tan directos.”

De nuestro corresponsal en Amsterdam