Juan Vidal, diseñador y director creativo: “Volveremos a desfilar para celebrar y no tanto como una imposición temporal”
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Valencia - No hay duda de que, desde su llegada en 2010 al mundo de la moda, Juan Vidal es uno de esos nombres que no se olvida. Tanto es así, que su talento como diseñador le ha hecho ganar multitud de reconocimientos en el sector: el certamen Who's on Next de la edición española de Vogue, el premio L'Oréal París a la mejor colección en tres ocasiones, el Premio Aguja Brillante 2019, concedido por el Gremio de Artesanos de Sastres y Modistas de la Comunidad Valenciana, o el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid por su carrera artística son solo algunos de los que encabezan la lista. Más de veinte años tras su firma homónima en el que, desde su estudio en Madrid, siempre ha imaginado a esa mujer decidida y chic que llevaría sus creaciones. Ahora, después de un tiempo alejado de las pasarelas, Juan Vidal vuelve más fuerte que nunca. Una nueva aventura comienza.
¿Cómo describirías esta nueva etapa?
En esta nueva etapa, en Juan Vidal hemos querido crear un concepto más directo y concreto, un producto pensado y focalizado a las nuevas formas de consumo, mucho más enérgico e impulsivo. Diría que hemos buscado la libertad en el proceso de creación y también en su forma de exposición y venta.
De hecho, acabáis de estrenar nueva imagen, ¿qué habéis querido transmitir con este nuevo look and feel?
Siempre me ha resultado atractivo el arte pop y los colores brillantes, las editoriales de moda y las fotografías que soportan bien el paso del tiempo. Todo ello se ha aplicado a un concepto que estalla en una página web que busca limpieza y frescura, un logotipo contundente y opuesto al anterior, un grito en lugar de un susurro. La marca está más presente, es menos discreta, más acorde al espíritu de la mujer que representa, con una energía diferente.
Desde tu marca afirmas que estos cambios se adaptan al nuevo contexto social y a sus fórmulas, ¿de qué manera? ¿Qué aprendizajes habéis sacado?
El mercado digital crece de forma apresurada, el consumidor se está acostumbrando a la experiencia online, las nuevas generaciones han roto con las barreras de espacio y tiempo, la ocasión de uso, el modo de consumir… Todo es diferente ahora. Parte de esto es el origen de nuestro cambio, además de crecer de forma controlada y estructurada, dotando al producto de las necesidades que este nuevo mercado desea. Un ejemplo: el 80 por ciento de la colección tiene una composición elástica que permite una mejor adaptabilidad de la prenda pensada para un mejor fitting sin previa prueba.
Otro de los puntos que buscábamos cambiar en esta nueva etapa era poder controlar el precio final de la prenda, el modelo business to client nos permite adaptar precios de forma que antes no podíamos hacer en el modelo wholesale, eso nos deja acercar los vestidos a un público más joven que tenía ganas de acceder a la marca y ahora puede permitírselo.
Durante la pandemia, como muchas otras marcas, habéis llevado a cabo un ejercicio de (auto)observación ¿Qué conclusiones habéis sacado?
Como creativo, la fórmula anterior de la firma estaba bien, pero sucedieron muchos años con una misma combinación de negocio, de presentación, de concepción de colecciones y buscaba una evolución. El ritmo que la industria actual no permite hacer paradas, no habíamos terminado de trabajar una campaña y estábamos arrancando la siguiente, por lo que llegado un momento, ni tan siquiera teníamos tiempo para disfrutar, para pensar, para reformular las ideas.
La pandemia llegó y supuso una ruptura obligada en el funcionamiento, desde el principio pensé que volver al punto donde nos habíamos quedado no era una opción. La marca se encontraba en un punto difícil de crecimiento, intentando abarcar la mayor cantidad de líneas y ocasiones de uso posibles y siluetas lo que complicaba bastante el funcionamiento de la empresa. El cúmulo de todas estas sensaciones y el tiempo necesario para pensar ha dado paso a esta nueva versión de la firma.
¿Y cuál es esa nueva versión de la que hablas?
Ha cambiado el público —más joven, amplio y contemporáneo—, ha cambiado la imagen —más directa e impulsiva—, ha cambiado la temporalidad —no season solo drops—, ha cambiado el canal de venta a direct to client, ha cambiado el formato de producción a on demand. Podríamos decir que nos redefinimos conectando a un nuevo contexto social, manteniendo la esencia y adaptando fórmulas.
¿Dirías entonces que la relación con vuestra clienta es mucho más estrecha ahora?
Totalmente. Teníamos ganas de poder dar este paso y gracias al nuevo modelo de venta directa estamos conociendo mucho mejor a nuestra clienta, la entendemos, la escuchamos y comprendemos sus necesidades mejor que nunca, lo que está siendo un proceso muy gratificante para ambas partes. Tenemos un canal de comunicación abierto con ellas en nuestra web donde conversamos de forma fluida para que su experiencia de compra sea lo más positiva posible. Estamos muy contentos con cómo está funcionando.
A diferencia de otras marcas, durante este tiempo no habéis realizado ningún desfile, ¿creéis que en el contexto actual no tiene sentido hacer desfiles?
No, por supuesto que los desfiles tienen sentido, las grandes marcas los necesitan, la visibilidad que les proporciona es inmensa y es por ellos que se han transformado en un espectáculo bastante alejado de aquel salón íntimo donde un grupo de clientes y prensa observaban las prendas en directo y en movimiento. Ahora se trata de una experiencia, un viaje, gastronomía y arquitectura; la ropa quizás ha pasado a un segundo plano. Ante este despliegue de medios que suponen una gran partida de recursos, prefiero hacer menos desfiles y más emotivos, volveremos a ellos para celebrar y no tanto como una imposición temporal.
Recientemente habéis lanzado una nueva colección compuesta por 26 vestidos y una sandalia joya, ¿qué nos cuentas de esta nueva propuesta?
A nivel conceptual, en esencia, la concepción de esta colección se ha trabajado de la misma forma y con la misma dedicación que las colecciones anteriores. Si bien es cierto, que el tiempo nos permite concentrar de forma positiva cuestiones como los tejidos, fabricados con hilo de alta calidad elaborado a partir de materiales reciclados provenientes del mar, que contribuyen a preservar los recursos naturales y a mantener los océanos más limpios. A estos tejidos se aplican tintes ecológicos y acabados basados en el ahorro de agua y energía. La colección se diseña y confecciona 100 por cien en España.
En esencia, son vestidos que provocan una ruptura y con los que comienza una nueva aventura que habla de autonomía e independencia. Una propuesta de moda femenina que busca el amor hacia una misma, una oda a ser amada, a amarse.
Y ya para terminar, otra de las novedades de esta "nueva aventura" es Juan Vidal Estudio, un espacio creativo en el que se trabaja la dirección artística, diseño y producción de proyectos de moda, ¿el futuro de la ropa de autor made in Spain es la diversificación?
Correcto. Actualmente Juan Vidal no es solo una firma, es un formato donde se proyecta moda, para la propia marca, para colaboraciones creativas con otras firmas, para la docencia e incluso para otras disciplinas como el cine en diseño de vestuario. No sé si es el futuro, pero es el formato que actualmente más nos enriquece como equipo creativo.