El diseño 3D, entre las apuestas de Mare di Moda para conseguir un sector textil más sostenible
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MarediModa ha vuelto una vez más al Palais Des Festivals de Cannes para celebrar sus 20 años con una edición especial que se está desarrollando desde el pasado 8 de noviembre y hasta el próximo día 10 en la sede del famoso festival de cine que toma el nombre de esta ciudad ubicada en la Riviera Francesa.
Las más de cien empresas europeas participantes, han acudido cargadas con sus más de doscientas cincuenta colecciones de tejidos para beachwear, underwear, athleisure y accesorios para el verano 2024 para adelantar las últimas tendencias de este sector en el que se han alzado como la feria por excelencia por la amplia panorámica internacional que ofrecen cada año.
"Cada vez son más las marcas que vuelven a elegir el tejido europeo no sólo por la creatividad, la calidad y la innovación, sino también por una logística más sencilla y un diseño a medida, impensable en otros lugares”, subraya Claudio Taiana, presidente de MarediModa.
Reducir es mejor que reciclar
Durante la jornada, Francesca Spinetta, copropietaria y directora editorial de Intima Media Group, se encargó de dirigir la conversación entre varios expertos en la materia durante la que se plantearon, además los resultados de un informe elaborado a partir del análisis del panel de fabricantes de tejidos y componentes tradicionales participantes en la feria para evaluar, el impacto de la digitalización de materiales y el diseño en 3D en el flujo de trabajo de producción para reducir eficazmente excedentes, costes y tiempo.
Roberto Tiburzi, director de la categoría de productos de baño y ropa deportiva en la empresa italiana Arena; Renata Eder, copropietaria de la start-up alemana Vizoo, especializada en materia de digitalización de tejidos; Rosa Kramer, fundadora de Hypercurve, estudio 3D especializado en la digitalización de lencería y bodywear; y Nello Marelli, asesor de color y textiles, participaron de esta conferencia.
Además se presentaron las principales certificaciones en uso, que pronto adquirirán más importancia afectadas por los compromisos adquiridos en el marco del Green Deal europeo, el nuevo Plan de Acción de la Economía Circular y la Estrategia Industrial, que introducirá requisitos de diseño obligatorios para los textiles y una mayor dependencia de los planes de responsabilidad ampliada del productor para ayudar a prolongar la vida útil de las prendas.
“Esperamos que todo esto redunde en una mejor calidad general, a un precio justo, que permita alargar la vida útil del producto”, pues “reducir es mejor que reciclar” resumía Spinetta.
Certificados 360
La demanda de materiales sostenibles ha crecido exponencialmente en los últimos años, pero el mundo de los certificados es un universo heterogéneo y segmentado que, teniendo en cuenta lo largas y opacas que son las cadenas de producción de cualquier prenda, separar el grano de la paja se vuelve complicado. Sin embargo, la normativa europea se vuelve cada vez más exigente a la hora repartir responsabilidades mientras perfilan su nueva norma para reducir el impacto del sector de la moda en el medioambiente.
Durante la conversación señalaron la, digamos, diversidad de “etiquetas sostenibles” como una de las problemáticas más comunes en la industria, pues la mayor parte de los certificados valoran solo una parte del impacto total de las prendas o incluso varían según el sector de producción y el tipo de material o producto. Esto deja margen de maniobra a las empresas para dar forma a sus campañas de marketing teñidas de verde.
Lo que está claro, es que cada vez se vuelve más importante certificar de una manera 360 el impacto de cualquier prenda, pues considerar todos los niveles de los distintos procesos es fundamental. Un ejemplo de la clase de controversias a las que se puede llegar es el hecho de que el poliéster reciclado genera más microplásticos que el poliéster virgen, procedente del petróleo y que mantiene su toxicidad en nuestros armarios.
Según casi la totalidad de los encuestados por The Best of Fabrics (un 98 por ciento), “las certificaciones son esenciales para elevar los niveles de responsabilidad en la industria actual de la lencería y la ropa de baño”, pero se trata de un ámbito “complejo, polifacético y en continuo cambio”, lo que hace complicado a las empresas e individuos estar completamente actualizados en todo momento.
Los costes de estos certificados son, sin duda, una carga relevante para los fabricantes de productos textiles, pues las empresas preguntadas destinan entre 5.000 y 50.000 euros. Este impacto aumenta hasta los 100.000 euros anuales si se incluyen en la balanza los costes de los departamentos dedicados a estos procesos en las compañías.
Innovaciones en los procesos
La modernización continua se ha alzado en el estudio como la práctica más repetida entre los fabricantes de textiles y componentes de los sectores de la lencería y la ropa de baño. Las principales inversiones tuvieron que ver con hacer un uso más eficiente de los recursos y la energía, pues un 78 por ciento de los entrevistados confirman haber mejorado su actuación en materia de ahorro energético durante el último año con acciones específicas tales como la implementación de plantas solares, la reducción del consumo mediante la optimización de la maquinaria y la reutilización de la energía dentro de los ciclos de producción; la adopción de equipos de iluminación y aislamiento térmico ecológicos sigue siendo una buena opción en una perspectiva de "conservación de la energía".
Estos elementos, por lo general suelen formar parte de su estrategia de ahorro, pero se han convertido en un objetivo clave actualmente, teniendo en cuenta la situación geopolítica actual y su consiguiente crisis de abastecimiento y energética, que han vuelto a cambiar las reglas del juego en los procesos previos de una industria de la moda que ya había sido profundamente remodelada por la pandemia mundial.
Teniendo en cuenta el enfoque de la conversación, se presentaron un par de soluciones innovadoras relacionadas con el uso del diseño 3D, pues se ha demostrado que la implementación de esta herramienta puede ayudar a reducir hasta en un 40 por ciento el impacto de una marca.
El estudio Hypercurve acelera el uso de las innovaciones 3D en la industria de la ropa, su fundadora, Rosa Kramer, explicaba como ha desarrollado una variedad de modelos corporales o avatares especializados a partir de escanear una amplia variedad de cuerpos, para conseguir un resultado totalmente extrapolable a las distintas realidades corporales de manera que cualquier cliente pueda hacerse una idea verosímil de cómo encajaría personalmente con una determinada prenda de ropa, también digitalizada.
Por su parte, Renata Eder, presentaba el proyecto impulsado por Vizoo, la start-up alemana especializada en materia de digitalización de tejidos de la que es copropietaria y que consigue reducir los excedentes de materiales creando copias digitales de materiales ya existentes, pero que una vez digitalizados permiten modificaciones en lo que al color o la forma de la prenda se refiere sin que cada uno de estos procesos tengan que ser sometidos a ensayo-error.