Ramón Maurel, Innovación Textil en IED Madrid: “Las prendas que vestimos no sólo son prendas”
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Tejidos inteligentes que varían su color con el contacto del agua o cambios de temperatura, prendas y complementos impresos en 3D, wereables … Lo que hace unos años parecía fruto de la ciencia ficción, es ahora una realidad. La innovación textil ha pasado de ser un tema secundario en la industria de la moda para ganar cada vez más protagonismo en el sector.
“Estamos en un momento extraordinario para entrar a formar parte del grupo de los pioneros e iniciadores de la nueva era del textil”. Con gran optimismo y sin perder la vista en el futuro, así se muestra Ramón Maurel, Director del Curso de Postgrado de Tecnología e Innovación Textil en IED Madrid. FashionUnited habla con él para conocer lo que la innovación textil hace por el mundo de la moda.
¿Cuáles son las principales novedades en lo que respecta a innovación textil?
En mi opinión, hay dos líneas en las que se mueve la innovación textil en la actualidad. Por una parte, todas las nuevas tecnologías de materiales y procesos, en los que cada vez se buscan funcionalidades más allá de la estética y de la vestibilidad (materiales inteligentes, wearables, procesos de tintado sin residuos...) Y por otro, y alineado con lo anterior, todo lo que se refiere a sostenibilidad, es decir, modelos de negocio en los que el beneficio económico está balanceado con el impacto en el medio ambiente y las personas, desde una perspectiva cada vez más amplia. Así procesos que reduzcan el uso de energía o de materiales o minimicen los residuos, para ofrecer al cliente un producto más “consciente” es algo en lo que cada vez está más en la vanguardia de la moda.
¿Cómo puede la innovación textil mejorar nuestras vidas?
Las prendas que vestimos no sólo son prendas, detrás hay una industria que da trabajo a millones de personas, que consume una gran cantidad de recursos del planeta y que plantea graves problemas en el fin de vida de los artículos.
La innovación textil está trayendo nuevos procesos de producción que reducen notablemente el impacto sobre el planeta, facilitando desde la fabricación hasta el fin de vida del artículo. Al mismo tiempo, funcionalidades que se añaden a las prendas, hacen la vida de todos nosotros más sencillas. Un ejemplo son las prendas interiores para bebés que cambian de color en función de la temperatura corporal, haciendo que de una manera visual sencilla, los padres puedan monitorizar si su bebé está pasando por episodio febril. O por ejemplo, en el mundo del deporte, los materiales que mejoran el aislamiento en condiciones extremas de frío, tal como el esquí o el alpinismo, facilitado la movilidad del deportista al tiempo que reduce el peso de la prenda.
¿Existen nuevos tejidos que nos pueden ayudar a tener un futuro más sostenible?
Cuando se habla de sostenibilidad hay que dejar claro un principio: toda actividad humana tiene un impacto sobre el planeta. Por ello, no existen las soluciones totalmente sostenibles.
Ahora bien, lo que sí que la industria textil puede hacer y hace en algunos casos es reducir al máximo ese impacto. Por ejemplo, “Makers G24i” de Gran Bretaña, han creado una célula solar flexible y ligera que podría incorporarse a los tejidos y prendas, para así poder alimentar equipos como el móvil o cualquier otro dispositivo. Eso reduce el impacto sobre el consumo eléctrico, en algo tan simple como la carga de estos dispositivos.
Otro ejemplo, Teinjin ha usado la nanotecnología para proporcionar al poliéster las mismas propiedades que la lana merino más fina, haciendo así que un producto 100 por ciento reciclable y más económico tenga propiedades equivalentes a las fibras naturales.
¿Cuáles son las principales preocupaciones actualmente a la hora de desarrollar nuevos tejidos?
Como siempre, la reducción de costes y la novedad (no olvidemos que esa novedad está en el ADN de la moda) son las mayores preocupaciones en el mundo de la moda. Ahora bien, esas necesidades hay que conjugarlas con las preocupaciones sociales y medioambientales que cada vez, están más presentes en el consumidor final. En este punto donde las nuevas tecnologías juegan un papel clave para lograrlo.
