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Mango: fin de etapa

Por Jaime Martinez

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Moda
Tienda de Mango en el número 36 del paseo de Gracia de Barcelona (España). Credits: Mango.

Madrid – El repentino fallecimiento de Isak Andic, fundador y presidente no ejecutivo de Mango, supone el mayor y más profundo reto al que deberá de saber sobreponerse la multinacional de la moda española desde que el mismo Andic, junto a su hermano Nahman Andic, se decidiera a fundar la compañía allá por el año 1984. Un desafío que llega colmado de no pocas incertidumbres, sin que se sepa todavía, ya no solamente quien ocupará su puesto al frente de la presidencia de la empresa y de su consejo de administración, sino tampoco de quién será la voz que se encargará de guiar sus pasos durante este nuevo capítulo al que se abre ahora Mango tras su partida.

El de 2024 debía de ser, y así lo estaba siendo, un nuevo año de éxitos para la multinacional de la moda española, que tras cerrar el ejercicio de 2023 en máximos históricos de facturación, con unas ventas totales de 3 103,8 millones de euros (+15,45 por ciento frente a las cuentas del año anterior) y con un beneficio neto que se duplicaba hasta los 172,1 millones de euros (+112,2 por ciento), arrancaba las celebraciones por el 40 aniversario de su fundación impulsada por lo que su consejero delegado, Toni Ruiz, no dudó para entonces en calificar como “los mejores resultados de la historia de la compañía”. Unas cuentas en máximos, reflejo de los éxitos que habían logrado venir cosechándose a lo largo de los últimos años, y en especial tras el final de la pandemia por coronavirus, que se marcaron por objetivo desde la dirección de la multinacional de la moda española seguir estimulando, pero a partir de la implementación de un nuevo Plan Estratégico, para de 2024 a 2026. Una hoja de ruta tanto dirigida a impulsar la expansión internacional de Mango, el crecimiento de su facturación y el aumento de su rentabilidad e influencia en el mercado global de la moda, como destinada a celebrar sus primeros 40 años de vida, asentando con todo ello los cimientos para un nuevo periodo de crecimiento exponencial, y para además un medio plazo, de su modelo de negocio. Ambiciones todas estas que llegaban apuntaladas, ya no solamente sobre la aplicación de las cuatro directrices generales sobre las que se estructura el plan, “Elevate”, “Expand”, “Earn” y “Empower”, sino del aumento de la profesionalización que el mismo Isak Andic se decidía para entonces a imprimir a un nuevo, y ampliado, consejo de administración de Mango. Un nuevo gobierno corporativo que, a partir del pasado mes de marzo de 2024, pasó de cuatro a nueve miembros, incorporando en ese cambio a cuatro consejeros independientes. Eso, al tiempo en el que el mismo Andic se decidía a desprenderse, vía ampliación de capital, de un 5 por ciento del porcentaje de la compañía, participación que se decidía a poner en manos de Toni Ruiz, desde una decisión que fue entendida tanto de respaldo y en agradecimiento a todos los servicios prestados, como de apuesta por un futuro inmediato en el que Ruiz siguiera manteniéndose al frente de la dirección ejecutiva de la compañía.

Con la combinación de ambas decisiones, tomadas a nivel administrativo y del capital, parecían claras las intenciones de Andik, y en esa misma dirección se había manifestado durante los últimos meses, de apostar claramente por un modelo profesionalizado para Mango en el que la dirección ejecutiva, en manos ahora de Ruiz, y en un futuro en las de otro consejero delegado, no tuviera por qué ir respaldado sobre la posesión de una mayoría del capital social de la multinacional, del que Andik seguía conservando el 95 por ciento restante, a través de la sociedad patrimonial Punta Na Holding. Porcentaje que será el que ahora, y tras su fallecimiento, terminarán por repartirse sus herederos, siguiendo con lo que hubiera terminado por estipularse en el testamento de Andik, tras su repentino fallecimiento acaecido este pasado sábado 14 de diciembre de 2024. Herederos de entre los que se espera, si no hay ninguna sorpresa, que la mayor parte de sus bienes, incluidas las acciones de Mango, termine por repartirse entre los tres hijos que llegó a tener con su primera esposa, Neus Raig, Jonathan, Judith y Sara, y de entre los que Jonathan es el único que cuenta, hasta ahora, con un puesto en el consejo de administración de la compañía, siendo además quien se mantiene al frente del desarrollo de la línea Mango Man de moda masculina de Mango. De ahí el que, de entrada, sea Jonathan Andic al que se le presupone que entrará a ocupar el puesto de su padre como nuevo presidente no ejecutivo de Mango, tras una necesaria próxima reestructuración del consejo durante la que no se descarta que nuevos miembros de la familia Andic terminen por incorporarse ejerciendo una supervisión más activa, pero no ejecutiva, sobre la empresa.

