Reclusos brasileños crean una colección crochet para la Semana de la Moda de São Paulo

Aproximadamente una veintena de reclusos brasileños mostrarán sus creaciones en crochet durante la Semana de la Moda de São Paulo. Y todo ello gracias a “Projecto Ponto Firme”. Una iniciativa solidaria creada en 2015 por el diseñador Gustavo Silvestre, orientada a enseñar las técnicas artesanales del arte del crochet a grupos de presidiarios de la cárcel Adriano Marrey, en Guarulhos, en el área de São Paulo.

Las clases se imparten de manera semanal a grupos de una veintena de alumnos con penas por los más variados delitos (incluido el de homicidio). Que aprenden a concentrarse gracias a estas labores, que funcionan a modo de terapia manual. A la vez ven como el tiempo invertido en cada clase contribuye a la remisión de sus penas. Ya que de acuerdo a la legislación Brasileña, quienes están privados de libertad o en régimen de semilibertad, pueden redimir un día de pena por cada 12 horas de asistencia a uno de los cursos con calificación profesional. Como en este caso, al curso de crochet.

“Las otras veces que he estado en prisión creía que el mundo del crimen compensaba (…) Pero ahora mi mente cambió, quiero ser grande, reconocido y ganarme la vida a través de mis ropas en croché”, desvelaba a la agencia EFE el recluso F.S. de 27 años, y uno de los 21 presos que han encontrado en la confección de pendas de moda una salida creativa a sus duras circunstancias vitales.

La primera colección de moda salida de una cárcel que participará en una Fashion Week

Todos los participantes en el mencionado taller, han sido los responsables de confeccionar las 31 piezas que conforman la colección “Oportunidad”, que se presentarán durante la Semana de la moda de São Paulo. Habiendo sido además los encargados de liderar cada una de las etapas creativas de la colección. Desde la elección del nombre, hasta la selección del estilo de unas piezas con las que se pretende dar visibilidad a los trabajos realizados por quienes están privados de libertad. Así como provocar una reflexión sobre la importancia de los procesos de reinserción.

“Nunca antes había salido de dentro de una cárcel una colección de moda para desfilar en una Fashion Week Internacional”, apuntaba Silvestre a la agencia EFE. “A través del croché de la abuelita, ellos están construyendo quiénes son, pensando quiénes quieren ser después de que salgan de aquí”. Tres horas semanales, que además aportan a los reclusos un desarrollo cognitivo, artístico, social e intelectual.

“La mayoría de esos hombres nacieron en comunidades extremadamente pobres y violentas. El crimen siempre formó parte de sus vidas”, añade el funcionario de prisiones Igor Rocha. Que califica de “fundamentales” talleres como el impartido por Gustavo Silvestre para un país como Brasil, que cuenta con la tercera mayor población carcelaria del mundo y con centros penitenciarios como el de Guarulhos completamente saturados. “Si de 25 reclusos tan solo cinco no regresan al crimen, para mí ya valió la pena. Porque no son solamente cinco vidas salvadas, son cinco familias enteras y, en realidad, un número incalculable (de personas)”.

Photo Credits: Página de Facebook de Projecto Ponto Firme.