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De lo verde, lo ecológico y lo sostenible a lo circular: la sostenibilidad de la industria de la moda en pocas palabras

Por Caitlyn Terra

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Moda |De fondo
Imagen: Unsplash

La sostenibilidad en la industria de la moda ha tomado varios derroteros a lo largo de los años: verde, ecológica, sostenible y circular. Con el auge del fast fashion a mediados del siglo pasado, nació una contranarrativa: un llamamiento a utilizar los materiales y las materias primas de forma sostenible, así como el respeto por las personas y los animales. En abril se cumplieron ocho años desde el desastre del Rana Plaza, momento en el que la sostenibilidad pasó a ser definitivamente el centro de atención. Aunque el sector aún está lejos de donde quiere estar, se han dado pasos importantes.

Después de muchas investigaciones y entrevistas con varias organizaciones y expertos, ha surgido una nueva hipótesis: La sostenibilidad de la industria de la moda es todo menos lineal. Hay iniciativas progresistas, pero también hay empresas que sólo suman años o incluso que ni están pensando activamente en la sostenibilidad. El término "sostenibilidad" ya fue definido por las Naciones Unidas en 1987, pero tuvo que pasar mucho tiempo antes de que la palabra sostenibilidad se integrara en la industria de la moda. En el caso de la “circularidad” ha ocurrido algo similar. Pasaron al menos diez años antes de que la palabra fuera utilizada por las marcas. Por lo tanto, en este artículo no encontrarás una línea de tiempo lineal, porque el desarrollo de varias tendencias está entrelazado. Por eso, presentamos una selección de momentos importantes, precursores, y la definición de la moda "eco", sostenible y circular.

Eco

Empecemos hablando del término "eco". Hoy en día, en el año 2021, es el término que siguen utilizando las empresas para describir sus iniciativas, colecciones y productos. Willa Stoutenbeek, experta en sostenibilidad y fundadora de la agencia de marcas y comunicación W.Green de Ámsterdam, asegura que no ve una diferencia muy clara entre "eco" y sostenibilidad. Según Stoutenbeek, las marcas siguen utilizando el término "Eco", pero para ella tiene una connotación un poco anticuada.

La "moda ecológica" se define como una marca o línea que intenta minimizar su impacto en el medio ambiente y, a menudo, en la salud de los consumidores y trabajadores, según las Naciones Unidas. La experta en sostenibilidad y autora de "Esta es una buena guía - para un estilo de vida sostenible" Marieke Eyskoot, también define la moda ecológica como aquella que se hace respetando el medio ambiente. Eco es la abreviatura de ecología, que es el estudio de la interacción entre los organismos y su entorno. A estas alturas, mucha gente sabe que la producción de moda puede tener efectos muy negativos en los trabajadores por las condiciones en las que trabajan y por los productos químicos utilizados en la producción de ropa. La moda ecológica se acerca a menudo al término "moda ética", que también fue definido por las Naciones Unidas en 1987. La moda ética se centra en cuestiones como salarios dignos, condiciones de trabajo, el bienestar de los animales y la moda vegana. Eyskoot también afirma que la moda "ecológica" y la moda "justa" son diferentes, ya que la primera cuida de la naturaleza y la segunda se hace en buenas condiciones de trabajo.

El efecto de la industria de la moda sobre el medio ambiente y las personas fue tomando cada vez más protagonismo en los años ochenta y noventa. Un buen ejemplo es el icono Katherine Hamnett y su marca homónima. Hamnett es ahora conocida como defensora de la sostenibilidad, pero en 1989 ella misma empezó a analizar su negocio. "No esperábamos encontrar nada malo", dijo a Vogue UK en una entrevista de junio de 2019. Hamnett encargó una investigación sobre el impacto medioambiental y social de la moda. "Miles de muertes por envenenamiento accidental en la industria del algodón, gente trabajando en las peores condiciones laboralesm rozando la esclavitud; cada fibra y proceso tenía un impacto negativo". Tras la investigación, Hamnett se pasó al algodón orgánico y trajo su producción a Europa, y a partir de ese momento llevó a cabo muchas más acciones en materia de sostenibilidad.