Una sucesión incierta

Partiendo de estos apuntes, de entrada, todo se descubre, aparentemente, y a falta de lo que termine estipulándose tras la lectura del testamento, como bien atado y encarrilado para que Mango pueda disponer de un gobierno corporativo como del que disponen otras grandes multinacionales de la moda, y en especial las cotizadas, con una parte mayoritaria de capital social en manos de un principal grupo inversor y propietario de una parte mayoritaria de las acciones de la empresa en cuestión, mientras que su dirección ejecutiva se mantiene profesionalizada y en manos de un directivo de alta solvencia. Papeles ambos que, en lo que respecta a estos momentos en lo relacionado con Mango, entrarían a ejercer de un lado la familia Andic, se espera que con Jonathan Andic a la cabeza, y del otro Toni Ruiz como consejero delegado, además de accionista minoritario de Mango, despejando cualquier atisbo de duda o de incertidumbre del horizonte de la multinacional de la moda… si no fuera por dos sensibles circunstancias. La primera, la que responde al hecho de que Andic, aun en su papel como presidente no ejecutivo, era quien seguía marcando las decisiones y dirigiendo el rumbo de la compañía, señalando aquellos nuevos retos a los que debía de dirigirse, y que posteriormente Ruiz se afanaba en trabajar por lograr alcanzar. Y la segunda, al hecho de que Jonathan Andic, a quien se le formó para ocupar la dirección ejecutiva de Mango, del mismo modo que la ejerció su padre, ya llegó a mantenerse al frente de la compañía, con unos más que decepcionantes resultados.

Ahondando en cada una de estas dos cuestiones capitales y que se dibujan como las grandes incertidumbres que pesan sobre el desempeño que puede llegar a tener Mango en este próximo corto y medio plazo tras el trágico fallecimiento de Isak Andic, era el mismo Ruiz quien reconocía hace escasamente unas semanas, con motivo de su reconocimiento con el premio “Business Leader of the Year” del que le hizo entrega la Cámara de Comercio España-EEUU, cómo “Mango es la historia de la visión de Isak Andic, nuestro fundador y presidente no ejecutivo”. “La visión de crear una marca global que acercara la moda al mundo comenzó con la apertura de la primera tienda Mango en el Paseo de Gracia de Barcelona en 1984”, relataba el mismo Ruiz, y fueron “su mentalidad emprendedora, su visión internacional y su espíritu abierto” los factores que “inspiraron su visión”. “Estos principios, profundamente conectados con nuestros valores, han sido la luz que nos ha guiado a lo largo de la historia de Mango y nos han ayudado a alcanzar hitos récord”, como el que alcanzó la compañía cuando “el año pasado superamos los 3 100 millones de euros en ventas por primera vez en nuestra historia, entrando en una nueva era de crecimiento”. Un impulso que, al igual que el premio concedido a Ruiz, se dio alimentado nuevamente por esa misma mentalidad emprendedora y visión estratégica de la que siempre hizo gala Isak Andic, y que fue la que, en la búsqueda del que se mantuvo por largas décadas como una de las grandes ambiciones del empresario, contar con una tienda en la Quinta Avenida de Nueva York, condujo a Mango a embarcarse en la que se mantiene como una de sus grandes apuestas estratégicas: expandir y consolidar su presencia en los Estados Unidos. Una muestra de cómo, hasta el día de hoy, ha sido la visión y la mano de Andic las que han marcado el camino a seguir por Mango.

