El grupo textil Inditex no conoce fronteras y parece que tampoco entiende de crisis. Mientras otras empresas cierran o sobreviven con dificultades, el gigante gallego puede permitirse entrar por la puerta grande en Marruecos en el primer centrocomercial de lujo de toda África.
Con
una inversión de 200 millones de euros y una superficie de 10 hectáreas, el Morocco Mall que ha abierto sus puertas este lunes en Casablanca, capital económica del país, dentro de las que albergará a 600 enseñas de la talla de FNAC, Galeries Lafayette, Starbucks, Dior, Louis Vuitton, Ralph Lauren, H&M o la españolas Cortefiel, Mango e Inditex; esta última, con todo su equipo formado por Zara, Massimo Dutti, Bershka, Stradivarius, Pull & Bear, Oysho, Zara Home y Uterqüe, la mejor embajada de la moda española, junto a otras firmas como Cortefiel o Mango. "La idea es democratizar la moda y por eso se ofrecen desde las marcas más prestigiosas hasta las más accesibles", afirma Habib El Fassi, director de la franquicia de Inditex en Marruecos.
Todas ellas conviven con marcas de lujo, como Gucci, Dior o Louis Vuitton.
Sin embargo, antes del desembarco en Morocco Mall, en 2004, Inditex había firmado una alianza con la empresaria marroquí Salva Idrissi Akhannouch, por la que ésta obtenía la franquicia de Zara en Marruecos, dando entrada a la marca. Posteriormente, el grupo Aksal, propiedad de Akhannouch, extendió el acuerdo a otras cadenas de la compañía.