En 1989 también se fundó una organización que ahora es muy conocida: Campaña Ropa Limpia. Esta red mundial se dedica a mejorar las condiciones de trabajo en la industria de la moda y la ropa deportiva. En la actualidad, 230 organizaciones están vinculadas a Campaña Ropa Limpia. Con la creación de Campaña Ropa Limpia, el interés por parte de las Naciones Unidas y ejemplos como el de Katherine Hamnett, está empezando a cambiar el enfoque hacia mejores prácticas en la industria de la moda. Pero, como ha demostrado la historia varias veces, se necesita un gran catalizador para hacer que la gente reflexione de verdad.

A principios de los años noventa, la "moda ecológica" adquiere un gran protagonismo cuando salen a la luz varios informes sobre empresas de moda que fabrican su ropa en talleres clandestinos. En estos pequeños talleres, los artículos se fabrican en malas condiciones de trabajo. En 1991, el activista, periodista y escritor Jeffrey Ballinger publicó un informe sobre una fábrica de Nike en Indonesia, en el que afirmaba que trabajaban menores, no se pagaba el salario mínimo y las condiciones de trabajo eran perjudiciales para la salud. Al artículo de Ballinger le han sucedido otras denuncias, pero de otras marcas, en los que se expone el impacto del auge de la industria de la moda en los países donde se fabrican los productos.

Un año después, las Naciones Unidas presentan la Agenda 21 durante la Cumbre de la Tierra celebrada en Brasil en 1992. La Agenda 21 es un plan de acción para crear una asociación mundial para construir un desarrollo sostenible que mejore la vida de las personas y proteja el medio ambiente. Ese momento fue muy importante tanto para la "sostenibilidad" como para la "moda ecológica".

Entre los precursores de la "moda ecológica" se encuentran Katherine Hamnett, así como la marca de ropa outdoor Patagonia, que pasó a utilizar únicamente poliéster reciclado en 1992 y algodón orgánico en 1996. También la marca People Tree, fundada en 1991, se menciona a menudo como pionera del movimiento. Esta marca trabaja desde su fundación con altos estándares éticos y medioambientales, y fue la primera marca de moda en recibir el sello de Comercio Justo. Esprit también se menciona a menudo como una de las marcas vanguardias debido al lanzamiento de su "ecollection" en 1992. La línea está hecha con algodón orgánico y se presta especial atención a las condiciones de trabajo de las fábricas. ¿Fue la línea eco de Esprit la primera a nivel mundial de una marca de moda? No. Pero era una línea ecológica desarrollada por una gran empresa de moda y distribuida internacionalmente.

Sostenibilidad

Hasta 1987 la palabra "sostenibilidad" no se definía en la forma en que la conocemos hoy. La definición fue creada por las Naciones Unidas para: "Satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades". La definición fue propuesta por la Comisión Brundlandt en el informe "Nuestro futuro común", que trataba sobre el "desarrollo sostenible". El mismo informe define también los términos "moda rápida", "moda lenta" y "moda ética".

La experta Eyskoot considera que la moda sostenible es una combinación de moda ecológica y justa, es decir, ropa que se fabrica respetando a las personas y a nuestro entorno. "Eso incluye toda la cadena de la ropa y el impacto de la producción en todo y todas las personas de nuestro planeta", afirma. Willa Stoutenbeek, experta en sostenibilidad y fundadora de la agencia W.Green, está de acuerdo con esta definición de moda sostenible. La atención hacia la sostenibilidad ya empezó hace 25 años, dice Eyskoot, pero la sostenibilidad no se puso realmente en el mapa hasta hace pocos años.

