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Made in Germany: medio ambiente, empleo y salud

Por FashionUnited

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Los tomates de apariencia idéntica y duración eterna han perdido su atractivo, la gente busca ahora tomates sabrosos cultivados cerca de su casa, aunque sean más caros. Los niños tienen que aprender de nuevo que la leche viene de las vacas y no del supermercado. El slow food, la comida vegetariana

y el comer sano se ha instalado como tendencia. Es hora de que la moda siga el ejemplo.

¿Pero tenemos aún la calificación y la tecnología adecuada?¿Podemos en Europa producir pantalones vaqueros, hacer bolsos y tejer jerseys?¿Y dónde? En esta nueva serie, FashionUnited investiga la industria de la confección de prendas en seis países europeos: España, Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Italia y Francia - con el objetivo de arrojar luz sobre la realidad de la producción en nuestro propio patio.

El

sello de calidad “Made in Germany” tiene una historia bastante turbulenta, ya que este certificado de origen no siempre ha tenido la connotación positiva que tiene actualmente; al contrario: se introdujo en el Reino Unido a finales del siglo XIX para distinguir los productos británicos de calidad de las importaciones e imitaciones baratas de origen alemán.

Hoy, en la Unión Europea utilizar los certificados de origen “Made in ...” sigue siendo voluntario y está poco regulado, ya que también identifican artículos que se han fabricado parcialmente en otro lugar. Sin embargo, los reglamentos europeos van a volverse más estrictos, y se supone que van a definir como país de origen al lugar en que se fabrique el componente más grande y de más valor añadido de un producto. Iniciativas como “Wir produzieren Deutschland” (Producimos Alemania), “Ja zu Deutschland” (Sí a Alemania) y otras permiten que consumidores, fabricantes, distribuidores y proveedores de servicios alemanes identifiquen fácilmente a las empresas que fabrican en Alemania y puedan apoyarlas.

“Made in Germany” como sello de calidad

Por ejemplo, la empresa familiar Trigema, originaria del sur de Alemania, se publicita con el eslogan “100% Made in Germany” para anunciar calidad de Alemania. La empresa se fundó en 1919 y, según su sitio web, es el "mayor fabricante de ropa deportiva y moda informal" de Alemania. La compañía se encarga de todo (desde la producción de los tejidos al diseño y la confección, hasta el envío del producto al consumidor final) sin depender de la intervención de empresas subcontratadas.

Solo utiliza hilos fabricados en Alemania o en la Unión Europea. Además, los estándares ecológicos son otra de las prioridades principales de la empresa, y por tanto Trigema aplica únicamente unidades de lavado y blanqueamiento modernas para contribuir a la reducción de contaminación. Todos y cada uno de los 600 artículos de la gama de productos de la empresa cumplen con los estrictos requisitos del certificado Oeko-Text Standard 100, lo cual significa que no contienen sustancias peligrosas y no irritan la piel. Finalmente, las centrales energéticas de la empresa alimentan las instalaciones de producción con energía procedente de recursos renovables.

Teniendo

en cuenta estos esfuerzos y el hecho de que Alemania es un país de sueldos altos, se plantea la pregunta de cómo es posible seguir siendo competitivos. “En Alemania los sueldos no son demasiado altos siempre y cuando los trabajadores estén motivados y empleados en trabajos adecuados, y contribuyan a la fabricación de un producto comercializable. Los empresarios tienen la responsabilidad de establecer las condiciones empresariales necesarias”, afirma Wolfgang Grupp, CEO de Trigema.

“Estamos orgullosos del éxito que hemos alcanzado en las últimas décadas a pesar de las enormes dificultades a que se ha enfrentado la industria textil en los últimos 30 años. No solo hemos sido capaces de mantener los puestos de trabajo en Alemania, sino que además últimamente hemos incrementado nuestra plantilla hasta las 1.200 personas. Considero que es mi deber implicar a la gente en el proceso de trabajo y proteger puestos de trabajo para el futuro”, dice Grupp.

Según

la Agencia Oficial de Estadísticas Alemana (FSO), a finales de 2013, la industria de la confección alemana contaba con 160 empresas, cuyas plantillas sumaban más de 27.700 trabajadores. Son empresas de tamaño medio, con 50 empleados como mínimo. La mayoría se dedican a ropa de hombre y mujer (68 empresas, más de 13.700 empleados), seguidas de ropa interior (29 empresas, más de 5.100 empleados), medias, punto y cuero.