Otro punto muy importante es la trazabilidad: conocer desde el origen de las fibras, los procesos, los países donde se han realizado, a fin de asegurar esta componente de la sostenibilidad de los mismos.
¿Qué tejidos tecnológicos podemos encontrar actualmente en el mercado?
Los tejidos tecnológicos están cada vez más presentes en nuestras vidas, aunque lo desconozcamos en muchos casos. Por ejemplo, hay bayetas utilizadas de uso hospitalario con microencapsulados de sustancias desinfectantes, de modo que se realiza la limpieza y desinfección de zonas quirúrgicas de manera eficiente.
Otro ejemplo es la tecnología de la firma “Outlast”, que emplea materiales de cambio de fase (denominados PCM) que absorben el calor, lo almacenan y lo liberan cuando se necesita para lograr un control de temperatura y humedad corporal. Si la prenda está expuesta a un aumento de temperatura ambiental, el material que está encapsulado se vuelve líquido, y permite que la sudoración de la piel traspase el material. En caso de que la temperatura exterior baje, el material se solidifica, haciendo que retenga el calor del cuerpo humano. Esta tecnología se aplica en edredones, prendas de vestir, calzado.
¿Algún ejemplo español?
En el mercado de consumo, una firma española Seppia en fuerte crecimiento, ofrece unas camisas antimanchas, que no necesitan planchado, transpirables y sin olores, sin marcas de sudor… gracias la tecnología de material y acabado del textil. Por propia experiencia puedo decir que en más de una ocasión me hubiese gustado llevar esta prenda.
¿Cuáles son las marcas o empresas que más invierten en innovación textil?
En referencia a este punto hay que ser muy claro: los datos que existen (muy pocos) atienden más a estrategias marketing de las grandes compañías y al “lavado de cara” ante sus clientes, que a verdaderos esfuerzos de inversión en innovación. En muchos casos, se “disfraza” el mínimo cumplimiento legal (aplicación de Reglamento Europeo REACH de sustancias nocivas) como estrategia de sostenibilidad a largo plazo, cuando realmente, es el mínimo aceptable, legal y éticamente.
Sin embargo, otros proyectos más pequeños (The IOU Project, La Casita de Wendy, o Abbatte, por citar tres ejemplos) nacidos con un claro propósito de sostenibilidad en su ADN, invierten en modelos de negocio innovadores y sostenibles.
¿Cree que los jóvenes diseñadores son cada vez más abiertos a la innovación y a la tecnología en la moda?
Con mucha frecuencia repito una frase de Guy Kawasaki: “O eres diferente o eres barato”. El diseño es algo que está “democratizado”, es decir, podemos encontrar diseños muy cuidados en prendas low-cost , por lo que diferenciarse exclusivamente por el diseño es algo extraordinariamente complejo.
En este contexto los nuevos diseñadores entienden que la diferenciación viene dada por la innovación tanto en materiales, como en procesos de producción o en la gestión de todo el ciclo de vida de los artículos.
Llegados a este punto, ¿cómo puede la innovación convivir con la artesanía?
La artesanía tiene dos componentes fundamentales: el saber-hacer del “maestro artesano” y la exclusividad de las piezas. La innovación no solo puede convivir con la artesanía, sino que es garantía de subsistencia de ésta. El cliente de más alto poder adquisitivo busca los artículos con “alma”, en lo que el artesano ha impreso su sello personal.
La innovación en los métodos de diseño asistido por ordenador y prototipado rápido, o los modelos de negocio en los que el cliente puede personalizar y hacer exclusiva su creación, todo ello gracias a nuevas tecnologías, hacen que los artesanos puedan competir en nichos de mercado que antes eran impensables.
La tecnología, bien aplicada, no solo puede convivir, sino que es la garantía de la existencia de la artesanía.
Fotos: Fotos: IED Madrid y AITEX – Instituto tecnológico textil