Poco después del cambio de siglo, la palabra "sostenibilidad" apareció en la comunicación de varias marcas, eventos de moda y colecciones. En 2008, por ejemplo, la marca Laura Bailey convocó un concurso en el que los participantes podían desarrollar una línea sostenible para una marca existente. La Cumbre de la Moda 2009 también prestó atención a la sostenibilidad, y en Benelux se lanzó el segmento sostenible Mint en la feria Modefabriek en Países Bajos, en 2011. Fue la primera vez que se lanzaba un segmento de sostenibilidad en una feria de moda internacional.

Aunque la definición de sostenibilidad existe desde hace décadas y se le ha prestado atención en ciertos círculos, el desastre del Rana Plaza en Bangladesh provocó realmente un giro en la industria de la moda. "Se vio que la atención aumentó de repente, lo que fue muy frustrante", dice Stoutenbeek. "Después de todo, ¿tiene que ocurrir algo así para que la gente piense por fin en la sostenibilidad?" La catástrofe de 2013 causó 1.134 muertos y 2.500 heridos. Dos días antes de la catástrofe, había grandes grietas en las paredes y techos del edificio, pero los trabajadores del sector textil tuvieron que ir al trabajo. Si no lo hacían, se les amenazaba con el despido. La catástrofe puso de manifiesto algunas malas prácticas dentro de la industria: grandes marcas de ropa estaban vinculadas a las fábricas del edificio Rana Plaza: la española Inditex, C&A, Mango, Primark y Benetton. El momento señalaba la importancia de la responsabilidad social de las empresas. Desde la catástrofe, se ha fijado el Día de la Revolución de la Moda el 24 de abril, día en que ocurrió el desastre. Se trata de un recordatorio anual y cada año la organización pide a los consumidores que pregunten a las marcas quién ha hecho su ropa y en qué condiciones de trabajo.

Dos años después de la catástrofe, también se presentaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Se trata de 17 objetivos que las Naciones Unidas quieren alcanzar para 2030. Entre ellos se encuentran el agua limpia, la energía limpia, las ciudades y comunidades sostenibles y el consumo y la producción responsables. Son puntos en los que la industria de la moda puede y debe desempeñar un papel importante. Muchos de ellos se siguen utilizando en la comunicación de las marcas para impacto.

Como la "sostenibilidad" abarca tantos aspectos, existe el riesgo de que se produzca el "greenwashing". Después de todo, si se utiliza algodón orgánico, ¿significa que se es sostenible? No siempre, sobre todo si se observan también las condiciones de trabajo y los métodos de transporte, por mencionar solo algunos aspectos adicinales. Muchas marcas han introducido "artículos sostenibles" o colecciones, pero el grado de sostenibilidad de estos productos es difícil de determinar tanto para los consumidores como para los expertos. Por ejemplo, hace algunos años, la colección Conscious de H&M recibió muchas críticas. Se dice que la colección está hecha con tejidos ecológicos como el algodón orgánico y el poliéster reciclado, pero no se abordan otros aspectos de la sostenibilidad. Las críticas que reciben las empresas cuando ofrecen artículos más sostenibles es algo que impide que muchas marcas lo comuniquen, señala Stoutenbeek. La transparencia puede ayudar. Admitiendo que aún no se es perfecto ni mucho menos, pero que la empresa está trabajando en la sostenibilidad. Stoutenbeek pone el ejemplo de Ace & Tate, que al publicar su primer informe de sostenibilidad reconoció que aún le quedaba mucho camino por recorrer, pero que llevaba tiempo trabajando en materia de sostenibilidad y que ahora era el momento de ser transparente al respecto. Desde entonces, todos los objetivos de sostenibilidad de la marca están en su web y la marca afirma que "crecerán y cambiarán a medida que lo haga la industria".

