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Las empresas de moda dependen del sistema universitario, pero ¿deberían?

Por Joshua Williams

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Moda

Foto: Pexels

México - Durante muchos años, la responsabilidad de la formación de los empleados de la industria de la moda recayó principalmente en el empresario. En primer lugar, la industria dependía en gran medida de las mujeres y, como la educación superior no estaba abierta de manera general a ellas, las empresas tenían que formarlas con las habilidades que necesitaban para hacer su trabajo. En segundo lugar, la mayoría de las empresas de moda eran negocios familiares y dependían de trabajadores locales, por lo que la formación se daba de forma natural en el trabajo. En tercer lugar, la moda requería conocimientos especializados relacionados con la comercialización, la compra, la producción y la venta al por menor. Y como cada empresa tenía su propio enfoque o estilo, las empresas se beneficiaban de la formación de los empleados de acuerdo a sus necesidades particulares.

¿Prefieres escuchar? El podcast completo sobre este tema, parte de la serie "El futuro de la educación en moda" se encuentra aquí.

A medida que las empresas crecieron, estos programas se expandieron para ser más formales. Empresas como Macy's comenzaron a ofrecer programas de formación completos, así como certificaciones. De hecho, las primeras escuelas de moda, como el Fashion Institute of Technology, basaron sus certificaciones de dos años en registrar a los estudiantes en este tipo de programas.

Aunque algunos de estos programas corporativos aún existen, su enfoque fundamental (y su necesidad) cambió cuando la educación en moda se integró plenamente a los programas de licenciatura de las universidades. La responsabilidad de la formación de los empleados pasó de la empresa a la universidad. Hasta cierto punto, esto ayudó a ofrecer una base más consistente en términos de conocimientos y habilidades, y le dio a los estudiantes una visión más amplia de la industria, más allá del trabajo específico para el que se estaban formando. Además, les permitió adquirir otro tipo de habilidades, como la colaboración y la comunicación. Pero también significó que los estudiantes comenzaron a aprender menos habilidades duras, creando un hueco entre lo que se aprendía en la universidad y lo que se necesitaba en el trabajo.

Dio la casualidad de que el cambio a los programas universitarios coincidió con una transformación masiva en la industria impulsado por la tecnología y el comercio electrónico. De repente, las empresas necesitaban nuevas habilidades que no podían enseñar internamente y que las universidades tampoco podían enseñar. Al fin y al cabo, habían pocos profesionales de la industria a los que recurrir, y los que eran expertos en estas nuevas habilidades estaban muy solicitados fuera del ámbito académico.

Con el tiempo, la brecha entre la educación y las empresas se ha hecho más grande y profunda, y ahora es incluso común entre las marcas de moda y los minoristas decir que las universidades no están enseñando adecuadamente a los estudiantes. A lo que las escuelas responden que hacen lo posible dentro de las limitaciones que representa un programa académico.

La EdTech, o educación basada en la tecnología, ha intentado llenar ese espacio ofreciendo una amplia gama de cursos en línea. Hasta cierto punto, esto ha sido útil para continuar el aprendizaje más allá de la universidad, pero estas empresas de tecnología educativa dependen en gran medida de las universidades para soportar el contenido. Por lo tanto, la entrega es diferente, pero el contenido, aunque más amplio en su alcance, es en gran medida el mismo en cuanto a estructura y enfoque. Lo que es más importante, al igual que la educación tradicional, estas empresas se centran mucho en temas más generalizados para satisfacer las necesidades de una base de usuarios más amplia. Esto significa que no se enseñan habilidades más específicas sobre moda.

Adicional a esto, hay nuevos emprendimientos que se centran en ayudar a las empresas a financiar la educación de sus empleados. Sin embargo, nuevamente vemos que este sistema depende de las universidades tradicionales para impartir la educación, lo que hace que algunos empleados se pregunten por qué no se les entrena para mejorar en los trabajos que ya tienen, en lugar de volver a un programa académico más general o incluso no relacionado. Esto es especialmente cierto para los trabajadores del sector minorista.

Lo anterior significa que la responsabilidad vuelve a recaer en los empresarios para educar a los empleados con las habilidades únicas que necesitan. El costo, el tiempo y la experiencia para desarrollar estos programas pueden ser elevados, por lo que esto se ha limitado en gran medida a las grandes empresas como Macy's, Saks, Walmart o Target, por mencionar algunas. Y como muchas empresas de moda son pequeñas o medianas, esto significa que una gran parte de los empleados que trabajan en moda y en retail quedan fuera. Sin embargo, para garantizar la innovación y la competitividad constantes, esto puede ser ahora un requisito para hacer negocios. Tal vez la próxima oportunidad sea para las compañías que pueden proporcionar acceso y escala a estos negocios para que puedan ofrecer educación y formación.

Espera la próxima semana la siguiente entrega de esta serie dedicada a la educación en moda. Analizaremos algunos de los estudios más interesantes que están realizando investigadores y académicos centrados en la moda, y cómo una relación más colaborativa entre el mundo académico y la industria podría ayudar a resolver los problemas a los que se enfrenta la moda en un mundo que cambia rápidamente. O bien, escucha el episodio en nuestro podcast.

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