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Moda con ética: Ananda Pascual

Por FashionUnited

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Ananda Pascual es parte de la nueva generación de firmas españolas de moda que incorporan naturalmente a su actividad la responsabilidad social. Hacen moda, y además contribuyen a mejorar la vida de mujeres con grandes dificultades

en Camboya, India y Perú. La empresa es muy joven, apenas poco más de año de vida desde su creación en Abril de 2011, pero las paginas de las principales cabeceras de moda de España ya dejan ver sus diseños. La integran Omar García Lafuente, Guillermo Gutiérrez y la diseñadora Ananda Pascual que en esta serie de entrevistas a firmas de moda ética, explica las bases y las motivaciones del negocio.

¿Cuál

es vuestro aporte a la sostenibilidad como firma de moda?
La sostenibilidad en un concepto muy amplio que abarca innumerables disciplinas en pos de un objetivo común: establecer un modelo de vida que sea perdurable en el tiempo, sostenible. Esto pasa obligatoriamente por un consumo más racional, y es aquí donde se encuadra Ananda Pascual. Para nosotros un consumo más racional significa conocer el impacto de nuestras compras. El comprador es el motor de la economía y su compra el mejor voto. Con nuestras compras podemos seleccionar qué modelo comercial o compañía perdurará. Ananda Pascual confecciona todas sus prendas en talleres sociales que dan salida salarial a mujeres marginales. Este es nuestro modelo y somos una marca de tendencia, nos han publicado en Vogue, Elle, etcétera. Hasta la fecha, la moda social, o comercio justo, estaba encasillada en un mercado muy reducido, donde el producto quedaba casi en segundo plano. Nosotros queremos competir en el mercado natural de la moda, con moda de tendencia, con buenos materiales, diseños modernos y precios justos. Queremos que la moda sea sostenible, pero que siga siendo moda.

Trabajáis con tres ONGs, una en Camboya, otra en India y otra en Perú. ¿Qué tareas realizan las personas de esas ONGs para vosotros?
Estas ONGs nacen con el propósito de ayudar a mujeres en peligro de exclusión, en estado de marginalidad o, como en el caso de Camboya, niñas y mujeres que son víctimas del tráfico sexual. Una de las etapas de ayuda a estas mujeres pasa por un periodo de formación, y uno de los talleres al que pueden optar, es la confección. Con el paso de los años, estos talleres de formación dieron el salto y pasaron a producir pequeñas colecciones para varios clientes, con el objetivo de llegar a ser autosuficientes. Ananda Pascual es una de esas empresas que apuestan por producir en estos talleres. Básicamente nosotros desarrollamos aquí los diseños, plasmándolos en fichas técnicas, adaptadas muchas veces para que sean muy sencillas de entender. Para cada colección viajamos a estos países y desarrollamos en cada ONG las colecciones, empezando por los patrones, pasando por las muestras y llegando hasta las primeras muestras de producción. Por lo tanto en estas ONGs realizan todo el proceso de producción, desde el patronaje hasta la confección misma de la colección.

¿Cómo has dado el paso desde Loewe e Inditex a trabajar con estas organizaciones?
Ya conocía muchas organizaciones sociales de primera mano tras haber trabajado en el pasado con ellas. No fue un corte en mi carrera en la industria convencional sino que siempre supe que ese era mi camino. Pero tenía que hacerlo cuando pudiese realmente ser útil, cuando tuviera todo el panorama de la producción textil industrial bien interiorizado para asumir el gran reto de montar una empresa de moda nueva, con nuevos modelos de producción, con nuevos actores, nuevos consumidores, nuevos productos, nuevos tejidos. Previamente a Loewe e Inditex trabajé como diseñadora varios años en la ONG Diseño para el Desarrollo (DPD). La labor de DPD es dar soporte técnico a organizaciones de países en vías de desarrollo que dan salida laboral a mujeres en situación de exclusión a través de la confección textil. Estas organizaciones acuden a DPD para que les orienten el producto o que hagan colecciones para ellos y así ser competitivos en los países occidentales. Mis experiencias profesionales y personales durante estos años trabajando con estas organizaciones en India, Nepal, Camboya, Brasil o Kenia, fueron sumamente motivadoras y marcaron el resto de mi carrera y mi vida.

Hay
quien puede pensar que esa mano de obra, aún pagada a precio de comercio justo, es más barata que en España y que ese un incentivo desde el punto de vista empresarial. ¿Es cierto?