Circularidad

Descubramos qué nos lleva a la palabra circularidad. Incluso antes de que se utilice el término moda circular, se introduce por primera vez el concepto de "de la cuna a la cuna". A principios del milenio, se publica un libro sobre el uso de los residuos como materia prima, uno de los principios de la circularidad. El libro "Cradle to Cradle: Remaking the Way We Make Things", de Michael Braungart y William McDonough, ha causado un gran revuelo desde su publicación en 2002. El libro del químico alemán y el arquitecto estadounidense es en realidad un manifiesto sobre cómo establecer un modelo de diseño de la cuna a la cuna. A este libro se le atribuye el conocido credo "reducir, reutilizar, reciclar", un credo que ahora se relaciona con la circularidad. El concepto de "de la cuna a la cuna" se plantó así como una semilla a principios de siglo y ha crecido mirando hacia la sostenibilidad.

La atención por la economía circular está pasando cada vez más a un primer plano y en 2013 la Fundación Ellen MacArthur, ahora conocida defensora de la sostenibilidad en la industria de la moda, lanzó la Economía Circular 100, una red de empresas e innovadores que quieren crear una economía circular. Cuando se le pide que defina la moda circular, la Fundación Ellen MacArthur aborda primero, por escrito, los principios de la economía circular, que giran en torno al diseño. Esta economía tiene tres principios: diseñar sin residuos ni contaminación, centrarse en el uso de productos y materiales durante el mayor tiempo posible y regenerar los sistemas naturales. "Hemos trabajado con cien expertos de las principales organizaciones del mundo de la moda para determinar qué significa esto para la industria de la moda", escribe la fundación a FashionUnited. "Como resultado, hemos creado una visión de la economía circular para la moda, en la que la ropa debe usarse más a menudo, los productos deben estar diseñados para ser reutilizados y fabricados con fuentes seguras, recicladas o renovables".

El término "moda circular" fue supuestamente acuñado en 2014 por Anna Brismar, una experta sueca en economía circular. En ese momento, Brismar estaba trabajando en la creación de un evento de moda sostenible en Estocolmo y presentó el concepto y los principios fundamentales de la moda circular a todas las marcas y panelistas participantes. Ese mismo año, la palabra "circular" ya aparecía en la Memoria de Sostenibilidad de la cadena de moda H&M. El grupo escribe que quiere pasar de un modelo de producción lineal a un modelo circular.

Cuando se le pregunta por el punto de inflexión en el ámbito de la moda circular, la Fundación Ellen MacArthur indica el año 2017. En ese año, la fundación lanzó el informe "Una nueva economía textil: rediseñar el futuro de la moda". El informe puso de manifiesto las oportunidades de la economía circular y, desde entonces, han aparecido muchos modelos de negocio nuevos, varios de los cuales se han convertido en actores principales, informa la fundación. La Fundación Ellen MacArthur menciona plataformas de alquiler y reventa como Rent the Runway, Vinted y Vestiaire Collective. Según la fundación, el hecho de que varias de estas empresas hayan alcanzado un valor de mercado de más de un millón de dólares indica que existe un impulso sin precedentes en la industria de la moda para implantar modelos de negocio circulares que les permitan crear nuevas fuentes de ingresos, sin necesidad de fabricar nuevos productos.

El año 2017 es también el año en el que C&A lanzó su "primera colección cradle to cradle al mundo". La colección de camisetas estaba hecha de algodón 100% orgánico y diseñada para ser reutilizada o reciclada. Una camiseta de la colección se compostaba por completo en 11 semanas, según declaró la marca en aquel momento Don Brenninkmeijer, Director de Marca, Cliente y Sostenibilidad de C&A, a FashionUnited. Ese mismo año, en la Cumbre de la Moda de Copenhague, 142 marcas de moda prometieron presentar una estrategia clara sobre innovación circular. Un año después, 64 marcas presentaron realmente sus objetivos individuales para conseguir un sistema de moda circular. Entre ellas, Adidas, Ecoalf, Ganni, Filippa K, Nudie Jeans, H&M, Lacoste y Mud Jeans. En junio de 2020, los directores generales de H&M, Burberry y Stella McCartney firmaron un compromiso para seguir construyendo en este sentido. Según la Fundación Ellen MacArthur, entre los precursores del compromiso con la economía circular se encuentran el Grupo H&M, Timberland y Tommy Hilfiger.

