Vanguardia y diversidad: un repaso a la Semana de la Moda de Berlín
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La Fashion Week de Berlín atrajo la atención de la escena de la moda europea a la capital alemana del 5 al 8 de febrero. Durante estos cuatro días, tanto firmas emergentes como consolidadas presentaron sus creaciones en un total de 32 eventos que definieron el panorama berlinés.
La vanguardia fue el principal, reflejado en propuestas tan singulares como jerseys hechos con pelo de perro y un casting diverso pensado para reflejar la diversidad de Berlín como ciudad y enseñarle al consumidor alemán que esta ropa —dominada por el color negro— también es para él.
Desde FashionUnited repasamos algunas de las presentaciones más destacadas que han formado parte de esta cita.
Artesanía y extravagancia, con Kanye West en front row
La primera jornada estuvo marcada por el desfile de William Fan, que escogió el imponente Estadio Olímpico como telón de fondo para presentar su colección “Off Duty”, con la que trató de ir “más allá de cualquier vestimenta” presentando una propuesta sencilla pero estructurada, pensada para cualquiera. Idea que el diseñador subrayó escogiendo a muchos de sus modelos “directamente de las calles de Berlín”.
Marke le tomó el testigo con una propuesta hecha con textiles circulares y fabricada parcialmente en Alemania, a una hora de su atelier, lo que permite que sea el propio diseñador quien supervise personalmente los procesos. El coste de esta atención al detalle se plasma, por ejemplo, en prendas exteriores que ascienden a los 990 euros.
Se trata de la segunda colección de la marca y su primera incursión en el mercado mayorista, por lo que el diseñador ha realizado un profundo ejercicio de introspección para definir su identidad, que se plasma en la colección mediante la incorporación de elementos distintivos de la moda folk, el barroco francés y las pinturas renacentistas o los pastores bávaros. El objetivo último es reinterpretar estos elementos, valorizando la artesanía y aplicándola al streetwear, con la mirada puesta en el futuro.
Anonymous Club cerró la primera jornada dando mucho que hablar, no solo por lo extravagante de su propuesta, sino además por la presencia del polémico Kanye West en front row que, aunque lo intentó, no pasó desapercibida.
Marcas ucranianas, elegancia francesa y provocación queer
Las marcas ucranianas mantuvieron una fuerte presencia en el evento. La diseñadora Dzhus aprovechó la pasarela para contar su historia personal, utilizando sus traumas como punto de partida. Su desfile fue una evolución directa de sus experiencias personales, donde las prendas se transformaban bajo sus manos, simbolizando la exploración y superación de emociones difíciles. Los modelos demostraron una actuación impecable, y en términos de belleza, su propuesta fue una de las más elaboradas. La actuación de los modelos y el beauty, fue de los más trabajados.
La joven marca berlinesa Handerlump, dejó un buen sabor de boca con su propuesta, con el toque divertido de su colaboración con la empresa de mensajería DHL. Los modelos se movieron agitando el agua a cada paso para presentar unas prendas con siluetas interesantes hechas con materiales “dead-stock” de mucha calidad.
Odely Teboul presentó la colección para su marca Lou de Bètoly en las salas vacías de la antigua tienda de muebles Habitat en Potsdamer Platz. Inspirada en la elegancia clásica y la seducción intrínseca de la lencería la colección combinó eminentemente materiales vintage como el cuero y el mohair con tejidos de nailon recuperado y lana hilada a partir de residuos de pelo de perro reciclados, que podría vestir la mismísima Beyoncé, como ya ha ocurrido en el pasado con otras prendas de la diseñadora francesa.
Lou de Bètoly se distingue por su enfoque artesanal, transformando materiales de segunda mano en piezas de lujo excepcionales, algunas de las cuales pueden alcanzar los 2000 euros, como es el caso de este exclusivo sweater de pelo de perro.
La diseñadora reconoce la falta de diversidad de cuerpos en su casting y se compromete a abordarlo en futuras colecciones. Ella solo trabaja custom made, porque la naturaleza de las técnicas de su propuesta abrazan la singularidad de cada cuerpo creándose prácticamente en torno a él, adaptándose estrictamente a las medidas de cada persona. Esto implicaría hacer el casting prácticamente un año antes, cuando empieza a crearse la colección, lo que no es fácil teniendo en cuenta el ritmo acelerado de la industria.
Y la pregunta estrella es ¿por qué no presenta en París, su ciudad natal y cuna de la moda? Además de llevar muchos años asentada en Berlín, donde aterrizó gracias a la moda con otro proyecto, ha encontrado en el Fashion Council de Alemania un gran apoyo que impulsa su trabajo.
“Pfoten Weg” es el nombre de la colección de Namilia, que el ejército de fans de la marca esperaba con impaciencia la noche del martes. Inspirándose en armaduras medievales, looks militares y basura glamorosa, Emilia Pfohl y Nan Li mostraron looks que abordaron provocativamente el odio contra las personas queer que se mueven con valentía en los espacios públicos.
"Vuelta al cole", talla única y moda reciclada
SF1OG se destacó como el claro favorito de la tercera jornada al presentar una propuesta nostálgica que transportó a los asistentes al pasado, recreando un gimnasio escolar repleto de referencias. Sentados en sillas de colegio, observaron cómo los modelos desfilaban en una clase improvisada con mochilas, iPods e incluso una revista Bravo.
Ocupando el segundo puesto del podium de este día estuvo Lueder, que para esta colección quería explorar la idea de que todos somos héroes del día a día. Influída por su pasado de la diseñadora en el mundo de la sastrería consiguió plasmar en el streetwear sus conocimientos adquiridos en el ejercicio de la profesión, creando prendas elásticas en talla única que abrazan al cuerpo que visten, sea de la talla que sea.
Alemania no es el mercado principal de esta diseñadora, un consumidor que quiere ver más continuidad a lo largo de los años, mientras que su marca aún está viviendo un proceso introspectivo que cala mejor en compradores de Corea y Japón, que, según cuenta la diseñadora, se dejan más llevar cuando les gusta algo y además “nadie más” lo lleva.
En su casting se quiso centrar en mostrar la diversidad de Berlín como ciudad, para enseñarle al cliente alemán que esta ropa también es para él.
Estamos hablando de una colección con prendas de hasta un kilo y medio de mohair que alcanzarían los 1100 euros, con unas 30 reproducciones de cada item, en base a la demanda pre-order, que a veces asciende a las 50 aproximadamente.
Los zapatos de su colección fueron una de las prendas más comentadas de la semana, que quedaban “como un guante”.
El diseñador ucraniano PLNGNS también se ganó un puesto en esta selección presentando una propuesta de looks diseñados exclusivamente con materiales reciclados y reciclados que escondían cientos de zapatillas de deporte.
La moda de segunda mano ha formado siempre parte de la cultura de su país, no ya tanto por términos de sostenibilidad, sino por la realidad económica difícil a la que desde antes incluso del conflicto al que se enfrentan actualmente. Esto le empujó desde siempre a explorar estas tiendas y a verlas como una fuente de recursos idónea para satisfacer su sed creativa.
Cuatro jornadas llenas de moda
Avenir presentó con gracia en la última jornada. La colección jugó hábilmente con la interacción de calor y frío móntelas pensadas para los cambios de temperatura que se apreciaba en los looks de punto, las chaquetas de patchwork y los diseños vaqueros. También hay decoraciones que imitan quemaduras.