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En profundidad: suministro y producción en la UE

Por FashionUnited

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Con la compra de suministros en los países de salarios bajos como Bangladesh, Pakistán, China, India y otros, con problemas como el incumplimiento de las normas de seguridad contra incendios, y pagas por debajo de los salarios

mínimos, algunos dentro de la industria quisieran alejarse parcial o completamente de estos países. En esta nueva entrega de nuestra serie de aprovisionamiento en la moda, FashionUnited examina el mercado europeo como alternativa.

Según

el informe de Texmedin “El sector textil y de la confección en Europa”, la industria TCL (textil, ropa, piel y calzado) de los 28 miembros actuales de la Unión Europea, ha tenido que lidiar con un “crecimiento lento de la demanda, una baja productividad y una fuerte competencia internacional” en las últimas décadas. Además ha perdido un tercio de su volumen de producción en un período de diez años a partir de 1996. El sector debió aceptar el continuo incremento de las cuotas de importación de países de bajo coste, China en particular.

La producción de prendas de vestir en Europa

En las últimas décadas, la estrategia de las empresas de TCL en la UE y su fuerza de trabajo de aproximadamente tres millones ha dividido las aguas entre, por un lado la producción especializada de los países de altos salarios como Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, y la producción en masa con salarios bajos en países como Portugal, Grecia, Rumania y Bulgaria. “La producción en masa desapareció en gran parte de las zonas de altos salarios de la UE, mientras que las áreas de bajo coste - de los Estados miembros, Portugal y Grecia - podrían mantener al menos parte de la producción de TCL”, afirma el informe. Eso significa que textiles técnicos de Alemania, y camisetas de 3 euros en Bulgaria.

Esta división no ha estado exenta de problemas propios ya que las ocho normas básicas establecidas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) -prohibición del trabajo forzoso, no discriminación, prohibición del trabajo infantil, libertad sindical de los trabajadores, salarios justos, funcionamiento en horas regulares, condiciones de trabajo dignas y empleo regular- también se pasan por alto en Europa.

Enormes brechas salariales incluso dentro de Europa

“Los problemas más grandes de Europa del Este son los salarios, la cantidad de horas de trabajo, la salud y la seguridad laboral. En Turquía, la libertad de asociación es otro problema grave”, explica Bettina Musiolek de la Campaña Ropa Limpia (CCC) y añade que, incluso en Alemania y en la UE, los salarios mínimos no siempre son una realidad.

Hasta aquí se ha llegado en lo referente a las mejores condiciones de trabajo en Europa. Para ser justos, también hay que distinguir entre el comercio y la industria, cosas que a menudo tienden a confundirse en el debate general, tal como señala Wilfried Holtgrave, presidente de la asociación de textiles y prendas de vestir del noroeste alemán. “Los productores de textiles alemanes que fabrican en el extranjero lo hacen en sus propias empresas o en otras autorizados que conocen bien. Admite que de vez en cuando, “hay ovejas negras” o “empresas que engañan a sus clientes” pero está convencido de que “esto no es un problema sólo del textil y que sucede en otras industrias globales”.

La maldición de las camisetas a 3 euros

En lugar de ser un tema específico de la industria, el problema parece radicar en los precios de dumping. Cuando la ropa se ofrece a grandes descuentos o se vende a precios extremadamente competitivos, es un hecho que tiene que ser producida con los márgenes más bajos posibles, ya sea en Asia o en áreas de bajo coste. El resultado es el mismo - los trabajadores pagan el precio con su salud y su seguridad, y el cumplimiento de estas normas sigue siendo una aspiración más que una realidad.

Rolf Heimann, director de responsabilidad corporativa de la empresa alemana de moda Hess Natur explica por qué una camiseta producida con estándares éticos no se puede vender a tres euros. “Desde la planta de algodón en el campo, pasando por el hilado, el tejido, el teñido, la confección, la comercialización y luego con el 19 por ciento de impuesto sobre el valor añadido, eso no es posible”, dice.

Barato no es chic

Razón suficiente para que los consumidores, las marcas y los minoristas hagan un poco de examen de conciencia. ¿Es lo barato realmente mejor? ¿La relación calidad-precio realmente quiere decir el precio más bajo posible? ¿Los clientes compran solamente por el precio? ¿Serían lo suficientemente maduros como para pagar unos euros más si supieran que fueron invertidos sabiamente en medidas a largo plazo de seguridad y bienestar para el trabajador?.

Preguntas difíciles como éstas se quedan en eso, en preguntas, ya que no hay una solución rápida y fácil. Pero es cierto que hacen que se empiece a pensar en el tema, y si consiguen poner las cosas en marcha puede que lleven a un cambio duradero, sobre todo en las actitudes de todos los involucrados. Antes de concluir nuestra serie sobre suministro en la moda el próximo martes 27, nos gustaría invitarles a que nos hagan llegar sus comentarios y sugerencias a news@fashionunited.com.

(Texto: Simone Preuss )
(Traducción: Daniela Santos )
Foto: Mercadillo de ropa Madrid/ © Alex Ristea

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