En cuanto a ventas, el segmento de ropa de hombre y mujer generó beneficios de 4.150 millones de euros, es decir, un 67 por ciento de los beneficios totales de la industria alemana de la moda, que sumó 6.160 millones de euros entre enero y noviembre de 2013. El segmento de la ropa interior, que requiere mucha mano de obra, engloba a un 18 por ciento de las empresas, un 18,6 por ciento de los empleados y 841 millones de beneficios, es decir, el 13,6 por ciento del total.

 

Invertir en producción local puede ser lucrativo

Algunas pequeñas empresas que han encontrado su nicho del mercado son las excepciones que prueban la norma. En 1984, por ejemplo, Andrea y Frank Schürmeyer fundaron en el norte de Alemania una empresa de ropa de punto que produce prendas y accesorios de lana virgen y lana merina desde 1998; a partir del año 2000, se comercializa bajo el nombre de marca Mufflon. Como Trigema, esta pequeña empresa de 20 empleados se centra en crear y mantener empleo en Alemania, así como en producir localmente y de un modo ecológico.

“Las prendas de Mufflon son de las pocas prendas para el aire libre que se producen totalmente en Alemania. Casi el 100 por ciento de la maquinaria, los materiales, los ingredientes y la mano de obra que utilizamos proceden de Alemania o de la Unión Europea”, afirma la empresa. Además, genera su propia energía mediante un sistema fotovoltaico propiedad de la empresa.

Las

cifras oficiales de la FSO confirman que invertir en la industria de la confección alemana puede ser lucrativo. Un segmento incluso registró un crecimiento positivo en todos los ámbitos: la ropa de trabajo creció en beneficios (+ 8,8 por ciento), número de empleados (+9,4 por ciento) y número de empresas (+16,5 por ciento). Quien sale peor parado es el segmento "otros tejidos de punto", cuyos beneficios se redujeron en casi un 52 por ciento, pasando de 144 millones de euros (de enero a noviembre de 2012) a 69 millones de euros entre enero y noviembre de 2013. Además, también disminuyó el número de empleados y empresas. En conjunto, la industria alemana de la confección registró una reducción del 3,5 por ciento de los beneficios, mientras que el número de empleados disminuyó en un 2,5 por ciento y el de empresas, en un 4,2 por ciento.

Esta tendencia coincide con una encuesta llevada a cabo por GermanFashion. La asociación de la moda de Alemania pidió a representantes de los distintos segmentos que hiciesen una previsión de cómo sería 2014 respecto de 2013. La mayoría opinó que el desarrollo de las ventas de ropa de hombre y mujer, ropa de trabajo y ropa de deporte/aire libre sería mejor que en 2013, mientras que en lo que respecta a exportaciones hubo división de opiniones: el 46 por ciento opinó que las exportaciones serían mejor en 2014, y un 52 por ciento que se quedarían igual. El 67 por ciento de los encuestados tenía intención de invertir en Alemania, el 27 por ciento en otros países de la Unión, y solo el 9 por ciento fuera de la Unión Europea.

No solamente las empresas medianas alemanas se están planteando intensificar sus esfuerzos de producción local; incluso las grandes firmas globales se replantean sus estrategias de subcontratación e intentar volverse más locales. A la vista del incremento de los sueldos en China, así como del aumento de los problemas comerciales y de seguridad, el gigante de la ropa deportiva Adidas, por ejemplo, se plantea una retirada parcial de Asia. "Nos acercaremos a nuestros clientes y fabricaremos allí donde se encuentran”, confirmó recientemente Gerd Manz, director de investigación de Adidas, al periódico Handelsblatt. El objetivo es ser "flexibles y locales, y fabricar en un espacio lo más pequeño posible" y, a largo plazo, producir "con mucha más independencia del precio de la mano de obra".

En conclusión, podemos decir que si la industria textil y de la confección alemana, con sus productos especializados de calidad, se ha mantenido como una importante industria de bienes de consumo en el país ha sido gracias a los bajos sueldos del extranjero, con sus consiguientes productos de peor calidad. Las empresas de confección alemanas han encontrado su nicho del mercado y se asientan en segmentos prometedores y orientados hacia el crecimiento como la ropa deportiva innovadora, la ropa para el aire libre, la indumentaria de protección y la ropa de trabajo, todo ello sin olvidar el medio ambiente ni la creación de puestos de trabajo en el camino.

Foto: Trigema

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