Sin que se haya todavía confirmado, aunque todo así lo indica, que será Jonathan Andic quien entraría a ocupar el puesto de su padre como próximo nuevo presidente no ejecutivo de Mango, siguiendo con el modelo que a día de hoy impera en multinacionales como Inditex, sumándose a esa tan inestimable pérdida, humana, afectiva y también empresarial, que supone la partida de Isak Andic, se suman las incertidumbres de cómo terminaría por ser la entrada de Andic hijo en la alta dirección de la empresa, de la que ya llegó a ostentar su dirección ejecutiva en 2014. Un cargo como consejero delegado al que, tras incorporarse a las filas de Mango en 2005, accedía tras ser nombrado en 2012 presidente adjunto de Mango, junto a su padre, y en el que comenzó a desempeñarse ya en ese 2014 con la ambición de inaugurar un nuevo capítulo en el seno de la multinacional de la moda española. Una nueva etapa, para la que entendió que debía de armarse de un equipo propio y de confianza, en lo que llevó no obstante al cese y a la salida de la compañía de algunos de los que para entonces se mantenían como principales directivos y personas de confianza de Isak Andic; quien por su parte, y con la confianza de haber dejado en buenas manos el futuro de la compañía, se embarcó nuevamente en un ansiado “retiro dorado” —ya hizo el amago de retirarse en 2009 lanzándose a circunnavegar el mundo al mando de su velero, el Nirvana, pero debió de apresurar su regreso ante una rápida caída de beneficios— alejado de la toma de decisiones del día a día. Aquel primer año de 2014 de Jonathan Andic como consejero delegado Mango lo cerró elevando sus ventas hasta los 2 017 millones de euros (+9,3 por ciento), pero con una caída de beneficios hasta los 107 millones de euros (-11 por ciento). El de 2015 fue mucho peor, y es que a pesar de unas ventas que crecieron hasta los 2 327 millones de euros (+15,3 por ciento), la compañía vio hundirse sus beneficios netos hasta unos escasos 4 millones de euros (-96 por ciento). En 2016, el roto en las cuentas de la compañía se hizo aún mayor, con unas ventas que entraron ya en terreno negativo, cayendo hasta los 2 260 millones de euros (-2,87 por ciento), y con una partida de beneficios que dejaban de caer, para entrar directamente en negativo, con unas pérdidas por valor de -61 millones de euros.

Ante este rapidísimo deterioro de las operativas de la compañía, germinó ya en el ánimo de Andic su apuesta por profesionalizar la dirección de la empresa, devolviendo a Jonathan Andic a la dirección de Mango Man que ya ejerció durante un tiempo ante de ser encumbrado a la dirección ejecutiva del grupo de modas. Durante estos turbulentos momentos en el seno de la compañía, fue cuando se terminó de producir tanto la entrada como la consolidación de Toni Ruiz como nueva figura fuerte y clave dentro de la dirección ejecutiva de Mango. Compañía a la que Ruiz se incorporaba, procedente de Leroy Merlin, en el año 2015 como director financiero, justamente como un primer refuerzo para controlar las ya por entonces desnortadas cuentas de la compañía. Empresa que en abril de 2016 llevaba a cabo una reestructuración de su consejo de administración que, como resultado, oficializaba la salida de Jonathan Andic del cargo de consejero delegado, y la entrada de Ruiz como nuevo hombre fuerte de la compañía, ya no solamente como director financiero, sino también como nuevo consejero de la empresa, ocupando el puesto vacío en el consejo de administración que había dejado en marzo Enric Casi, director ejecutivo de Mango antes del nombramiento de Jonathan Andic. Un puesto, como consejero y director financieros, desde el que Ruiz terminó por ascender al cargo de director general en el año 2018, para finalmente entrar a ostentar sus actuales facultades como consejero delegado, en marzo de 2020. Una posición en la que se veía refrendado tras esa decisión de Isak Andic de hacerle entrega del 5 por ciento del capital social de Mango, y en la que se espera que termine por ser confirmado ahora tras el fallecimiento de Isak Andic, para el caso de que sus herederos decidan continuar por esa estrategia de profesionalización de los órganos de dirección por la que se decidió por apostar el fundador de Mango.