Algunas marcas han lanzado una prenda circular como una camiseta, un pantalón, o una línea circular, o una colección cápsula. Sin embargo, Stoutenbeek advierte que la palabra "circular" es la última tendencia del “greenwashing”. "A menudo la palabra se utiliza cuando se usan materiales reciclados en una colección, pero la circularidad tiene que ver con un círculo cerrado, un bucle cerrado".

Hacer que la industria de la moda sea más sostenible: ¿Cómo conseguirlo?

Nos situamos en el año 2020 y en las consecuencias de la pandemia del coronavirus. Como se ha descrito anteriormente, hubo varios catalizadores a principios de la década de 1990 y en 2013, por lo que se volvió a centrar la atención en el impacto de la industria de la moda. Stoutenbeek señala que la pandemia del corona, ha puesto el foco sobre la sostenibilidad del sector y el lado humano de la cadena de producción. Han salido a la luz informes sobre marcas que cancelaron pedidos o se negaron a pagar, y estas decisiones afectaron a las personas de los lugares de producción en países lejanos, que a menudo no tienen un salario digno. Una vez más, quedó claro que las cosas tenían que cambiar. El hecho de que el actual sistema de la moda ya no es viable también quedó patente en los llamamientos masivos de varios grupos de diseñadores y profesionales del sector. Basta con pensar en "Una carta a la industria de la moda" de Dries van Noten o Giorgio Armani, que también se pronunció al respecto. Stoutenbeek ya sintió en enero de 2020, justo antes de la pandemia mundial, que algo estaba cambiando. Espera sinceramente que ahora pueda producirse un cambio real, pero califica como lamentable que, al igual que con Rana Plaza, tenga que ocurrir una catástrofe para que se preste mayor atención a los problemas de sostenibilidad en la industria.

Según Stoutenbeek, las marcas piensan que siempre tienen que hacer las cosas perfectamente y de inmediato. "Ciertamente, antes era así. Si querías operar en materia de sostenibilidad, tenías que ser muy duro. Hoy en día, las marcas jóvenes quieren colaborar y mejorar la industria de forma conjunta, pero todavía hay marcas que no lo desean. Las marcas que tienen un rechazo total a la industria de la moda, pero como resultado a veces no llegan al público objetivo al que quieren llegar para provocar el cambio". El empresario dice que cada paso adelante cuenta. "Una marca se centra en los salarios, otra en los materiales. Es importante que las marcas tengan una motivación intrínseca para ser más sostenibles y se desafíen constantemente. Por ejemplo, ArmedAngels y Patagonia, siguen siendo muy críticos consigo mismos. Revisan constantemente lo que pueden hacer mejor, porque lo que era bueno la semana pasada, no lo es ahora. Eso puede ser agotador a veces, pero es bueno que sigan desafiándose a sí mismos. Dicen que se quedan con lo mejor, pero que también siguen buscando mejores alternativas".

El tiempo que pasará antes de que la industria de la moda sea significativamente más sostenible y/o circular sigue siendo una incógnita. Según una investigación realizada por The Business Research Company en 2020, el mercado de la moda sostenible crecerá hasta alcanzar un valor de mercado de 9.810 millones de dólares en 2025 y de 15.170 millones en 2030. Así que se espera un crecimiento del segmento de la moda sostenible, pero está por ver si realmente irá tan rápido. Esperemos que no sea necesaria otra catástrofe mundial para hacer reflexionar a la industria. Esperemos que vengan tiempos mejores.

Este artículo ha sido previamente publicado en FashionUnited.NL y elaborado con la colaboración de la Fundación Ellen MacArthur, Fashion for Good, Marieke Eyskoot, Willa Stoutenbeek y el archivo internacional de FashionUnited. Traducción: Veerle Versteeg.

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