Chanel rompe con la cuarta pared en su homenaje a los “flashes” de la moda de los 80

Con los ojos ligeramente entornados, bien podríamos incluso haber asegurado ver nuevamente sobre la pasarela a todas aquellas supermodelos de la década de los 80-90 que reinaron en el mundo de la moda protagonizando los desfiles de aquella época doradas de la industria. Unas Cindy Crawford, Naomi Campbell, Claudia Schiffer o Linda Evangelista, cuyos nombres siguen resonando con fuerza dentro del sector, cuyas actitudes tan desinhibidas como naturales parecían volver a desfilar, ahora sobre los esculturales cuerpos de una nueva generación de modelos, durante la última presentación de la casa Chanel. Maison que, en el marco de las celebraciones de esta última Semana de la Moda de París, presentaba su colección de prêt-à-porter para la próxima temporada Primavera/Verano de 2020.

A lo largo de un desfile con público asistente que pudo seguirse en vivo y en directo a través de los distintos canales online de la Maison, así como de la plataforma oficial de la Fédération de la Haute Couture et de la Mode francesa (FHCM), organización encargada de la defensa y visibilización de la industria y del talento vinculado a la moda francesa y de la organización de cada una de las distintas Semanas de la Moda de París y Semanas de la Alta Costura, la firma francesa daba un giro de 180 grados sobre lo que habían venido siendo sus colecciones y desfiles. Un viraje que al parecer la han dejado de cara a aquella alegre época ochentera en la que la alegría desbordante y la pujanza económica que recorrían de extremo a extremo tanto Europa como gran parte del mundo, hacían pensar que todo era posible. Una actitud animada que también se veía entonces reflejada en el mundo de la moda, y que ahora Virginie Viard, directora creativa de la Maison desde el fallecimiento de Karl Lagerfeld, nos invita nuevamente a adoptar con una colección nacida de aquel mismo espíritu.

Una propuesta que se daba a conocer a lo largo de un desfile organizado en el interior de la sala temporal de exposiciones del Grand Palais Éphémère, en el que las modelos, en una actitud contraria a las hieráticas expresiones que venían reinando en la escena actual, no dudaron en romper la cuarta pared sonriendo frente a las cámaras. Unos ademanes con los que parecían venir a hablarnos de aquellas maneras de dominar la pasarela de las que hicieron buena gala aquellas supermodelos de los 80, sobre una escenografía que igualmente ahora se alejaba de los apabullantes ambientes recreados por Chanel con motivo de colecciones anteriores, para abrazarse a una atmósfera mucho más íntima y cercana, que parecía igualmente inspirada en el formato tradicional de pasarela de aquellos mismos años.

Homenaje a la fotografía

Como telón de fondo del desfile, y en lo que servía de igual manera como muestra del mensaje de elogio hacia la fotografía que Viard ha buscado lanzar con esta colección, pudo verse un retrato de la modelo Vivienne Rohner sosteniendo una cámara fotográfica. Una instantánea en blanco y negro que fue la que se utilizó para las invitaciones remitidas al público asistente, muestra igualmente de esa fractura de la cuarta pared que se ha buscado activamente dar con la presentación de esta colección, en lo que debe entenderse en un acto por reivindicar la cercanía que debe de existir entre la moda y su público.

“La moda trata sobre ropa, modelos y fotógrafos”, explica la propia Virginie Viard a lo largo de unas declaraciones difundidas desde la casa de modas francesa. “Karl Lagerfeld solía fotografiar él mismo las campañas de Chanel”, pero “hoy, yo reclamo la participación de los fotógrafos” porque “me encanta la manera en la que ven a Chanel”. Unas perspectivas que “me sirven de apoyo y me inspiran”.

Bañadores dorados y en combinación blanco y negro que se deciden a tomar la calle

Además del desfile, como parte de la presentación, y valiéndose de su mismo espíritu y mensaje, el dúo de fotógrafos Inez&Vinoodh han realizado una serie de fotografías y cinco cortos protagonizados como Lily-Rose Depp, Alma Jodorowsky, Jennie, Rebecca Dayan y por la modelo Quannah Chasinghorse-Potts, en los que aparecen repitiendo un mismo gesto, cámara en mano. Un “objeto mágico y un gesto sexy, que me evoca muchísimos recuerdos”, apunta Viard.

“Me encantaba el sonido de los flashes en los desfiles de los ochenta, cuando las modelos estaban sobre la pasarela”, y “quería recuperar esa emoción”. Para lo que casa y diseñadora no dudaron en recrear ese mismo tipo de pasarela en el interior del Grand Palais Éphémère de París. Un espacio por el que desfilaron “una amplia variedad de bañadores muy sencillos en tonalidades oro o en blanco con detalles negros”, con la actitud suficiente como para trascender los ambientes de la piscina y de la playa para saltar a la calle, así como distintos vestidos cortos de tweed en rosa o malva, faldas de rejilla, chaquetas adornadas con tejido de crochet multicolor, vestidos hechos denim, o una sucesión de distintas prendas vaporosas en gasa negra, adornadas por unas psicodélicas figuras en formas de “alas de mariposa”, explica Viard; sobre una colección que termina de completarse con una sucesión de complementos y de piezas de calzado, entre los que sobresalen unas sandalias que “nos recuerdan a los zapatos de los piratas”. Y es que “siempre me gusta tener un punto romántico”, pero con un “toque de misterio”, apostilla de la diseñadora.