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Octavio Pizarro, entre raíces latinoamericanas y sofisticación parisina

Por Anne-Sophie Castro

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Moda |ENTREVISTA

El diseñador chileno afincado en París sigue desarrollando su arte. Después de haberse formado en prestigiosas casas de moda francesas, su carrera dio un giro el año pasado con la creación de una colección capsula destinada al gran público para Falabella. “Dualidad, grafismo y feminidad” son las palabras maestras que marcan su estilo. En su último desfile, presentado el mes pasado en la Paris Fashion Week, Octavio Pizarro se volcó en el color. Un mensaje lleno de optimismo en “tiempos oscuros”. Retrato.

¿De dónde viene y cuándo fundó su marca?

Nací en la ciudad de Viña del mar en Chile. Pasé mi infancia en esa misma ciudad, dentro de una familia mayoritariamente de abogados en su historia. Siempre me gusto la moda, desde pequeño sabía lo que quería hacer y que la vida me iba a llevar a París. Allá, estudié en la Chambre Syndicale de la Couture y me instalé definitivamente en Francia en el 1996.

Mi primer trabajo fue como asistente del diseñador Bernard Perris para la casa Jean-Louis Scherrer. Luego fui director artístico de Jacques Fath alrededor de cinco años, pasando luego a crear las colecciones prêt-a-porter para Guy Laroche.

En 2009, decidí crear mi propia historia, esta vez en los accesorios textiles. Mi idea era crear piezas excepcionales, hechas a mano, con materiales latinoamericanos como la alpaca o el algodón y mezclándoles con materiales poco comunes como el metal o las piedras, por ejemplo. Una mezcla perfecta entre mis raíces latinoamericanas y la sofisticación parisina.

Dos años más tarde, me invitaron para exponer mi trabajo en la Galería Joyce del Palais Royal en Paris. ¡Ha sido un éxito! Es ahí que en marzo 2012, con mi socio Laurent Mouzon, donde decidimos lanzarnos al prêt-à-porter, siempre con ese mismo ADN de los inicios de la marca y hasta el día de hoy.

¿Qué tienen en común Chile y Francia?

Siempre estuve viviendo y observando desde lejos Europa y Francia en especial. Vengo de una familia de inmigrantes, ya sea de Rumania, del País Vasco, de Portugal e Irlanda. Eso me ayudó a vivir de una manera vivir bastante europea, reflejando en mí su cultura, costumbres y gustos.

Francia, en particular, está ligada a Chile por una historia cultural muy fuerte. Ya en los años 1900, la cultura francesa -su idioma, arquitectura, cocina y hasta la moda- se respiraba en Chile donde la colonia francesa es actualmente muy importante. Veo en mi trabajo que los gustos entre las mujeres chilenas y francesas se asemejan: los colores y un cierto clasicismo. Además, el francés siempre se ha enseñado en los colegios chilenos como un idioma al principio obligatorio. Y en lo que se refiere a la moda, el primer vestido de Yves Saint-Laurent de alta costura, el modelo 001, fue creado para una mujer chilena: la Señora López.

¿Podría describir la colección que acaba de presentar en París?

Esta colección Primavera-Verano 2018 es muy suelta, joven, refrescante, llena de color, en definitiva más urbana a lo que suelo crear habitualmente. Quise salirme del negro y de los colores oscuros, utilizando el amarillo, el blanco, el azul y el verde, por ejemplo.

La primera fase de la colección está inspirada en el tenis, de una forma contemporánea. En la segunda fase, he mezclado el cuero con las sedas en forma gráfica, uno de los ADN de la marca. Para terminar, he utilizado unos estampados coloridos alegres y muy ligeros que dan un look sofisticado, pero también más joven.

¿Qué le inspira?

La arquitectura, las líneas simples y claras. La geometría en todas sus formas llegando hasta el art déco. Me inspira también el lado desenfadado del rock mezclado con una híper-sofisticación. Encuentro este contraste muy interesante. Me destaco en mi trabajo por las dualidades de las materias, como el cuero con la lana, lo técnico con lo hecho a mano, etc. Los extremos en todas sus formas hacen finalmente un equilibrio en mis creaciones.

Trabajo el color negro inspirándome en Pierre Soulage, el rey de la pintura negra. Mis orígenes latino-americanas siempre han estado presentes con materiales locales como la lana de alpaca. Paris, la ciudad donde vivo, es una fuente de inspiración constante. Me da una visión de cómo llevar la ropa, la forma de mezclarla. La calle y las mujeres parisinas son un referente para mí.

¿Dónde vende sus colecciones?

En Suiza (Ginebra), Estados Unidos (Los Ángeles), Arabia Saudí (Riad), Líbano (Beirut) y Chile (Santiago) donde tengo mi showroom, además de mi estudio en Paris y en la tienda online de mi sitio web.

¿Cuánto cuestan sus modelos?

Depende, pero en general los vestidos cuestan alrededor de 1.200 euros, los sweaters 750 euros y 2.000 euros aproximadamente para los vestidos de noche.

Ha podido acercar su estilo al gran público con una colaboración con unos grandes almacenes (Falabella). ¿Qué ha aprendido? ¿Seguirá haciéndolo?

La alianza que tuve el año pasado con la gran firma de retail latinoamericano, Falabella, ha sido para mí una gran experiencia. Me permitió tocar todos los puntos de una colección, ya sea la colección en sí como también la manera de presentarla, la decoración de los diferentes puntos de venta, los shopping bags, la publicidad y finalmente la dirección artística de la capsula “Octavio Pizarro pour Basement” -édition limitée-. Por otro lado, fue muy enriquecedor poder llegar a otro público, más masivo, que finalmente apreció mi trabajo y con el que pude tener contacto directo.

A nivel personal, saber que soy capaz de hacer una colección creativa con ciertos parámetros de confección, precios o mercados me valoriza. La esencia de la marca no se ha perdido en esta una colección comercial.

De cara al futuro, me gustaría continuar con un proyecto de ese tipo. ¡Además, he recibido muchos mensajes de mujeres que esperan una segunda colección! Me interesa cada vez más Latino-américa, Perú y Colombia. Muy pronto, veremos cómo la colección será acogida en sus respectivas capitales.

¿Quién compra sus creaciones?

Mis clientas no tienen edad, sino un espíritu que las une. Son mujeres independientes, con personalidad, que conocen la moda. Son femeninas y sensuales. Tengo clientas de muchas partes del mundo, desde Francia, pasando por el Medio-Oriente y hasta América…

¿Qué planes tiene para el próximo año?

Tengo bastantes proyectos para 2018 y entre ellos, desfilaré en Lima (Perú), seguiré desarrollando la marca en los Estados Unidos, consolidaré mi presencia en Chile con la apertura de una boutique y seguiré presentando mi trabajo en la París Fashion Week.

Fotos: cortesía de Octavio Pizarro (colección OI 2017/18 para Falabella y PFW SS18)

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