Trabajadores textiles europeos en las mismas condiciones que Asia
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La investigación publicada recientemente y que lleva el nombre de “Estafados: salarios de pobreza para los trabajadores de la vestimenta en Europa del Este y Turquía”, muestra que los salarios de pobreza son endémicos en toda la industria de la confección y que la idea del “Made in Europe” o que la ropa más cara se realiza en mejores condiciones laborales, es sólo un mito.
Dificultades para formas sindicatos
Especialmente impactante es el hecho de que los salarios mínimos legales cubren sólo una fracción de un salario vital básico - del 14 por ciento en Bulgaria, Ucrania y Macedonia al 36 por ciento en Croacia. Una situación a la par o incluso peor que en países como Bangladesh, Pakistán y otros a los que la industria de la moda europea le gusta señalar con el dedo a bastante frecuencia.
“Esta investigación demuestra que en nuestra propia casa, trabajadores de la confección europeos trabajan largas horas por salarios que no cubren ni siquiera las más básicas de las necesidades. “Mientras marcas como Zara y H&M disfrutan de aumento de los beneficios, incluso durante la crisis, las condiciones de trabajo en los países productores de la región se han deteriorado en especial desde 2008/9 ", dijo Christa Luginbühl, una de los redactores del informe.
Lo que hace aún peor la situación es que los trabajadores tienen dificultades para formar sindicatos o incluso para luchar por sus derechos más básicos: “Los sindicatos no tienen la oportunidad de negociar salarios más altos, ya que tienen que luchar constantemente las prácticas ilegales, como las horas extras no remuneradas o los salarios pendientes de pago ", declaró un sindicalista de Croacia, según el informe.
“Frente a esta situación, los activistas y los trabajadores hacen un llamado a las marcas europeas de moda para asegurarse de que, como primera medida inmediata, los trabajadores de la región reciban un salario básico neto de por lo menos el 60 por ciento del salario medio nacional”, señaló CCC.
Foto: Trabajadoras textiles del Europa del Este © Clean Clothes Campaign