Nace 41/2002: la marca que visibiliza un derecho en la sombra
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¿Sabes qué significa 41/2002? No es el número de una colección, ni un código interno de temporada. Es una ley española vigente desde hace más de dos décadas: la Ley de Autonomía del Paciente. Una ley que reconoce tu derecho —y el de todas las personas— a estar informadas sobre su salud y a decidir sobre su tratamiento. Una ley que, sin embargo, sigue siendo desconocida para muchos, incluso para quienes más la necesitan: los pacientes con cáncer de pulmón.
Frente a ese desconocimiento nace 41/2002, una marca con vocación efímera, pues nace con la intención de desaparecer una vez que haya cumplido su propósito, y mensaje contundente, que toda la sociedad conozca la Ley.
Impulsada por The Ricky Rubio Foundation junto con asociaciones de pacientes, grupos de investigación, sociedades médicas y farmacéuticas, se presentó el 12 de junio en Madrid, buscando convertir la moda en altavoz de un derecho que puede salvar vidas: el acceso al diagnóstico molecular.
Los asistentes atravesaron una instalación sensorial que recreaba el caos, la ansiedad y la desinformación que rodean a los pacientes al momento del diagnóstico. Solo al final, un haz de luz amarilla iluminaba un espacio sereno donde se exhibían las prendas de la colección cápsula.
La línea inicial incluye camisetas, sudaderas, gorras y calcetines, todos teñidos de ese amarillo que alude tanto a la esperanza como a la urgencia, sacando el máximo partido al lenguaje visual y simbólico del vestir para penetrar en el imaginario colectivo y provocar una conversación necesaria.
El acceso al tratamiento no puede depender del código postal
En España, se prevé que en 2025 se diagnosticarán más de 34.500 nuevos casos de cáncer de pulmón. A pesar de que el diagnóstico molecular permitiría tratar con éxito hasta el 80 por ciento de los casos en fases tempranas, muchas comunidades autónomas aún no lo incluyen en sus protocolos médicos. Esto supone que el acceso depende, en muchos casos, del conocimiento individual del paciente y de su lugar de residencia. Un derecho recogido por ley que se ejerce solo si se conoce, y que puede marcar la diferencia entre una terapia curativa o un tratamiento genérico menos efectivo.
Desde el sector médico se valora la iniciativa como una llamada de atención necesaria. Rosario García-Campelo, vocal de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), señala que “este tipo de acciones son claves para reducir las desigualdades en el acceso a la medicina de precisión”.
Bernard Gaspar, presidente de AEACaP, advierte además de la dimensión estructural del problema: “El código postal no puede ser un elemento decisorio en el acceso a un tratamiento personalizado”.