Balenciaga, censurada por su campaña de Navidad con niños y ositos “bondage”
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Es práctica habitual que llegados a esta época del año, a las puertas de una campaña de Navidad que arrancará de manera, sino oficial sí oficiosa, este mismo viernes 25 de noviembre, que las distintas casas de moda escojan e incluso lancen nuevos artículos especiales pensando precisamente en los regalos que, ya sea entre amigos o entre familiares, suelen practicarse durante estas fechas. Una práctica que, entre otras casas de moda, se decidía a poner en marcha una vez más la célebre casa Balenciaga, propiedad a día de hoy del Grupo internacional francés Kering, multinacional líder especializada en el sector del lujo, con un más que discutible resultado, a la vista de los incendiados ánimos que ha terminado provocando.
Enmarcada así pues como parte de las iniciativas puestas en práctica para publicitar la tienda de regalos “Gift Shop” que la prestigiosa firma de moda ha pasado a abrir, con motivo de estas fiestas, dentro de su tienda online oficial, desde Balenciaga se terminaba lanzando hace escasamente unos días una campaña publicitaria realizada por el reconocido fotógrafo italiano Gabriele Galimberti. Profesional bien apreciado a nivel artístico por sus composiciones fotográficas y por su buen hacer tras el objetivo, en un papel que le ha llevado a firmar no pocas colaboraciones y trabajos para cabeceras como National Geopraphic, The Sunday Times, Le Monde, La Repubblica o Marie Claire, y todo al mismo tiempo que ha seguido elevando su perfil como artista, exhibiendo sus fotografías desde en el Festival Images de Vevey, en Suiza, al de Le Rencontres de Arlés, en Francia, pasando por el prestigiosísimo Victoria&Albert Museum de Londres. Instituciones y encuentros volcados hacia el mundo de las artes, en los que de manera habitual, al igual que ha venido haciendo a nivel profesional, Galimberti ha sabido defender un lenguaje y una técnica propias, fácilmente reconocibles por su disparo frontal sobre composiciones protagonizadas en su mayor parte por una sola figura, rodeada de una exposición milimétricamente cuidada de objetos dispuestos a su alrededor.
Teniendo todo esto en consideración, en lo que resulta fácil de entender que desde la dirección de Balenciaga hayan terminado poniendo en valor precisamente a la hora de presentar su selección de regalos, Galimberti desarrollaba una serie de fotografías de campaña, no tan polémicas en sus formas y en su contenido, como en el resultado de la suma de ambas. Y todo a razón de un objeto que no ha terminado de pasar desapercibido: un osito de peluche de estilo “bondage”, sostenido en diferentes fotografías por distintas niñas y niños en edad infantil.
Niños y “ositos bondage”: una mala combinación
Retirada ya por completo y sin presencia alguna de la campaña, ni de sus fotografías, en la página oficial de Balenciaga, así como tampoco sobre los distintos perfiles con los que cuenta la firma en las diferentes redes sociales, una vez analizada en detalle las imágenes, no cesaban de incendiarse los ánimos entre el público que terminaba accediendo a las imágenes de la campaña. Una audiencia que no dudaba a la hora de censurar a la firma por lo que, en resumen, censuraban como una campaña “perturbadora” e “inapropiada”. Un acto que han venido practicando haciendo viral la campaña, y las críticas a Balenciaga, principalmente a través de la red social Twitter, en lo que no deja de resultar un ejercicio de una curiosa ironía, siendo precisamente Balenciaga una de las principales y primeras casas de moda que se decidía a abandonar la red social y borrar su cuenta oficial, tras su adquisición por parte del empresario estadounidense Elon Musk; actual propietario y director ejecutivo de Twitter.
Dejando aun lado este golpe de la ironía sobre la casa francesa, y volviendo a la naturaleza de la polémica, esta como apuntábamos parece estar generada, no ya tanto por una intención clara de la búsqueda de la polémica, sino por la suma de una serie de a todas luces desafortunadas decisiones con las que ha venido acompañada el desarrollo de la campaña, así como de principalmente el diseño de ese osito de peluche estilo “bondage”. Un artículo, tan retirado ya de la oferta de Balenciaga como la propia campaña, que sigue con el estilo de la colección de inspiración “bondage” presentada por la casa de modas el pasado mes de mayo, desde el mismísmo parqué de la Bolsa de Valores de Nueva York, en pleno Wall Street, para la próxima primavera de 2023. Una propuesta a la que seguía la presentación, ya nuevamente desde París, de su colección de prêt-à-porter para hombre y mujer, para el verano de 2023, propuesta en la que ya se incluían, eso sí dentro de la línea para adultos, unos bolsos de peluche con customización Balenciaga/bondage. Unos modelos que encontraríamos así como el antecedente de estos desafortunados peluches, igualmente customizados a lo bondage, diseñador ahora por Balenciaga, parece ser, que como añadido especial para estas fiestas dentro de su línea para niños.
Para terminar de rematar la jugada, si desafortunado resultaba ya por si solo el poner a la venta este diseño en cuestión, del que además Balenciaga habría llegado a desarrollar un mínimo de hasta tres versiones distintas, un hecho que no habría pasado por otro lado de lo anecdótico en el caso de lanzarse como un complemento dentro de su línea para adultos, la afrenta sentida por parte del público ha llegado al ver los ositos sostenido por las manos de un grupo de distintas niñas y niños en edad infantil. Un rango de edad para los protagonistas de esta campaña en torno al que decidía enfocarse la casa Balenciaga, entendemos que en su afán por remarcar lo que constituía una ampliación de su oferta dirigida al público infantil, así como el carácter eminentemente familiar de este periodo de fiestas, pero cuya elección terminaba enfrentándose a una lista de artículos de regalo formada en su mayor parte por complementos y accesorios, tanto de moda como de dentro de la categoría de hogar, en la que entre piezas de porcelana, sábanas y mantas, sobresalían complementos a base de cadenas o unas velas con base a imitación de una lata de cerveza “Balenciaga”. Objetos que de otro lado Galimberti se limitaba a representar siguiendo, ya no solamente su característico lenguaje artístico, sino los mismos parámetros por los que se rige su serie de fotografías “Toy Stories”, todas ellas protagonizadas por niños rodeados de sus juguetes, como dinosaurios, muñecas, bloques de construcción, disfraces o peluches, eso sí en el resto de los casos peluches sin adornos “bondage”.
Por último, y como nota aclaratoria, a través de la misma Twitter no son pocas las voces que igualmente han censurado una fotografía, igualmente de campaña de Balenciaga, en la que se muestra uno de sus diseños sobre un montón de papeles en los que, escrito, aparecerían palabras como “pornografía” o “problemas sexuales”. Una instantánea, igualmente ya retirada de la página oficial de Balenciaga, que en su caso no responde a la campaña lanzada para promocionar su “Gift Shop” de estas fiestas, sino como parte de la campaña de promoción de la colección colaborativa diseñada por Balenciaga y Adidas.