Jacinto de Manuel, el artista tras el vestido de Cristina Pedroche
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Madrid – Con un número casi tan alto de admiradores como de detractores, es innegable que la televisiva Cristina Pedroche ha logrado convertir sus atuendos de Fin de Año en una tradición más de las festividades navideñas. Un éxito para mayor gloria de la cadena Antena 3 —que a punto ha estado de sobrepasar en audiencia a TVE—, y que en el pasado también lograron desde Freixenet a El Almendro, Famosa o Loterías y Apuestas del Estado. Responsables de emprender sonadas campañas cuya llegada era ya sinónimo de la Navidad.
Tomando la provocación por bandera desde que comenzase la retransmisión en directo de las tradicionales campanadas de Fin de Año —en 2014 junto a Frank Blanco desde La Sexta—, la innovación ha sido en esta ocasión la máxima por la que ha apostado la presentadora para anunciar el paso de 2019 a 2020. Optando para ello por un vestido escultórico obra del artista Jacinto de Manuel, en cuya elaboración ha participado, por quinto año consecutivo, el conocido periodista y estilista Josie.
“Con esta escultura siento que me puedo comer el mundo”, confesaba emocionada la presentadora ante la audiencia. “Me siento más poderosa que nunca y muy orgullosa de todo mi equipo, que me ha ayuda para brillar así y que han hecho posible que este sueño se haya hecho realidad”.
Un vestido con más de 500 horas de trabajo revestido de pan de oro
Revestido de pan de oro y con más de 500 horas de trabajo a sus espaldas, la obra de De Manuel cuenta con una importante carga mitológica y con una clara referencia a la tradición artística de divinizar el cuerpo femenino. Herencia que toma de la tradición clásica y de figuras mitológicas como la de la diosa Gea, y de obras como la Venus de Willendorf, la de Milo, el nacimiento de Venus de Boticelli o la Venus del espejo de Velázquez. Así como de la tradición ancestral japonesa del “Kintsugi”, consistente en arreglar piezas quebradas, esencialmente cerámicas, mediante oro, plata o platino.
“Se basa en ver lo bello en lo imperfecto, y al dotar a esa imperfección del influjo del oro no sólo se arregla el objeto, sino que se consigue ir un paso más allá creando algo nuevo, más poderoso”, explica el propio artista a través de un comunicado, en referencia a las raíces en el “Kintsugi” de su obra. Al tiempo que explica detalladamente el proceso de fabricación que ha habido tras ella, y que se inició en torno al mes de julio con un primer bloque de escayola que comenzaron a tallar a partir de moldes tomados directamente sobre el cuerpo de la presentadora. Combinando a lo largo de ese proceso medidas y partes reales, con otras idealizadas. “El proceso más complejo, importante y de mayor duración ha sido el de tallado y modelado, llegando a llevar más de 500 horas de trabajo junto al maestro Juan Carlos Andrés”. Tras él, “procedimos a realizar un molde de silicona y escayola para sacar una primera pieza de resina y fibra de vidrio reciclado”, sobre el que se han realizado todas las pruebas, tanto de fijación como de acabados. Para finalmente sacar “un nuevo y definitivo busto” que se ha acabado “mediante la técnica tradicional de dorado con pan de oro”, y con la “ayuda del maestro Damian Rojo”.
La pieza se completaba con una “gargantilla” de seda negra a modo de tirante, responsable de sujetar la falda de más de 5 metros, que actuaba a su vez a modo de “capa globo”. Así como con dos mitones negros y una manicura a juego con el lápiz de labios rojo que portaba la presentadora, parte de la colección de maquillaje creada por ella misma para la compañía cosmética de origen polaco Inglot.
“Del protagonismo textil que ha prevalecido durante los años anteriores, hemos pasado a una colaboración artística que recrea en clave idealizada el cuerpo de Cristina Pedroche”, señalaba por su parte el estilista Josie. Una evolución que resultaba “crucial” para que la presentadora pudiera seguir “sorprendiendo y emocionando a su público”.
Photo Credits: Cortesía de ME Comunicación.