La pandemia acelera la democratización de los chatbox
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Las limitaciones impuestas por la pandemia y la falta de recursos personales han provocado un cambio de tendencia en el servicio de atención al cliente, con un aumento al alza de los chatbox.
2020 ha sido todo un reto para las personas y para el tejido empresarial. Las pequeñas y medianas empresas, así como las relacionadas con el comercio local han tenido que adaptarse de manera significativa para seguir vivas y para operar de manera creativa e innovadora.
“Las pymes de todo el mundo se han enfrentado a grandes desafíos para lograr subsistir y han tenido que adaptarse en tiempo récord, sobre todo, en lo referente a la operativa y en la retención de clientes”, explica Manuel Gil, gerente de Bluecaribu (plataforma de marketing digital), que añade que “los chatbots han experimentado un comportamiento similar”.
La interacción de las personas con chatbots se ha incrementado hasta en un 87 por ciento durante el confinamiento, una tendencia que se ha mantenido posteriormente y que las pymes y emprendedores están empezando a aplicar en sus negocios. En el caso concreto del sector retail, esta herramienta es especialmente útil ya que puede completar la venta resolviendo preguntas a cerca de las características del producto (talla, color, tejido…).
“Apoyarse en este tipo de tecnología ha demostrado ser crucial para las empresas que de otro modo se habrían quedado sin salvavidas”, añade Manuel Gil que apunta que “aunque los chatbots no reemplazan a las personas de carne y hueso, ofrecen una alternativa viable en una situación difícil de administrar el tiempo y el cose de las interacciones con los clientes, la retención y las ventas”.
Una herramienta accesible
Los chatbot están basados en la automatización de las interacciones donde el usuario conversa con una máquina. Por este motivo, las empresas que no tienen los recursos para dedicar a una persona a tiempo completo para atender el chat, pueden pensar en esta posibilidad para generar una mejor experiencia de cliente.
Además, la ausencia de código ofrece a las empresas más pequeñas la posibilidad de acceder a ventajas que antes solo estaban disponibles para los gigantes de la industria.
“Antes si deseabas crear un chatbot, tenías que superar ciertas barreras como aprender a codificar o bien contratar a un desarrollador externo, algo que reportaba costes o bien que requería un tiempo que las pymes no tenían. Por lo tanto, los chatbots solo estaban al alcance de empresas más grandes”, concluye Manuel Gil.
Crédito de foto: Bluecaribu