No, no lo es. El precio de producción en talleres de comercio justo con producciones no masivas es prácticamente igual que el de aquí. Allí, producir en talleres sociales implica unos costes superiores a los talleres textiles convencionales y es que nuestros costes de producción en los talleres sociales incluyen: sanidad, educación y formación, salarios adecuados y dignos, apoyo psicológico y producciones respetuosas con el entorno. Cosas muy normales y comunes para nuestro mundo desarrollado y que todavía muchos pasan por alto cuando van a producir allí. El comercio justo nace para abolir las grandes desigualdades y abusos que se hacen a los productores de países en vías de desarrollo por parte de Occidente. Es una manera de regular y de controlar para que todo sea más equitativo en la cadena completa. Es muy importante que exista un comercio justo y más en estos momentos en los que el mundo parece estar rehaciéndose. Muchas veces nos preguntan incluso: “y si sale igual económicamente, y ahora aquí también hay dificultades, ¿por qué no producís en España?”. Estamos motivados a producir moda en estos países bajo comercio justo para aportar nuestro grano de arena a la industria de la moda -actualmente en reconstrucción por intoxicación de métodos erróneos-, y eso es intentar eliminar las desigualdades y los abusos con los productores de los países del Sur. Por otro lado, cuando comparamos realidades sociales de aquí y de allá, siempre me viene a la mente, que si por ejemplo el centro de producción de Camboya cerrase, sus mujeres se verían abocadas a la calle y muy probablemente entrarían de nuevo en los circuitos de explotación sexual. Gracias a muchos años de desarrollo, en España disponemos de mecanismos de ayuda, que allá, son todavía una quimera.

La gran pregunta de siempre: ¿es rentable ser una firma sostenible hoy en día?
La respuesta claramente es sí. Como todas las empresas, estamos familiarizados con términos como “rentabilidad,” “amortización” o “minimización de costes,” y como cualquier proyecto empresarial, la rentabilidad debe ser uno de los pilares de la planificación anual. La gran diferencia con otras filosofías empresariales es que nuestra política social y medioambiental, además de ser mucho más comprometida, está al mismo nivel de importancia que la económica. No sólo nos preocupamos de dar beneficios le dedicamos mucho a tiempo a pensar en cómo gestionamos toda la riqueza que generamos. También hay que entender que es difícil sobrevivir en España a día de hoy con una situación económica complicada. Y como cualquier negocio la viabilidad pasa por salir al exterior.

En España el comercio justo es un concepto que no va asociado a la moda de tendencia. ¿Cuál es vuestro aporte para cambiar esta idea?
Desde hace años trabajo con estas organizaciones y desde entonces conozco el valor que tienen sus habilidades, su riqueza textil y plástica, y también desde entonces vi el problema clave: que no se vendiera como moda sino como prendas solidarias. Ambas partes (productores y diseñadores-clientes) hemos hecho un gran trabajo por profesionalizar estos talleres y llegar a los estándares de calidad. ¿Por qué entonces no iban a poder crearse artículos textiles de diseño de tendencia, actuales e incluso visionarios? Creía que se podía y que era necesario hacer productos que se vendieran por su atractivo, por estar en la tendencia de diseño. Nosotros aportamos expresión, un tratamiento particular del color, el uso de tejidos innovadores, tejidos reciclados y otros reciclables. Y por supuesto, una nueva manera de producir.

¿Qué caracteriza a vuestras colecciones?
Hay una clara influencia del mundo deportivo. En el sector textil deportivo se están haciendo muchos y muy buenos avances para dar mayor confort a las prendas. Ese avance siempre va unido al desarrollo de su forma: volúmenes y detalles que expresan ese dinamismo. Todas nuestras prendas se enmarcarían en un estilo urbano. Pero esa fuerza de lo urbano y lo industrial nosotros la potenciamos con la magia del color y los motivos procedentes de los países con los que trabajamos. En Perú trabajamos la fibra natural de la Alpaca Baby. La alpaca ha poblado durante años las áreas donde habitan las mujeres Aymaras, colectivo con el trabajamos, y con ella se han abrigado para sobrevivir las temperaturas extremas. Es una calidad muy preciada por su suavidad y abrigo. En India trabajamos algodones cien por cien en jersey, felpa, twill, estampados. Los algodones estampados, que proceden del estado de Gujarat, son producto del trabajo de los artesanos, que a base de sellos tallados en madera van estampado el tejido confiriéndole una gran belleza, haciendo que las imperfecciones del trabajo manual lo singularicen. En Camboya trabajamos prendas unisex con un nylon que ha sido reciclado de botellas de agua y redes de pescadores.

¿Cómo veis el momento que está viviendo la moda en España?
Malo, muy malo por la crisis que está haciendo sufrir mucho. En general, tanto para grandes y pequeños es un momento de transformación. Cada vez hay más movimientos de responsabilidad que están sentando las bases de un futuro que comprender las implicaciones de vivir en un planeta finito. El modelo global está cambiando, y donde antes sólo había actores dominantes ahora aparecen unos nuevos actores (países emergentes) que quieren y pueden opinar. Esto nos lleva a una única vía de trabajo: la colaboración. En España, se están cerrando muchas empresas por circunstancias varias que parten de la crisis. Otras sobreviven porque tienen posibilidades para adaptarse y rehacerse ante el nuevo mundo. Lo que sí está claro es que el sistema de rápida rotación empieza a cuestionarse y hay muchas empresas españolas que están inmersas en él y que en estos tiempos veremos por dónde se encaminan. También vemos como proliferan las tiendas vintage como alternativa ecológica y de diseño al reutilizar prendas ya existentes. Y nosotros creemos que lo producido nuevo hoy, ya debe ser sostenible, justo y respetuosos para todos.

(Entrevista: Daniela Santos Quartino)

Foto: Ananda Pascual
Foto: Ananda Pascual Colección

Ananda Pascual
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