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Moldovan Brands Runway: talento emergente, narrativa local y diseño político que miran hacia Europa

Por Alicia Reyes Sarmiento

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Moda
Desfile de la firma Casa Cristea con las prendas regionales de Moldavia. Credits: Egor Tetiushev.

Con temperaturas cercanas a los diez grados, el inicio del otoño se dejaba sentir en Chisinau, la capital de Moldavia, que ha acogido del 1 al 4 de octubre la sexta edición de Moldovan Brands Runway. Celebrado pocos días después de unas elecciones que reforzaron la orientación proeuropea del país, el evento reflejó el impulso de Moldavia hacia la integración europea, posicionando la moda como un reflejo palpable de su transformación.

Mientras el país avanza en su proceso de adhesión a la Unión Europea, busca consolidarse como un polo emergente de inversión y creatividad en Europa del Este. Respaldado por 47 tratados de libre comercio y su creciente papel como corredor hacia Ucrania, Moldavia busca posicionarse también como un terreno fértil para la moda independiente y las nuevas narrativas estéticas que surgen al margen de los circuitos tradicionales.

Entre avenidas de hormigón de herencia soviética y edificios neoclásicos que desafían al tiempo, diseñadores, artistas y emprendedores locales exploran su identidad cultural desde una mirada contemporánea. Espacios como Dofamin, marcas como Ok Kino y proyectos creativos como God Era o Sannat son hoy prueba del dinamismo de una escena regional que florece en medio de la transición política y el cambio social.

“Cuando abrimos por primera vez, no tenía idea de lo difícil que sería desarrollar un proyecto como este en Moldavia” - Evghenia Gruzdeva, fundadora de Dofamin

En una de las calles del centro de Chisinau encontramos Dofamin, una concept store que perfectamente podría competir con los escaparates de las grandes capitales de la moda. Su fundadora Evghenia Gruzdeva ha logrado articular una propuesta estratégica que combina marcas consolidadas, como Mugler o las españolas Alohas y Camperlab, con diseñadores independientes del Este de Europa, como la moldava OK Kino y la ucraniana Litkovska. En la próxima temporada, otros grandes nombres como Coperni, Maison Margiela o Dries Van Noten también se sumarán al surtido.

“Cuando abrimos por primera vez, no tenía idea de lo difícil que sería desarrollar un proyecto como este en Moldavia”, explica la fundadora a FashionUnited. “No existía un mercado para diseñadores independientes, ni medios de moda dispuestos a apoyarlos o promoverlos”. Aun así, desde su fundación en 2023, Dofamin apostó por trabajar con las marcas bajo un modelo de representación exclusiva dentro del país. “Cuando abrimos, solo teníamos siete firmas en nuestro mapa. Lo que nos ayudó sin duda fue tener un espacio físico y un concepto bien definido desde el primer día”.

Imagen del espacio de Dofamin. A la derecha, una modelo lleva un diseño de su nuevo proyecto "Patru". Credits: Alicia Reyes Sarmiento // FashionUnited.

Hoy, la tienda se ha consolidado como una referencia local y un puente entre Moldavia y la moda internacional. Su clientela es diversa y cosmopolita, y aunque representa una minoría en un país donde el salario medio mensual ronda los 650 euros, refleja el creciente interés por la moda, interés que también se puede apreciar en el streetstyle de los asistentes a Moldovan Brands Runway .

En el marco del evento, el equipo de Dofamin también presentó Patru, que significa “cuatro” en moldavo, el cuarto proyecto nacido bajo su paraguas creativo, que consiste en una marca construida íntegramente sobre el concepto de reutilizar piezas del archivo de la tienda y textiles domésticos vintage, a los que Gruzdeva y su equipo dan una segunda vida.

El universo de Ok Kino

Darya Golneva y Denis Caunov, fundadores de la firma Ok Kino en 2023, nos recibieron en su atelier para presentar su nueva colección en un evento íntimo que capturaba con precisión la esencia de la marca y la personalidad de sus creadores.

Presentación de Ok Kino. A la derecha Darya Golneva profundiza en sus fuentes de inspiración. Credits: Alicia Reyes Sarmiento // FashionUnited.

La propuesta estética de la firma se inscribe en un minimalismo arquitectónico, con un enfoque conceptual y escultórico del volumen. Las prendas, de líneas puras y cortes estructurados, exploran la desproporción y el movimiento del tejido, generando siluetas que desafían la funcionalidad convencional.

Aunque la colección desprende un aire contemporáneo, sus raíces están firmemente arraigadas en la vida cotidiana y en referencias locales que reflejan una identidad cultural única. Entre ellas destacan gestos tan cotidianos como la manera en que el abuelo del diseñador solía superponerse varias camisas, reinterpretada aquí como una pieza blanca cuya apariencia cambia según cómo se cierre.

Lookbook de la colección 07 de Ok Kino. Credits: Ok Kino

El uso del blanco, color omnipresente entre los matices neutros de la colección, tiene también un significado simbólico. Rinde homenaje a las calles y fachadas encaladas de Moldavia, cuya pintura deja una fina capa de polvo blanco sobre quienes pasan o se apoyan, convirtiendo el vestir de blanco casi en una tradición.

Desde su debut en la Mercedes-Benz Fashion Week Tbilisi, Ok Kino ha vivido una rápida proyección internacional. Sus primeros pedidos desde Estados Unidos fortalecieron su confianza y les permitieron expandirse hacia Europa. Hoy, sus colecciones llegan a mercados como Rumanía, Francia, Italia y Alemania. También han participado en citas como Milan Fashion Week (2023, dentro del proyecto The Designer for The Planet), London Fashion Week (2024) o Mercedes-Benz Fashion Week Bucharest.

