Gucci toma Hollywood Boulevard para celebrar la magia del séptimo arte

Espectacular, en todas las definiciones de la palabra, es como ha resultado ser el último desfile protagonizado por la firma de modas italiana Gucci, propiedad del holding internacional francés Kering. Casa que se alejaba de su Italia natal y se desplazaba hacia la ciudad californiana de Los Ángeles, para tomar su icónico Hollywood Boulevard, el mismo por el que se diseminan la mayor parte de las 2.000 estrellas del paseo de la fama de Hollywood, y presentar “Love Parade”. Nombre con el que desde la casa han decidido bautizar a la que es la segunda colección de Alessandro Michele, su aplaudido director creativo, en este año en el que la firma se encuentra celebrando el centenario de su fundación.

Bajo la atenta mirada de una infinitud de rostros conocidos y personajes vinculados a la industria del entretenimiento, entre los que destacaron la presencia de la actriz Gwyneth Paltrow, la de los miembros del grupo de música italiano Måneskin o el de la cantante estadounidense Lizzo, la firma italiana cortó el tráfico y se apoderó de la amplia avenida de Hollywood Boulevard. Por cuyas aceras, colmadas de estrellas, desfilaron los distintos diseños masculinos y femeninos ideados por Michele para la casa en esta segunda parte de su colección centenario, entre los que se destacaban, siguiendo en todo momento con el lenguaje creativo impuesto por el romano sobre la firma desde que tomase las riendas de su dirección creativa, una amplia variedad de esmóquines y de trajes chaqueta, tanto para ellos como para ellas; varios tipos de monos; los acabados en estampados de inspiración hawaiana; o unos llamativos vestidos de noche.

Piezas todas ellas imbuidas de la magia de la época dorada de Hollywood, e inspiradas, parecía percibirse a simple vista, en algunas de sus grabaciones más memorables, como Gilda, Sunset Boulevard o Cleopatra, y que sobre la improvisada pasarela se encargaron de defender artistas tan reconocidos como Macaulay Culkin o Jared Leto. Actor este último que precisamente también es uno de los principales protagonistas de “House of Gucci”. Cinta protagonizada por Lady Gaga y Adam Driver sobre uno de los capítulos más turbios de la afamada familia fundadora de la casa de modas, cuyo estreno está previsto que tenga lugar hacia finales de este próximo mes de noviembre.

Hollywood, un campo de sueños

En cuanto al mensaje y al trasfondo que subyace y sirve de hilo conector de esta última colección de la firma italiana, ha sido el propio Alessandro Michele el que ha entrado a explicar cómo la colección debe de entenderse como un homenaje de celebración a la magia del cine, y en especial a la de un Hollywood y a la de una ciudad de Los Ángeles que han guardado un significado especial a lo largo de toda la vida del diseñador romano. Para quien ambas se significan como dos estanques de esperanza y de ensueño, de los que se valió para bañar y alimentar en sus aguas su gusto por lo estético y sus esperanzas por abrazarse a un mundo construido a partir de sueños.

“Mamá trabajaba en la industria del cine como asistente en una productora”, y “recuerdo todas las historias que me contó, los detalles y los destellos de esa fábrica de sueños”, explica Michele a través de una carta. “Estaban la palidez de alabastro de Marilyn Monroe y su diáfana voz”, “los guantes de satén negro de Rita Hayworth y el cabello aterciopelado de Veronica Lake”, así como “el encanto hechizante de Rock Hudson y el vertiginoso poder de transformación de Kim Novak”. “Todo parecía un cuento de hadas”.

Por aquel entonces, prosigue el italiano, “vivíamos hacinados en una casa a las afueras de Roma”. “Necesitaba poder respirar”, y “esos cuentos subversivos me ayudaron a perforar esa atmósfera gris. Esa fue mi vía de escape”. “Hundido en esa pequeña mancha del mundo, Hollywood parecía una estrella brillante y reluciente”, “nueve letras empapadas de deseo”.

Una ciudad de Afroditas y Pandoras

Esas mismas sensaciones son las que volvieron a nacer, más vivas que nunca, en el creativo llegada la ahora de enfrentarse a esta última colección. Momento en el que “pensé en mamá y en su precioso legado”, y en el “culto a la belleza con el que me alimentaba”, en “el invencible regalo de poder soñar y en el aura mitopoética del cine”. Razones por las que “elegí Hollywood Boulevard” para la celebración de este desfile, con el que la casa italiana vuelve a salir al mundo y a expandir sus alas de sueños tras el parón de la pandemia.

“Este bulevar de estrellas brinda además un apoyo perfecto a mi incondicional amor por el mundo clásico”, añade Michele. Ya que “Hollywood es, después de todo, un templo griego habitado por divinidades paganas”. “Aquí actores y actrices son reconocidos como los héroes de la mitología”, como “criaturas híbridas con el poder de mantener una trascendencia divina, junto a una existencia mortal, aunando así lo imaginario con lo real”. “Son los ídolos de una nueva cosmogonía contemporánea”. “Afrodita, Teseo, Pandora y Medusa aún viven hoy en el Olimpo de Hollywood”, manteniéndose en la esfera del “más allá, pero sin embargo, muy humanos”.

Es “alrededor de estos semidioses en torno a la que se despliega la ciudad de Los Ángeles, en la que la una luz bendita fluye por todas partes”. “Aquí es donde he conocido a las personas más peculiares, fuera de su tiempo, obstinadas y contestatarias frente a cualquier idea de orden. Siempre los he observado como una procesión a las faldas de la acrópolis de los sueños”, “con las ganas de ofrecerse asimismos como un regalo de la singularidad”. “Un desfile de seres encantados y profundamente libres, que atraviesan una tierra en la que no existe ni el pasado ni el futuro, solamente el milagro del instinto por imaginar”. “Mama siempre me contaba: Los Ángeles brilla con su propia magia, que es atemporal; es un lugar que alumbra a las divinidades, convirtiéndolas en mitos de lo posible”.