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Los 5 mitos más comunes que escucharás sobre moda sostenible

Por FashionUnited

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Moda

Desde hace varios años la moda sostenible se ha alzado como una alternativa real y necesaria para crear conciencia y evolucionar hacia una industria textil más responsable tanto a nivel social como medioambiental. Sin embargo, aún son muchos los prejuicios que giran en torno a ella. Prejuicios que construyen, en muchas ocasiones, paradigmas con una visión equivocada sobre lo que significa y lo que implica vestir de una forma más ética y responsable.

Los mitos más comunes sobre la moda sostenible, giran en torno a ideas como que es más cara, de menor calidad, con menor estilo, etc. Por ello, hoy en Fashion United os proponemos desmontar cinco de esos mitos más generalizados con ejemplos reales de marcas y proyectos que luchan cada día por lograr el cambio hacia una industria textil más green.

1. La moda sostenible no tiene estilo

Mucha gente sigue relacionando el concepto de moda sostenible con la típica ropa hecha a mano que se puede encontrar en los mercados o ferias artesanales que se celebran periódicamente en las ciudades o pueblos. Ropa que, en ocasiones, suele ser ancha, de colores planos, estampados limitados, etc. y que aunque, es cierto que siguen ciertos principios de sostenibilidad, no siempre se corresponden con nuestros gustos o estilo personal.

Sin embargo, esta es solo una de las posibilidades para poder vestir de forma más ética, ya que, en la actualidad existen muchas otras opciones y marcas españolas de moda masculina y femenina que ofrecen sostenibilidad y estilo a partes iguales en cada uno de sus modelos, como por ejemplo Ecoalf, Miu Sutin, The Vintees, My Faldas, Xiro, Firiri o TwoThirds, por nombrar algunas. Marcas, todas ellas, de moda creada para ser llevada con elegancia, simplicidad y atemporalidad.

En este sentido, fuera de España marcas internacionales como People Tree, Nomads Clothing, Fair Trade Winds o la joven marca vegana con estilo grunge y atrevido, Delikate Rayne son, de nuevo, ejemplos claros de que se puede vestir sostenible, ir a la moda y, al mismo tiempo, contribuir a una forma de consumo más responsable.

2. La moda sostenible es muy cara

Mucha gente defiende la idea de que la moda sostenible es muy restrictiva, debido a sus elevados precios, y que solo la puede comprar la gente que tiene el suficiente poder adquisitivo para ello. Esta afirmación quizás era cierta hace unos años cuando el número de marcas que ofrecían prendas hechas bajo estos principios eran mucho menores. Sin embargo, en la actualidad existen infinidad de marcas que ofrecen prendas hechas de forma ética a precios más asequibles.

Aún así, en este punto hay que aclarar que la moda sostenible se fundamenta en unos valores que apuestan directamente por aportar valor a cada uno de los agentes involucrados en su producción. Por ello, salvaguardar unas condiciones laborales dignas para los trabajadores implicados en cada etapa de la cadena de producción, respetar el medioambiente o utilizar tejidos libres de pesticidas, son algunos de los principios que van unidos irremediablemente a un precio mayor. Algo que por desgracia no ocurre en las grandes cadenas de fast-fashion donde se ofrecen productos a precios ínfimos a costa de condiciones laborales precarias para los trabajadores, uso de tóxicos, contaminación masiva, etc.

Al final, la clave de la sostenibilidad reside más bien en cambiar la mentalidad hacia una nueva forma de consumir más responsable donde se compre en menor cantidad, pero con mayor calidad y haciéndolo durar el máximo tiempo posible.

3. Las prendas tienen menor calidad

En realidad es justamente todo lo contrario. Las prendas realizadas bajo principios de sostenibilidad son prendas siempre hechas con la intención de durar el máximo tiempo posible, puesto que una de las bases de la sostenibilidad es alargar el ciclo de vida de los productos el máximo tiempo posible, y por ello se cuida al detalle la calidad de cada material que se utiliza. En el caso de la fast fashion, sin embargo, las prendas son fabricadas, en la mayoría de los casos, con materiales destinados a estropearse con gran facilidad (en ocasiones ocurre con tan solo varios lavados), alimentando así de nuevo la necesidad de comprar ropa en un corto periodo de tiempo.

4. Encontrar marcas de moda sostenible es complicado

Aunque es cierto que a pie de calle aún es difícil encontrar tiendas que ofrezcan moda sostenible, no son pocas las ciudades donde ya ofrecen estas posibilidades de compra más responsable como por ejemplo en Barcelona con Humus, GreenLifeStyle o Moda en Positivo; en Madrid con The Circular Project; en Vejer de la Frontera con Zhora Vejer; en Málaga con Veganized Non Toxic, y un largo etcétera de tiendas físicas que poco a poco van abriéndose camino en las ciudades para ofrecer moda sostenible al alcance de todos.

Además, a nivel online la gran mayoría de marcas sostenibles disponen de tienda. De esta forma, eliminan intermediarios y los costes asociados a establecerse en un espacio físico, pudiendo ofrecer precios mucho más competitivos y asequibles. En este sentido, existen multitud tiendas online multimarca como Moves To Slow, I Feel Dress o FairChanges, catálogos online como el recién creado Green and Trendy Market o directorios como la Guía Slowear donde de forma sencilla el consumidor puede acceder a información, comparar marcas y ver precios y modelos de diferentes diseñadores sostenibles. En esta línea, las asociaciones de moda sostenible como la de Barcelona, Andalucía, Madrid o Murcia, suponen un punto de encuentro fundamental para difundir y aunar marcas, diseñadores y personas que buscan una forma diferente de consumir moda.

5. Vestir moda sostenible no va a cambiar el panorama general en la industria textil

Es una afirmación fácil de hacer y además nos exime de cualquier responsabilidad interna. Sin embargo, no puede ser más incierta. Todos y cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de poner nuestro granito de arena en pro de un mundo mejor y que respete a las personas, a los animales y al medio ambiente. Al final, somos cada uno de nosotros con nuestros pequeños actos cotidianos los que estamos decidiendo qué tipo de mundo y de sociedad queremos para hoy y para el futuro. Los cambios siempre empiezan porque hay una minoría que se atreve a reclamarlos, hasta que al final se convierten en movimientos masivos que acaban generando un cambio real. Y es que ya lo decía Eduardo Galeano “mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.”

Fotos: The Vintees / Delikate Rayne

Autor: Alicia Carrasco, es periodista, profesora y creadora del blog de referencia www.greenandtrendy.com especializado en Moda sostenible y lifestyle. Colabora en la revista de Moda Sostenible Retahíla, itFashion y ha participado activamente en el movimiento Fashion Revolution difundiendo la importancia de la labor educativa para conseguir un cambio real en la industria de la moda.

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