Isabel Río, una española en el equipo de Alexander Wang
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De los 200.000 españoles que viven en el extranjero ―según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE)―, 81.030 han escogido América como destino. Entre ese inmenso volumen de españoles que decidieron emigrar, se encuentra Isabel Río, senior designer de la firma neoyorkina Alexander Wang. En su reciente visita a Madrid, Isabel ha impartido una conferencia en la Escuela Universitaria de Diseño, Innovación y Tecnología (ESNE) para hablar a sus alumnos de los entresijos del mundo de la moda. Nacida en un pequeño pueblo de A Coruña, ha trabajado junto a grandes firmas como Pedro del Hierro, Carolina Herrera, Alexander McQueen y Calvin Klein.
En 2013, fue seleccionada junto a doce alumnos de todo el mundo para estudiar en el prestigioso máster Fashion Design and Society de la Parsons The New School of Design. Un estudio de postgrado que le abrió las puertas de la Mercedes Benz Fashion Week de Nueva York, donde presentó su propia colección. Una dilatada trayectoria profesional en la que también ha ejercido como estilista para famosas de renombre como Madonna en Rebel Heart Tour o Beyoncé, para su última aparición en el Budweiser Made in America Festival. Un claro ejemplo de que triunfar en la Gran Manzana es posible.
En la masterclass de ESNE comentaste que te hubiera gustado recibir mejores consejos en tus inicios. ¿Qué te hubiera gustado saber cuando empezaste tu trayectoria profesional?Personalmente, me hubiera gustado que mis profesores me hubieran informado más sobre cómo es el mundo de la moda en realidad y que me hubieran advertido de la importancia de la especialización. Dentro del diseño, que es a lo que yo me dedico, hay una gran variedad de campos en los que puedes trabajar y creo que hubiera perdido menos tiempo si hubiera tenido más información de cada uno de ellos. De esta manera, hubiera sabido antes a lo que me quería dedicar exactamente.
También, me hubiera gustado que me hablasen de la importancia del networking. En Nueva York, al igual que en otras ciudades, si envías una oferta de trabajo a través de una página web sin una recomendación previa es como si no existieras. Siempre necesitarás que un antiguo compañero de máster te avise de una vacante en la firma en la que trabaja, que alguien se acuerde de tu trabajo o que piense que tu perfil encaja en determinada marca. Por eso es tan importante mantener siempre el contacto porque al final es lo que te abre las puertas.
Actualmente, te encargas de la selección y la búsqueda de tejidos en Alexander Wang. ¿Cómo te diste cuenta de que esta era tu vocación final?Cuando estuve trabajando para Calvin Klein, Francisco Costa fue la persona que se dio cuenta de que estaba más interesada por los tejidos que por el diseño. Aunque ya en mi proyecto para Parsons, empecé a ser consciente de que le daba más importancia a la parte textil que a las siluetas, por ejemplo. Hay veces que no se le da la suficiente relevancia a este aspecto, a pesar de que es la base y la materia prima de cualquier diseño. Alexander Wang es una firma que le da mucha importancia a la búsqueda y utilización de tejidos innovadores, por eso es un honor dedicarme a ello en esta marca.
Para alguien que ha presentado su propia colección en Nueva York, ¿cómo es trabajar para una marca que no es la tuya?Siempre es muy difícil. Cuando tienes una personalidad y una estética propia como diseñador, es complicado saber adaptarte a los gustos de otro. Por esa razón, yo siempre he buscado irme a marcas donde sabía que yo podía aportar algo. Sin embargo, aunque tenga algo que ver contigo, siempre pierdes parte de tu esencia.
En la conferencia has recalcado que trabajar en moda es muy sacrificado. A pesar de estar muy bien remunerado en la capital estadounidense, se dedican muchas horas. ¿Cómo es un día cualquiera en tu jornada laboral?Cuando llegué a Nueva York sentía vértigo pero también satisfacción por cumplir un sueño. Todo el mundo que se dedica a la moda sabe que tendrá que trabajar muy duro, pero que sí lo hace ―al menos en Nueva York― conseguirá su objetivo. Muchos de mis amigos diseñadores, han trabajado como camareros durante años hasta que han logrado su objetivo. Una vez empiezas a trabajar como diseñador, un día cualquiera entras a las 9h y sales a las 23h. Mínimo se trabajan entre 10 y 11 horas.
Porque él inventó a este tipo de chica moderna del barrio del Soho de Nueva York. Alexander Wang piensa y viste a sus amigas, no busca inspiración en épocas pasadas o en viajes exóticos. Él se inspira en las calles de Nueva York, en cómo va vestida la gente y como se mueve. Los skaters o el hip hop ya existían, pero conseguir incluir sudaderas, zapatillas o gorras en una pasarela... ¡Eso lo ha inventado él! Él ha conseguido darle una vuelta a un estilo que ya existía en la ciudad y por eso es tan vendible.
Has trabajado en grandes capitales de la moda como son Londres y Nueva York. Desde tu punto de vista, ¿cuál crees que es el punto débil de la moda española?Quizás se debe a que llevo mucho tiempo fuera de España y por eso no entiendo por qué se conoce tan poco nuestra moda. En mi opinión, a España quizás le falta innovación y contenido detrás de sus colecciones. No dudo de que hay grandes diseñadores y talentos en nuestro país. Sin embargo, al no existir algo realmente potente, su proyección en el extranjero es limitada.
¿Existe un desconocimiento de nuestra moda fuera de España?Sí, existe un gran desconocimiento de la moda española actual. Los profesionales conocen las antiguas marcas y diseñadores como Cristóbal Balenciaga, por ejemplo, pero no saben que estos días se está celebrando la Mercedes Benz Fashion Week en Madrid. Y es una pena.