Con precios que oscilan entre los 150 y los 800 euros, la firma distribuye sus prendas a través de su tienda online y de concept stores como Demain Retro (París). De cara a los próximos cinco años, su objetivo es expandir cuidadosamente su red internacional, colaborando únicamente con espacios que compartan su visión estética y artesanal.

¿Qué pasaría si una persona queer se convierte en presidenta?

Nino Goderidze, diseñadora originaria de Georgia y al frente de la marca God Era, decidió presentar su última colección en Moldavia, motivada por una fuerte conexión política y emocional entre ambos países. “Lo que realmente me inspiró fue la similitud entre Georgia y Moldavia en nuestras situaciones políticas. Ambos países están en una encrucijada, eligiendo entre el camino europeo o el ruso”, explica.

Para ella, ese contraste —un país que se aproxima a Europa y otro que parece retroceder hacia Rusia— representa una oportunidad para reflexionar sobre el cambio y la libertad. Su propuesta cobra aún más relevancia en el contexto de la reciente aprobación de una ley anti-LGBTQ en su país: “Toda la pasarela fue concebida como un partido político ficticio, uno en el que una persona queer se convierte en presidenta”.

Presentación de Godera en Moldovan Brands Runway. Credits: Egor Tetiushev.

La colección, presentada bajo el sello God Era, destacó no solo por su mensaje político, sino también por un casting diverso y representativo. “Era fundamental que el casting reflejara los valores de la colección, más allá de la belleza tradicional”, señala.

Aunque la marca aún se encuentra en expansión, God Era ya colabora con concept stores en Georgia y en el extranjero, y recientemente se presentó en Tranoï Tokyo y Parco Shibuya. Japón, de hecho, es el mercado donde sus diseños han tenido mejor acogida. “Creo que mi estética futurista y la manera en que percibo el cuerpo humano resuenan con la sensibilidad japonesa hacia la forma y el diseño”.

A la derecha Nino Goderidze al final de su desfile en Moldovan Brands Runway Credits: Egor Tetiushev.

De cara al futuro, Nino busca internacionalizar su marca sin perder su esencia política: “La moda ha perdido su filo político. Mi contribución es insistir en que la ropa puede ser política, performativa y transformadora al mismo tiempo”. Los precios de la colección varían entre 200 y 1.200 euros, según la prenda.

La presidencia de “absurdistán”

Aunque es habitual que los diseñadores utilicen teatros y otros espacios similares como telón de fondo, Sannat fue más allá integrando su presentación en el mismo escenario que la inspiró, invitando a los asistentes a experimentar los 90 minutos de obra que dieron origen a su propuesta basada en lo absurdo, y en particular en la pieza “The Viscount” de Eugène Ionesco, dirigida por Slava Sambriș.

Presentación de Sannat en Moldovan Brands Runway. Credits: Egor Tetiushev.

"El desfile ya ha comenzado" se leía en una nota dejada en los asientos del teatro. A primera vista, podíamos pensar que se refería a las modelos que, con diseños de la marca (que luego aprenderíamos en una conversación con la diseñadora que se trataban de piezas de colecciones pasadas), daban la bienvenida a los asistentes del Teatro Luceafărul.

Sin embargo, la frase aludía en realidad a los vestuarios que lucían los propios actores durante la obra, hechos por la diseñadora. Además, en ciertos momentos, la acción se detenía en un “slow motion” interpretado por los actores, mientras una suave música instrumental marcaba el paso de las modelos, que recorrían el escenario como acomodadoras con linternas en mano.

Presentación de Sannat en Moldovan Brands Runway. Credits: Egor Tetiushev.

Espacios inusuales y creatividad

Otras firmas también optaron por escenarios poco convencionales para presentar sus colecciones. En un pasillo del metro, los transeúntes se fueron convirtiendo en parte del espectáculo mientras las modelos desfilaban con los diseños de Alexey Sorochin acompañadas por el propio creador, que se camufló para no ser reconocido y parecer un músico callejero.

Por su parte, la diseñadora Liudmila Storojuc, al frente de Altezza Fashion, eligió como telón de fondo el antiguo Republican Stadium de Chisináu, un espacio cargado de historia que en la actualidad está destinado a la nueva embajada de Estados Unidos. Desde este curioso emplazamiento, Storojuc presentó una colección dominada por los power suits, conjuntos de dos piezas de siluetas arquitectónicas, en el que no faltó un espectáculo de esgrima.

Presentación de Altezza Fashion en Moldovan Brands Runway Credits: Tori Wen

También en esta línea destacó la propuesta de Caravasili, que sobresalió dentro del conjunto del evento por su lectura arquitectónica de la sastrería clásica y el uso del color.

Mientras la mayoría de las colecciones se mantuvieron fieles a una paleta monocromática dominada por blancos, negros y grises, Caravasili introdujo matices cálidos y terrosos —verde oliva, beige y rojo ladrillo— que aportaron frescura.

Las siluetas, de hombros estructurados y cinturas definidas, evocaron una elegancia poderosa, equilibrando la rigidez de la construcción con el dinamismo de faldas sirena y pantalones amplios que acompañaban el movimiento.

Caravasili en Moldovan Brands Runway. Credits: Egor Tetiushev.
Presentación de Caravasili en Moldovan Brands Runway. Credits: Egor Tetiushev.

Además, esta edición del evento presentó una selección de marcas emergentes en formato pop-up de un día. El espacio reunió propuestas de Rebro, Atelier Cappa, Niche, Igla Bags, Evasha, Contradraft, Straderm y Vois, abarcando desde moda y accesorios hasta joyería y cuidado personal, buscando visibilizar el talento emergente.

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