Nuevos retos y objetivos, para 2026

Sea cual sea no obstante la decisión que determinen sus herederos, la marcha de Isak Andic supone, sí o sí, un antes y un después en el seno de Mango, que ya sea apostando por una dirección dual, con una presidencia no ejecutiva en manos de la familia Andic y una dirección ejecutiva profesionalizada, o por una dirección única, con un miembro de la familia Andic ejerciendo al tiempo la presidencia y la dirección ejecutiva —para lo que también cabe señalar que el Jonathan Andic de hoy no será el mismo que el que accedía a la dirección ejecutiva hace 10 años—, deberá de seguir tratando de hacer frente a los actuales retos y estrategias que mantiene abiertas y en marcha la compañía. Unas metas para las que no contarán ya con esa visión estratégica sobre el conjunto de la industria con la que contaba el fundador de la compañía, como tampoco la contarán para la hora de ir perfilando el próximo nuevo plan estratégico de Mango, y que la compañía a lo largo de estos años deberá ir sabiendo de empezar a perfilar, en función de su propia evolución, de cara a ponerlo ya en práctica, a partir del ejercicio de 2026.

Para entonces, y para el caso de haberse logrado alcanzar todas las metas y objetivos que mantiene como propósito firmar desde la multinacional de la moda española, Mango deberá pasar de una facturación de 3 103,8 millones de euros, a una de más de 4 000 millones de euros (+28,87 por ciento más). Cerca de 1 000 millones de euros más en ventas, en un incremento de la facturación que confían dar a través de los canales de venta tanto físico como digital, y apoyados en una mayor diversificación de sus fuentes de ingresos, reduciendo la dependencia de los ingresos en mujer, el 81 por ciento de toda la facturación de la compañía al cierre de 2023, y aumentando la facturación de las líneas Man, el 11 por ciento del total, y de las de Kids y Teen, en su conjunto el 8 por ciento de toda la facturación de Mango. Cadena que, para impulsar tanto este aumento de las ventas como mayor diversificación, se apoyará en los cuatro pilares de ese plan estratégico, presentado a comienzos del pasado mes de marzo, y en especial en su palanca “Expand”, desde la que contemplan la apertura de más de 500 nuevas tiendas, especialmente de nuevas líneas como Teen, entre 2024 a 2026, año en el que la compañía deberá contar con una red comercial integrada por más de 3 000 tiendas, creciendo sobre las más de 2 700 con las que contaba al cierre de 2023.

Sin movernos de esta cuestión, han sido, y están siendo, notables las estrategias de expansión comercial que la compañía está logrando librar sobre los principales mercados estratégicos que incluían como “objetivos” de esta política de expansión, dirigida a “intensificar” su presencia en países como España, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Polonia, India, Canadá o Estados Unidos. Países de entre los que además sobresalen Reino Unido, en el que para este 2024 Mango comprometía la apertura de hasta 20 nuevos puntos de venta; Italia, donde cerrará este 2024 con cerca de 15 nuevas tiendas, entre propias y franquicias, superando los 100 puntos de venta para el cierre del año; y Estados Unidos, país en el que, siguiendo con la decisión marcada por Isak Andic, mantienen desde Mango puesto su foco de atención, con el objetivo de, tras lograr situar al país entre sus cinco mayores mercados, posicionarlo entre los tres primeros, en términos de facturación, para finales de 2026. Meta para la que se seguirá estimulando una red comercial en el país para la que marcaban un punto de inflexión con la inauguración, en mayo de 2022, de su “flagship store” en la Quinta Avenida de Nueva York. Ese “sueño cumplido” en vida del que lograba disfrutar Andic, y que llegaba para inaugurar la ofensiva sobre el mercado estadounidense que desde entonces viene librando Mango, contando como nuevas metas intermedias las de abrir hasta 20 nuevas tiendas en el país en 2025, alcanzando las 65 tiendas físicas para finales del próximo año, y enfilar así a ese objetivo de situar a los Estados Unidos, continuando con la visión y los deseos de Andic, entre los tres primeros mercados de Mango en términos de facturación para finales de 2026.

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