Divina Providencia se prepara para abrirse a la franquicia
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Fundada en 1999 por la diseñadora Esther Penélope, Divina Providencia abrió su primera tienda en 2001. Actualmente comercializa sus diseños en toda España y en las más importantes capitales europeas a través del canal multimarca.
¿Cómo ha crecido la empresa en estos 15 años, en producto y en posicionamiento de la marca?
Cuando empezamos, allá por el año 1999, no teníamos ningún conocimiento del sector, lo hicimos desde cero y de una forma autodidacta. Pero teníamos una cosa clara: había que cuidar la imagen de marca y darle un valor más allá del producto que representa. Y en cuanto al producto en si, queríamos tener un producto de calidad, original y que sorprendiese temporada tras temporada. La importancia de estos dos factores es clave, siempre tenemos que trabajar en ellos para irlos mejorando.
¿Y desde el punto de vista de la facturación?
Pasamos de hacer 200 prendas a 1.500 prendas en dos años y luego hemos ido creciendo escalonadamente hasta las 20.000 prendas que fabricamos en la actualidad. La facturación, lógicamente, ha ido en paralelo, en los últimos dos años se ha moderado éste crecimiento debido a la crisis.
Teniendo como marco la crisis en los últimos cinco años, ¿cómo ha hecho la firma para mantenerse teniendo gran parte de las tiendas en el mercado nacional?
Trabajando más que nunca para que nuestras colecciones fueran a más y siguieran vendiéndose tan bien como siempre. Para ello no podíamos bajar mucho los precios, ya que fabricamos en España, por tanto el esfuerzo ha sido en imagen y en mejorar aún más la calidad del producto.
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No tenemos pensado volver a desfilar en ninguna pasarela dirigida por un organismo público. Después de Gaudí, solicitamos participar en Cibeles, pero nos quedamos muy desilusionados por su forma de selección y funcionamiento. Las pasarelas deberían apoyar la imagen de la moda de un país para proyectarla también más allá de nuestras fronteras y por supuesto ayudar a crecer, mediante la promoción, a quien en ellas participan. Para ésto es imprescindible que estudien bien a quien les van a conceder esa participación, porque si no, va a seguir ocurriendo siempre lo mismo, que es más fácil ver la firma de un diseñador en alfombras, cuberterías o cualquier otro producto que en una prenda de vestir. Las licencias están muy bien, pero como complemento a una actividad principal real. Creo que si se transformara el funcionamiento de las pasarelas en España, podría ayudar mucho para eso tan necesario hoy como es la exportación.
Este año habéis realizado un cambio de imagen en la flagship store en Fuencarral, y a fines de 2012 inaugurasteis un outlet en el centro de Madrid. ¿Hay nuevas aperturas previstas para el corto y mediano plazo?
Llevamos ya tres años sin querer conceder ninguna franquicia por los niveles tan bajos que ha habido -y sigue habiendo- de consumo. Creo que ha sido un acierto. Ahora mismo no es que se haya arreglado la situación, pero si creemos que es buen momento para posicionarse porque hay buenos locales y a precios razonables en primeras líneas comerciales. El cambio de imagen ha sido precisamente para retomar las aperturas de franquicias con una imagen fresca y renovada. Para la segunda mitad de éste año, tenemos previstas de dos a tres aperturas.
¿Qué mercados os resultan más interesantes?
Por cercanía, el mercado europeo puede ser el más fácil, pero también en Latinoamérica hay grandes oportunidades, y por supuesto, en Asia.
Como marca con una fuerte presencia en el canal multimarca, ¿habéis notado la merma del número de tiendas? ¿Cómo os afecta?
La hemos notado pero no excesivamente. Lo vimos más en los pedidos que si que han bajado en cuantía económica, pero no en número de tiendas.
También habéis estrenado con una colección cápsula de trajes para la noche. ¿Seguiréis por este camino con nuevas gamas de productos?
Si vamos a seguir con éstas colecciones e intentando hacer un tipo de prenda más para eventos, nos lo pide nuestra clienta y también lo hacemos para vestir a celebrities.
La firma realiza toda su producción y fabricación en España. ¿Esta decisión les ha obligado a renunciar a algo?
Nos obliga a renunciar a tener beneficios desmesurados por una prenda, pero lo mejor es que nos obliga a respetar y no engañar nunca a nuestras clientas. Si están pagando 120 euros por una prenda es porque lo vale. Con las prendas de la colección que llegan al período de rebajas, en muchos casos sólo recuperamos su coste. Fabricando fuera, después de ese descuento, seguiríamos teniendo un beneficio enorme.
Foto: Nuevo Outlet Divina Providencia Colección Verano 2013 Divina Providencia
(Entrevista: Daniela Santos Quartino)