Son los compradores culpables de la producción barata?
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Notad la ausencia de firmas americanas como Walmart o Gap que dudan todavía en firmarlo por razones de riesgos jurídicos; el grupo japonés Fast Retailing tampoco ha firmado pero participa activamente en las iniciativas, particularmente con la cadena de tiendas Grameen-Uniqlo en Bangladesh y aportando una donación de un millón de dólares a la Universidad Asiática para Mujeres, además de un proyecto que mantiene los equipos de futbol de las chicas de cara a la próxima generación de mujeres en el país.
Las grandes firmas se encuentran con dificultades importantes
Los grandes nombres de la industria del textil son los más afectados: las 50 empresas más grandes representan cerca del 65 por ciento de la cifra de negocio. Sus acciones, que sean positivas o negativas, hacen mucho ruido porque estas firmas tienen una gran visibilidad. Su ventaja competitiva en términos de selección, compra, distribución o marketing también es un inconveniente frente a la presión y los cambios deben de ser aprobados por distintas instancias, tardando un cierto tiempo para su establecimiento.Analicemos ahora lo que pasa para los 35 por ciento restantes de la cifra de negocio. Qué pasa para el centenar o el millar de empresas pequeñas o medianas que no se benefician de la misma notoriedad? Como llevan la crisis? Y qué soluciones han adoptado? El tamaño de la empresa puede ser una ventaja aquí porque las marcas pequeñas conocen bien su clientela y ofrecen productos generalmente únicos, buscando un mercado demográfico o local específico. Suelen ser más flexibles para tomar decisiones y aplicar cambios.
Orgulloso de fabricar en China
La lujosa firma de ropa de bebe del Reino Unido -fundada en el 2005- Bonnie Baby, es una de ellas. Todas las prendas para bebes y niños son dibujadas en Gran Bretaña y fabricadas en China –en fábricas seguras y con buenas condiciones. “fabricamos en China y siempre lo hemos hecho. Estamos orgullosos y conocemos bien nuestras fábricas”, declaró el fundador Tracey Samuel a FashionUnited. Conocer a sus colaboradores y proveedores es fundamental, porque ellos pueden fingir preocuparse por las normas de producción y la seguridad de los trabajadores, por ese motivo hay que saber si están afiliados a las exigencias legales.« China ha creado un sueldo mínimo y ha establecido unas normas sanitarias y leyes de seguridad que inevitablemente han subido los precios (el sueldo mínimo ha aumentado un 25 por ciento). Me hace feliz saber que todas mis prendas están fabricadas en una buena fábrica que dispone de condiciones laborales correctas y que cada trabajador reciba un sueldo decente », añade Samuel.
Otras firmas internacionales, viendo el aumento de los costes en China, han elegido deslocalizar su producción hacia un país más económico. Bangladesh, que tiene el sueldo más bajo del mundo –de 38 dólares mensuales- ha sido elegido por numerosas empresas que deben ahora asumir las consecuencias.
Sin embargo, la historia no se acaba aquí para Samuel. Son los consumidores quienes deben estar convencidos, primero porque el “Made in China” no es obligatoriamente sinónimo de mala calidad o de condiciones de trabajo peligrosas y la calidad y la seguridad tienen su precio. “Pasamos mucho tiempo en educar a nuestros clientes sobre las ventajas del “Made in China”…acabo de convencer la opinión pública británica que deben pagar más caro para esto!, dijo Samuel. Parece ser que los consumidores se hacen cada vez más conscientes y se informan directamente de las marcas: ”Desde la catástrofe en Bangladesh, más clientes quieren conocer el origen de nuestros productos”, confirmó.
En nuestro próximo episodio que será publicado el próximo jueves, veremos lo que los proveedores desean que hagan los consumidores al respecto, en términos de seguridad y condiciones de trabajo.
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Fotos: etiquetas de ropa / Keith Williamson
Texto: Simone Preuss
Traducción: Anne-Sophie Castro